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El primer visitante de fuera del sistema solar “se parece a la Torre Agbar”

Los científicos dibujan el perfil de Oumuamua tras confirmar que no es una nave extraterrestre

Recreación artística de Oumuamua, junto a la Torre Agbar de Barcelona. En vídeo, así viaja Oumuamua.Vídeo: ESO/ALBERT GARCÍA
Manuel Ansede

La comunidad científica continúa dibujando el perfil de Oumuamua, el primer visitante identificado que ha surcado nuestro sistema solar procedente del espacio interestelar. El objeto fue detectado el 19 de octubre, viajando a 95.000 kilómetros por hora desde la dirección en la que se halla la estrella Vega, la quinta más brillante del cielo nocturno. Al principio fue catalogado como un cometa, pero enseguida fue reclasificado como un asteroide interestelar, algo nunca visto. El 13 de diciembre, el proyecto Breakthrough Listen, financiado por el magnate ruso Yuri Milner, confirmó lo que ya parecía obvio: Oumuamua no es una nave espacial tripulada por extraterrestres.

Un equipo de científicos afina hoy la descripción. Oumuamua es un planetesimal, un objeto sólido que, normalmente, existe en una nebulosa en la que las partículas acaban agrupándose y dando lugar a los planetas. Su forma es lo más llamativo. “La Torre Agbar [el rascacielos más famoso de Barcelona] sería un buen punto de referencia”, ilustra Michele Bannister, una astrónoma neozelandesa de 31 años que se autodefine como "cazadora de nuevos y extraños mundos".

La astrónoma Michele Bannister.
La astrónoma Michele Bannister.

Bannister y sus colegas calculan hoy en la revista Nature Astronomy que Oumuamua es un cilindro de unos 200 metros de largo por 40 de ancho. Un auténtico pepino. “Sabemos más de su forma que de su tamaño, porque lo que podemos medir son las variaciones de su brillo a lo largo del tiempo” a causa de la rotación, expone la astrónoma, de de la Universidad de la Reina de Belfast, en Reino Unido. “Todo lo que podemos decir por ahora es que los cambios en su brillo durante aproximadamente ocho horas implican que su forma es alargada, con las mismas proporciones que la Torre Agbar”, añade. El edificio barcelonés mide 144 metros de altura.

Los astrónomos no descartan que Oumuamua presente un interior de agua congelada. Una capa de medio metro de materia orgánica habría evitado que este hielo se evaporara al pasar a 37 millones de kilómetros del Sol y alcanzar los 300 grados de temperatura.

El objeto fue detectado el 19 de octubre, viajando a 95.000 kilómetros por hora

Los investigadores han confirmado que Oumuamua es rojo oscuro, con su “corteza bien cocida” por el efecto de los rayos cósmicos durante millones de años. A juicio de Bannister, su superficie es similar a la de vecinos de las afueras de nuestro sistema solar, como algunos asteroides troyanos de Júpiter u otros planetas menores con una órbita más allá de Neptuno, en el cinturón de Kuiper.

El equipo de Bannister ha utilizado datos del Telescopio William Herschel, en la isla canaria de La Palma, y del Telescopio Muy Grande del Observatorio Europeo Austral, en el Cerro Paranal (Chile). “Es muy emocionante que nos visite una pieza tangible de otro sistema planetario”, celebra la astrónoma. “Nos permite ver que nuestras ideas sobre cómo se forman los planetas también funcionan con pequeñas rocas generadas alrededor de otras estrellas”.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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