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Los palos se rebelan contra Messi en el Camp Nou

El Barça golea al Deportivo con una exhibición de juego de Iniesta y Leo, plasmada en los goles de Luis Suárez y Paulinho y hasta cinco remates a los postes

Luis Suárez firma el primer gol del Barcelona ante el Deportivo. En vídeo, declaraciones de Ernesto Valverde, entrenador del FC Barcelona.Foto: atlas | Vídeo: Albert Gea
Ramon Besa

El Barcelona va al encuentro del campeón del mundo como líder firme de la Liga. A pesar de que hay 11 puntos de diferencia y un partido pendiente del Madrid con el Leganés, el clásico del sábado en el Bernabéu se presenta rimbombante después del éxito blanco contra el Gremio y de la goleada del Barcelona ante el Deportivo. Aguarda expectante el gatillo de Cristiano mientras Luis Suárez afina la puntería y la sociedad Messi-Iniesta divierte al Camp Nou. Las pequeñas sociedades dan vida a un equipo disminuido por las lesiones -Alcácer estará de baja tres semanas- y aturdido por la pelea de Messi con el gol y los palos: 14.

Habrá que ver cómo responde Messi a su pelea con los postes y de qué manera maniobra el entrenador en Chamartín.

A cada partido interviene Valverde. Hay que reparar en la mano del técnico para descifrar al Barcelona. Anoche comenzó a disputar el clásico cuando prescindió de Busquets, amenazado de sanción, y puso de mediocentro a Rakitic. No fue el único detalle significativo de la formación del Barcelona. Insistió el entrenador con Paulinho, un futbolista de momentos más que de partidos, y prefirió como lateral a Sergi Roberto, elección que por repetida compromete a Semedo. Y cambió Valverde la posición de los interiores para calzar como punta izquierdo a Alcácer: Paulinho ocupó la banda izquierda y por la derecha se desplegó Iniesta.

El cambio sorprendió incluso al manchego porque nada más empezar el encuentro quedó habilitado por Luis Suárez en el costado derecho y no se atrevió a chutar sino que se la dio a Messi. Y el 10, tan confundido como el 8, marró un tiro fácil ante Rubén. El rosarino no estaba fino y al Barça le costaba salir con la pelota por la ausencia de Busquets y la dificultad para conducir y tocar de Paulinho. El Deportivo parecía más cómodo en ataque que en defensa, contento con el balón, enfilado por Messi y amenazador con sus rápidas transiciones manejadas por Adrián y Lucas Pérez.

La lesión de Alcácer obligó a Valverde a cambiar de plan: Iniesta regresó a su puesto de volante izquierdo mientras Aleix Vidal entraba por la derecha y por el centro se estiraba Paulinho. La reorganización propició un equipo más natural y una mayor productividad ofensiva del Barça: Messi y Aleix Vidal tuvieron dos opciones claras de gol, las dos bien defendidas por Rubén, antes de que Luis Suárez colara una asistencia del 10: el rosarino controló con el pecho una asistencia preciosa y precisa de Iniesta y sirvió el gol al 9. Un gol a la salida de un córner y de una jugada ensayada en la ciudad deportiva Joan Gamper.

Los remates se sucedieron repetidamente después del 1-0. Hubo un segundo gol, marcado por Paulinho después de un balón que devolvió la madera después de un tiro maravilloso de Messi, y Mateo Lahoz no necesitó de ninguna ayuda tecnológica para afirmar que el remate de rabona de Luis Suárez no había traspasado la línea de meta antes de ser rechazado por Rubén. El gesto del árbitro pareció sobrero porque la mayoría de imágenes desmentían al colegiado valenciano ante la ira de la parroquia azulgrana, ya escarmentada por los goles negados en el Villamarín o Mestalla.

A favor de marcador, el Barça sometió al Deportivo. A la contra, el equipo azulgrana se estira rápido, mejor en la recuperación que en la elaboración, disparado por las aceleraciones de Messi. Ni siquiera el descanso medió a favor del equipo de Cristóbal porque el Barcelona continuó corriendo y chutando, a veces a la madera (ya son 26 en 26 partidos, 18 en la Liga) y a la red de Rubén. El 3-0 fue muy celebrado por la jugada colectiva que coronaron Sergi Roberto con un centro delicioso y la puntilla de Luis Suárez. Y en el 4-0 Paulinho embocó el balón escupido por el poste a remate de Jordi Alba.

El instinto del brasileño para barrer el área contraria, tan buen llegador y goleador como discreto conductor y pasador, contrastó con la esterilidad de Messi. El 10 falló incluso un penalti cometido a Luis Suárez. Rubén acertó la dirección del disparo y el argentino sumó su error número 22 sobre 99. Una vez resuelto el encuentro, reservados Jordi Alba e Iniesta con vistas al sábado e inédito Mascherano -puede que se vaya sin volver a jugar de azulgrana- no hubo más reto que el de aguardar un gol de Messi. Y no se dio en un partido con cuatro tantos, un penalti y cinco palos, tres de Messi.

Las cosas más imposibles se dan con Messi: el día que exhibió su cuarta Bota de oro se quedó a cero en el Camp Nou. Los postes se rebelan contra el 10 camino de Madrid.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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