Un estudio revela que los gigantes blancos se enfrentan al riesgo de inanición por el calentamiento nadando grandes distancias y carroñeando, con escaso éxito
El niño rebelde quería apagar la luz para salvar al oso de morir por culpa de nuestro consumo eléctrico. A la maestra, su rebeldía le parecía tierna y chistosa, aunque no por eso menos reprobable. Para mí fue lacerante. Al apagar la luz, el niño oscureció algo dentro de mí
La dirección del evento se plantea repetir las próximas Navidades: “Primero tenemos que hacer un balance de lo que hemos hecho para corregir los errores”
La productora del evento, muy criticado por problemas de organización y de masificación, se niega a hacer públicos sus resultados en asistencia y ganancias y solo asegura haber obtenido “los beneficios esperados”
Ninguna parte del planeta se calienta más rápido que Svalbard, un archipiélago noruego situado en el océano Glacial Ártico. Desde 1971, la temperatura media anual se ha elevado en torno a cuatro grados centígrados. El ritmo del calentamiento es hasta seis veces más pronunciado que en la media del planeta, y mayor que en el resto del Ártico.
El archipiélago noruego, una de las zonas pobladas más septentrionales del planeta, sufre las consecuencias de un vertiginoso aumento de las temperaturas
El periodista Vitali Shentalinski formó parte en 1972 de una expedición para marcar osos polares en Rusia. ‘Ideas’ adelanta un extracto del libro ‘Mi amor, la osa blanca’, que cuenta cómo convivió con tramperos que robaban crías para los zoológicos
La historia real de dos navegantes que se aventuraron a cruzar en velero de Groenlandia a Alaska, naufragaron en el intento y pasaron una noche eterna solos en un iceberg a la espera del rescate. Los dibujos son de uno de ellos.
El investigador del CSIC Manuel Dall’Osto relata la instalación del campo de investigación de la misión MOSAiC en la banquisa ártica para estudiar el clima polar, atento a las visitas nocturnas de los plantígrados
Jochen Raiss lleva años siguiéndole el rastro al oso polar. Y es que hubo un tiempo, entre las décadas de 1920 y 1960, en que a la gente les dio por disfrazarse de oso polar.
Un mundo donde conviven lo hermoso y lo turbio paisajes oníricos, basura industrial, osos polares que luchan por sobrevivir y oligarcas que compiten por hacerse más ricos.
El primer estudio sobre las cien especies de mamíferos árticos alerta sobre su frágil situación en un entorno polar en el que las temperaturas pueden subir hasta ocho grados