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Puigdemont: “No queremos ni un nuevo Estatuto ni una reforma de la Constitución”

El candidato rechaza hablar de la vía unilateral e insiste en el diálogo con el Estado tras el 21-D

El presidente cesado Carles Puigdemont en un plasma.Foto: atlas
Lluís Pellicer

La presión de la CUP ha llevado a Esquerra a aceptar la vía unilateral para alcanzar la independencia si el diálogo con el Gobierno central no es posible. Sin embargo, todavía no ha calado en el candidato de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont. El expresidente ha afirmado esta mañana que el “diálogo es absolutamente imprescindible”, en especial si se repite una victoria de las fuerzas separatistas el próximo 21 de diciembre. “La mayoría de los independentistas queremos negociación y diálogo. Que nuestra firmeza no nos haga desviar ni un minuto de la metodología del diálogo”, ha sostenido. Sin embargo, Puigdemont ha advertido de que no quiere “ni un nuevo Estatuto ni una reforma de la Constitución”, aunque escuchará cualquier propuesta que tenga el Estado español. “Si nuestra aspiración es ser una república independiente, es lo que hay que aceptar", ha afirmado.

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La unidad de las fuerzas soberanistas se ha ido agrietando en las últimas semanas en dos frentes: el de quién debe ser el próximo presidente de la Generalitat y cuál debe ser la hoja de ruta para seguir con el proyecto de república catalana. Junts per Catalunya insiste en que estas elecciones no son para elegir presidente, puesto que a su juicio este es Puigdemont, sino que deben plantearse como una segunda vuelta del 1 de octubre. El expresidente ha quitado hierro a ese asunto en una rueda de prensa organizada por la Agencia Catalana de Noticias en la que ha participado por videoconferencia desde Bruselas. “No hay ninguna discrepancia”, ha zanjado el candidato, quien pese admitir que hubiera preferido concurrir a las elecciones con “listas conjuntas”, ha destacado que ambas formaciones quieren “mantener el gobierno que creemos ilícitamente destituido”.

Más ambigua es la candidatura de Puigdemont con el empleo de la vía unilateral. Si bien su número 10, Elsa Artadi, aseguró ayer que la formación no descarta “ningún camino”, hoy el expresidente no ha querido mencionar esa posibilidad. Es más, ha insistido –como viene haciendo a lo largo de la campaña— que la “única unilateralidad” es la que practica el Estado “con el artículo 155”. El expresidente ha considerado que “si los resultados” son los mismos que el 27-S de 2015 “el diálogo es absolutamente imprescindible”. Y ha recordado que, junto con el exvicepresidente Oriol Junqueras, escribió un artículo en EL PAÍS en el que demandaba esa vía para desbloquear la situación. “Me cuesta enormemente que no lo haya. Me cuesta ver qué razones argumentarán para no sentarse en una mesa”, ha insistido.

Puigdemont dice que "correrá el riesgo" de volver si gana

Aun así, el objetivo de su candidatura no ha cambiado: es la independencia. “No queremos un nuevo Estatuto ni una reforma de la Constitución. Queremos sentarnos a hablar de la nueva relación de Cataluña con el Estado español, pero estamos dispuestos a escuchar si tienen una nueva propuesta”, ha añadido el expresidente. Y ha añadido que si la “aspiración” que sale las urnas es una “república independiente”, el Gobierno deberá reconocerlo. El Ejecutivo central, sin embargo, ya ha avisado de que no dejará que el gobierno que salga de las urnas se salga de la ley. Sin mentar de nuevo la vía unilateral, Puigdemont ha sostenido que su candidatura quiere pasar de la “república de la proclamación” a la “república de los hechos”. Sin embargo, al ser preguntado sobre cómo la implementará se ha referido a políticas que ya se están ejerciendo: educación, infraestructuras o policía catalana.

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Puigdemont ha insistido, además, en demandar al Gobierno central, al PP, Ciudadanos y PSC si aceptarán los resultados. Y lo ha hecho porque, en su opinión, si ganan los soberanistas, estos deberán poder zafarse de las causas judiciales para tomar posesión de su acta y de su cargo en el Govern. Por ello, el expresidente ha rechazado hacer especulaciones sobre un posible gobierno ejecutivo en Barcelona y otro simbólico en Bruselas, como ha llegado a sugerir ERC. “Yo no entraré en ninguna especulación que pueda suponer una legitimación del 155. Si hay una mayoría que nos da confianza, volverán el presidente, vicepresidente y consejeros injustamente cesados. Eso ha de ser posible y no puede haber ninguna otra alternativa”, ha sostenido Puigdemont, quien ha remachado: “No hay ‘plan B’. Ese es el plan. Y hay que preguntar al tripartito del 155 cómo piensa impedirlo”, ha agregado.

Por ello, el presidente cesado ha confiado en que si es investido pesarán "más los votos que las esposas" y ha sostenido que está dispuesto a "correr el riesgo" de volver a España pese a que pueda ser detenido. "A lo mejor vale la pena", ha afirmado en referencia a la posibilidad de ser investido antes de ser arrestado.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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