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Puigdemont gana la batalla por el liderazgo del independentismo

"La república catalana ha ganado a la monarquía del 155", ha dicho el líder de Junts per Catalunya

El expresidente de la Generalitat y candidato de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, sigue los resultados de las elecciones regionales catalanas.Vídeo: STEPHANIE LECOCQ (EFE) / QUALITY
Lluís Pellicer

Junts per Catalunya (Juntsxcat), la candidatura de Carles Puigdemont, ha ganado este jueves el liderazgo del independentismo y aspira a encabezar el futuro Ejecutivo catalán. La formación del expresidente ha sucumbido ante Ciudadanos, tanto en votos como en escaños. Aun así, la mayoría absoluta alcanzada por el bloque independentista ha llevado a que la candidatura haya llamado a unir fuerzas para “restituir del gobierno legítimo” de Cataluña.

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El exjefe del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, había prometido durante la campaña que en caso de victoria de las fuerzas soberanistas volvería a Barcelona para ser investido presidente Generalitat junto al resto de su gobierno cesado. Sin embargo, sobre él pesa una orden de detención en España que podría dificultar el ejercicio de su cargo si Esquerra y la CUP accedieran a investirlo. Esa presidencia, pues, estaría supeditada a la decisión del juez del Tribunal Supremo. Este jueves, el número ocho de Junts per Catalunya, Eduard Pujol, ha afirmado: “Rajoy ha perdido. Es la hora de la rectificación, de la reparación y de la restitución del gobierno legítimo”.

Este jueves, desde Bruselas, Puigdemont ha afirmado: "La república catalana ha ganado a la monarquía del 155".

El partido también debe sopesar ahora qué hace con el resto de los miembros que están huidos en Bruselas o en prisión preventiva y que han salido elegidos, puesto que en caso de no estar presentes en la Cámara catalana podrían perder la mayoría. La tercera incógnita es cuál será la hoja de ruta del independentismo a partir de ahora. Si bien la formación en ningún momento ha querido ni mencionar la vía unilateral para llevar a cabo el proyecto secesionista, la CUP, de la que volverá a depender para gobernar, ha reclamado con insistencia esa opción a lo largo de la campaña.

La candidatura de Carles Puigdemont, que en precampaña partía con malas expectativas, ha sido capaz de aguantar el tipo gracias al voto de las comarcas del interior, mientras que en Barcelona y en su área metropolitana quedaba relegada incluso en la última posición en varias localidades. Con el 98,5% de los votos escrutados, la formación quedó segunda, 156.808 votos por detrás de Ciudadanos y con tres escaños menos.

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Mientras la candidatura del expresidente catalán se ha impuesto con claridad feudos del interior como Girona, Olot, Ripoll, Berga o Vic, la formación ha visto cómo en el entorno urbano Ciudadanos emergía como primera fuerza. En Badalona la formación quedó en cuarta posición; en Sant Boi, L’Hospitalet o Viladecans terminaron quintos, y en Santa Coloma de Gramenet y Badia del Vallès fueron la última de las grandes fuerzas. De nuevo, los neoconvergentes se tuvieron que conformar con una victoria en Sant Cugat del Vallès.

Junts per Catalunya había concurrido a las elecciones con una lista en la que el partido en el que milita Carles Puigdemont, el PDeCAT, quedó diluido entre una amalgama de independientes. La estrategia de la formación se basó en centrar casi exclusivamente la campaña en la figura del expresidente con el argumento de que las elecciones debían servir para “restituir” al expresidente y no para elegir a otro. Esa, a juicio de la formación, era la mejor fórmula para competir con ERC, puesto que los sondeos reflejaban que su electorado estaba dividido acerca de a quién preferían como futuro presidente de la Generalitat.

Los neoconvergentes destrozaron de ese modo todos los sondeos, que apuntaban a que la batalla por el primer puesto se produciría entre Ciudadanos y Esquerra. El partido de Puigdemont conservó la hegemonía soberanista en el Parlamento catalán a pesar de que Esquerra se consolida como la fuerza independentista de referencia en las áreas urbanas. Sin embargo, la concentración del voto constitucionalista en la opción de Inés Arrimadas hizo que el partido de Puigdemont quedara relegado a la segunda posición en el arco parlamentario.

Sin embargo, esa segunda posición fue considerada entre las filas de la formación como una “heroicidad”. La jefa de campaña y número diez por Barcelona, Elsa Artadi, destacó el mérito de haber logrado ese resultado cuando la candidatura existe hace solo unas semanas. “¡Puigdemont, 34; Rajoy, 4. Independencia, 70; [artículo] 155, 57!”, exclamó en un clima de tremenda euforia la jefa de campaña, que eligió el hotel Catalonia de la calle de Roger de Llúria para seguir la noche electoral. Artadi quiso dedicar la victoria a los consejeros cesados que están en Bruselas y a los que están en prisión provisional, y felicitó a Esquerra y a la CUP, pero no a Ciudadanos. “¡Hoy es una gran victoria de la independencia!”, abundó ante los militantes que acudieron al hotel.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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