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Diego Costa, la dieta del Lagarto

El atacante ha perdido ocho kilos de peso para ponerse a punto en el Atlético con un exigente plan alimenticio y físico sincronizado que ha incluido boxeo y control de líquidos

Diego Costa realiza un ejercicio durante el último entrenamiento del Atlético. En vídeo, declaraciones de Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid.Foto: atlas | Vídeo: BALLESTEROS
Ladislao J. Moñino

Cuando a finales del pasado mes septiembre el Atlético de Madrid confirmó el regreso de Diego Costa, los focos apuntaron directamente al Profe Ortega, el preparador físico del equipo. ¿Cómo poner a punto para el momento de su estreno a un jugador que acumularía más de seis meses sin competir? Ese día puede llegar este miércoles en Lleida (19.00, BeIN), una vez que se ha cumplido la sanción de la FIFA y el transferinternacional ya está en regla. El Atlético se mide al equipo local en la ida de los octavos de la final de Copa y Costa luce para la ocasión una silueta ajuncada. Los ocho kilos que ha rebajado le han afilado la cara de pan con la que Costa se presentó al primer entrenamiento el pasado 4 de octubre. “Solo le falta competición”, apuntan en el club. Como Vitolo, está listo para su ansiado debut si Simeone decide concederle la media hora que en un principio le ha programado.

La estilizada figura de Costa responde a una combinación de entrenamientos y régimen alimenticio sincronizados al detalle, ajustando la ingesta calórica a su trabajo diario. Cinco comidas al día de dieta mediterránea integradas al plan físico en el que el cuerpo técnico y médico del club coinciden en señalar el esfuerzo realizado por el jugador para cumplirlo a rajatabla. Los alimentos cocinados al vapor o a la plancha que han proliferado en su día a día están muy lejos de las preferencias gastronómicas de Costa, que en una de las pretemporadas de su anterior etapa en el Atlético llegó a presentarse con 13 de kilos por encima de su peso ideal. Esta vez, contra lo que se decía, no llegó tan mal físicamente.

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El estricto control sobre el delantero, de 29 años y 1,86m, no solo se ha ceñido a las comidas. También se le pautó un procolo de hidratación adecuado a la preparación física, combinado con la ingesta de fruta y verduras. Durante los entrenamientos, se le han medido tanto las cantidades de líquidos como los momentos en los que debía ingerirlos. El consumo de calorías se le ha ido reduciendo progresivamente para terminar de esculpir un cuerpo que ha ganado masa muscular perdiendo grasa con un trabajo físico muy exigente.

La parte física ha sido un trabajo complejo diseñado por el profesor Ortega, que lo ha dividido en tres fases. La primera fue una readaptación, la segunda una pretemporada individualizada de tres semanas y la última la incorporación a la dinámica del grupo, aunque salpicada con ejercicios específicos para Costa. En los inicios de la preparación se incluyeron cuatro sesiones de boxeo realizadas en el gimnasio propiedad de Fernando Torres bajo la atenta mirada de Ortega y de un instructor del deporte de las 12 cuerdas. El objetivo era cambiar la mentalidad de Costa, enfocarla ya hacia la competición y mejorar puntos de su coordinación. A Costa le han quedado reminiscencias de ese trabajo pugilístico. De vez en cuando, sobre la hierba del Cerro del Espino de Majadahonda se le ve realizar juegos de sombras lanzando sus puños al aire.

Alumno travieso

El día a día de Costa con Ortega ha estado plagado de situaciones que reproducían la clásica relación escolar entre profesor y alumno travieso. A uno se le ha escuchado refunfuñar y mascullar injurias en brasileño y al otro llamarle al orden como si se tratara de un chiquillo. Igual tiraba adrede las vallas de un circuito y defendía que él no había sido, que decía que hacía como quería un ejercicio de reacción y coordinación en el que había que elegir los movimientos según el número que cantaba un ayudante de Ortega. Esas perrerías Antonio Conte no se las consentía en el Chelsea y contribuyeron a agrandar su distanciamiento. Simeone y su cuerpo técnico las aceptan porque entienden que forman parte de la personalidad del jugador. Desde su llegada, Costa ha impregnado los entrenamientos del Atlético de su carácter de pandillero picajoso. Lo mismo le vacila a Saúl que a Griezmann o le saca una carcajada al serio Vrsaljko. “Transmite ideas positivas. Onda positiva, como decimos en el fútbol”, dice Simeone. Para el técnico la llegada de Costa supone volver a contar con el delantero que mejor ha interpretado su idea de juego vertical. “Ya sabemos cómo es Costa, agresivo, intenso, y nos da alternativas en ataque. Es profundo y estira del equipo para poder jugar entre líneas... Su mayor virtud es que es un compañero ideal para el resto de atacantes del equipo. Es compatible con todos y se puede asociar con ellos”.

Si la llegada de Costa Simeone la interpreta como una pieza fundamental para el engranaje final del equipo en ataque, la de Vitolo, que también ha viajado a Lleida, la considera vital para la mejora del juego. “Vitolo se asocia muy bien. Su juego combinativo nos permitirá unos pasajes mejores entre la defensa y el ataque. Puede jugar por fuera o por dentro. Cuando juega en banda es diferente a Carrasco y Correa. Ellos son más explosivos, él más posicional. Poco a poco nos dará el trabajo que necesitamos, Estoy ilusionado”.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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