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Trump alimenta la islamofobia al retuitear mensajes de ultras británicos

May rechaza la retórica xenófoba y el presidente de EE UU le replica que se centre en la amenaza terrorista en Reino Unido

El presidente Donald TrumpVídeo: KEVIN DIETSCH - POOL EFE / REUTERS - EPV

La química del presidente de Estados Unidos con la extrema derecha se hizo evidente este miércoles. Donald Trump reprodujo en su cuenta de Twitter tres vídeos islamófobos publicados por la líder un grupo ultranacionalista británico, Britain First, conocido por la difusión de contenidos xenófobos. El aval de un gobernante de la primera potencial mundial a este tipo de movimiento es insólito, pero no un accidente para Trump, que ha azuzado el extremismo muchas veces. La clase política británica se quedó estupefacta. La primera ministra británica, Theresa May, expresó su rechazo y Trump le replicó con dureza por la noche: "Theresa, no se centre en mí, céntrese en el terrorismo islámico radical que está teniendo lugar en Reino Unido. ¡A nosotros nos va bien!", espetó en la red social.

Este ataque tiene lugar meses después del que le lanzó al alcalde de Londres, Sadiq Khan, tras el atentado yihadista perpetrado en junio en la capital londinense, aunque en aquella ocasión no estaba respondiendo a nadie, simplemente le criticó por su llamada a la calma de Khan. Esta vez, el rifirrafe con Reino Unido, un aliado tradicional de Washington, se ha producido por la cobertura que Trump ha dado a mensajes islamófobos procedentes de un grupo extremista británico.

La llegada de Trump a la Casa Blanca tras una campaña marcada por mensajes racistas y contra el Islam fue recibida hace un año como una “victoria” por el supremacismo estadounidense, que después de muchos años había encontrado a un candidato que les gustaba. Nada más llegar al poder, impulsó un veto migratorio para ciudadanos de varios países, la mayoría de ellos de población eminentemente musulmana, alegando la amenaza terrorista. Y su tibieza con los nazis y el Ku Klux Klan tras la violencia racista de este verano de Charlottesville (Virginia) despertó estupor. Este último episodio, si bien explora nuevos límites, refleja una coherencia con la trayectoria de Trump.

Uno de los vídeos que Trump ha retuiteado muestra de forma confusa cómo un grupo de personas —uno de ellos porta una bandera del ISIS—, al que la británica tilda de "muchedumbre islamista", supuestamente empuja a un niño desde lo alto de una azotea. En el segundo, un hombre habla en árabe mientras destruye estatua de la Virgen María. En el tercero, titulado 'Un inmigrante musulmán propina una paliza a un chaval con muletas en Holanda', un joven golpea de manera violenta y sin motivo aparente a un chico blanco. Se desconoce la procedencia de todas grabaciones y la identidad de quienes aparecen en ellas, excepto del agresor del joven con muletas. La Embajada de Holanda en EE UU explicó este miércoles a través de su cuenta de Twitter que esa persona había nacido y crecido en el país y que había cumplido condena por ello. "Los hechos sí importan. El perpetrador del acto violento de ese vídeo nació y creció en Holanda. Fue condenado y completó la condena impuesta bajo la ley holandesa", expone el tuit.

La mujer que los ha publicado es la vicepresidenta de Britain First, Jayda Fransen, quien no oculta su islamofobia, como demuestra el hecho de que su perfil de Twitter arranca con un tuit fijado con un vídeo de su participación en una manifestación contra musulmanes en la localidad británica de Luton. Fransen, de 31 años, fue acusada a principios de este mes de “comportamiento y palabras amenazantes, abusivos o insultantes” por un discurso que pronunció en Irlanda del Norte. Deberá comparecer ante un tribunal de Belfast el 14 de diciembre para responder por los cargos.

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La cobertura que el presidente de EE UU ha dado a esta extremista ha dejado boquiabierto a Reino Unido. Un portavoz de la primera ministra británica afirmó que Trump "se ha equivocado" al compartir esos contenidos en su cuenta de Twitter. "Los británicos rechazan unánimemente la retórica sesgada de la extrema derecha, que es la antítesis de los valores que este país representa: decencia, tolerancia y respeto. Es un error que el presidente haya hecho esto", han asegurado en Downing Street.

El líder del laborismo británico, Jeremy Corbyn, también expresó rechazo: "Espero que nuestro Gobierno condene los retuits de extrema derecha de Donald Trump. Son abominables, peligrosos y una amenaza para nuestra sociedad", escribió en la red social.

Britain First estuvo de triste actualidad en junio del año pasado, poco antes del referéndum sobre el Brexit, cuando la diputada laborista Jo Cox fue asesinada por un ultraderechista que, según testigos, gritó el nombre de la formación, que quiere decir “Gran Bretaña primero”. Tras conocerse la noticia, su líder, Paul Gorlding, condenó el ataque. Meses después una diputada laborista pidió que el Parlamento debatiera la ilegalización de la organización. Brendan Cox, viudo de la joven diputada asesinada, escribió este miércoles que “Trump ha legitimado la extrema derecha en su propio país, ahora trata de hacerlo en el nuestro. Difundir el odio tienen consecuencias y el presidente debería estar avergonzado de sí mismo”.

Este miércoles, halagada por el respaldo del hombre más poderoso del mundo, Fransen ha compartido decenas de artículos sobre el asunto. El 'Gran Bretaña primero' con el que se conoce a este grupo coincide con uno de los grandes lemas nacionalistas de la campaña trumpista, “America primero”. Durante dicha campaña el entonces candidato republicano ya alimentó la islamofobia, con frases como “el Islam nos odia” -equiparando la religión al terrorismo- o el llamamiento a prohibir la entrada de musulmanes en Estados Unidos como prevención ante la amenaza yihadista. Esas palabras son ahora una de las pruebas que se analizan en los tribunales por el veto migratorio.

La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha avalado el comportamiento del presidente esta mañana. En declaraciones a un grupo de periodistas, dijo que la cuestión es si esos vídeos son reales, porque en ese caso, “la amenaza es real”. “Creo que el objetivo del presidente es promover unas fronteras fuertes y una seguridad nacional fuertes”, recalcó. Estas palabras confirman una vez más que los mensajes de Trump no son un exceso verbal, ni una ocurrencia pasajera.

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