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Luis Callejo y ‘Curro’, un maestro de cine

Luis Callejo y su gato Curro pasean por el madrileño barrio de Atocha, donde viven.

DESDE HACE 13 años, el actor Luis Callejo pasea cada día por las calles de Madrid junto a su gato, ­Curro. Lo lleva con una correa, como si fuera un perro, y las vecinas, que ya conocen a este tándem tan peculiar, se paran a saludarles. “Me lo llevo a todas partes. Incluso cuando nos vamos de acampada, a la playa o al campo. A él le encanta”, dice el intérprete, nominado en la pasada edición de los Premios Goya por su papel protagonista en ­Tarde para la ira, la primera película dirigida por Raúl Arévalo. Su personaje, casualmente, se llamaba Curro.

El felino en la mesa de un bar.

Callejo no había tenido nunca una mascota. Asegura que su felino le ha cambiado la vida. Y le ha ayudado mucho en su profesión. Prácticamente lo considera uno de sus maestros interpretativos. “Los gatos nunca hacen un gesto de más. En ese sentido, son muy económicos. Y creo que eso es muy bueno para un actor. Así que aprendo mucho con él”, explica este segoviano de 47 años, que acaba de terminar el rodaje del filme En las ­estrellas, de Zoe Berriatúa.

A principios de 2016 nació su hijo, Telmo. “Fue toda una novedad para la familia, también para Curro, que ahora cuida mucho del bebé”. Callejo sospecha que su mascota fue la primera en darse cuenta de que su mujer, Carmen, estaba embarazada. “De pronto estaba superpendiente de ella y se le tumbaba constantemente sobre la tripa”. Al menos, esa fue su sensación. “Pero en fin, son esas cosas de dueño de bicho, que siempre piensas que el tuyo lo sabe todo”.

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