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El “camino amable” para recuperar a Harvey Weinstein y Kevin Spacey

El productor y el actor, acusados de ser depredadores sexuales por decenas de testimonios, se tratan en una clínica puntera de adictos al sexo en el desierto

Pablo Ximénez de Sandoval

En un vídeo de una conferencia hace cuatro años, el doctor Patrick Carnes cuenta que una vez se le sentó un hombre al lado en un avión que se presentó como productor de cine. Iba a Atlanta a rodar una persecución de coches. Pronto en la conversación, el productor confesó que era alcohólico y estaba Alcohólicos Anónimos. “Me dijo: ‘En Hollywood, la mayoría estamos en el programa”. El productor no estaba del todo satisfecho con la terapia. En un momento dado, le preguntó: “¿Sabe usted algo de adicción al sexo? Tengo tres espónsores cuyo comportamiento sexual es tan malo que tienen suficiente energía sexual como para iluminar un país del Tercer Mundo”.

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Patrick Carnes es un conocido experto en terapias de tratamiento de la adicción al sexo, hasta el punto de que se considera que él inventó el término, hace tres décadas. También es el fundador de The Gentle Path (el camino amable), una clínica especializada que desde el mes pasado alberga a los supuestos depredadores sexuales más famosos de Hollywood, el productor Harvey Weinstein y el actor Kevin Spacey. Ambos han huido al desierto de Arizona para contarle sus problemas, como aquel productor del avión, al doctor Carnes.

Sobre el mapa, el lugar parece un pequeño rancho en la Carretera de la Mina del Buitre, un camino de tierra en Wickenburg, medio del desierto de Arizona, a 96 kilómetros al noroeste de Phoenix. La zona la ocupa un complejo de clínicas llamado The Meadows, las praderas, un nombre demasiado benévolo para un cigarral que viene a ser una continuación del desierto de Sonora. A mediados de noviembre, las máximas son de 30 grados y las mínimas de 12. En julio, lo normal es 42 grados.

Entrada principal a la clínica The Meadows.
Entrada principal a la clínica The Meadows.Getty Images

En un vídeo promocional subido a la red hace un año, Carnes presenta el desierto de Sonora como un lugar de propiedades curativas debido a su belleza y su paz. “Las adicciones te pueden arrinconar, especialmente cuando son debidas a secretos sexuales y comportamiento insano”, dice Carnes en el vídeo. Su programa se basa en una tabla de 30 objetivos, que comienzan con salir de la negación y entender la naturaleza de la enfermedad, y acaban con lograr una vida íntima satisfactoria y desarrollar el lado espiritual de la vida. En el vídeo, la doctora Monica Meyer, directora médica de The Gentle Path, explica que la terapia combina los 12 pasos de la cura de adicciones con “los últimos avances en neurociencia”.

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“Las investigaciones muestran que la mayoría de los adictos al sexo han sufrido traumas físicos, sexuales o emocionales”, dice Meyer. “Nuestro programa se centra en las raíces de la adicción al sexo”. La terapia tiene un “enfoque holístico” que incluye terapia equina y de expresión artística, yoga, tai-chi, acupuntura y meditación. Según un reportaje de la cadena CBS, el tratamiento dura 45 días por los que el paciente paga 58.000 dólares. “No son unas vacaciones”, dice Carnes en el reportaje. “Es como un campamento militar”.

Esta semana han aparecido en US Weekly las primeras fotos robadas a Kevin Spacey en la clínica. Se le ve con ropa deportiva, gorra, libros y bebidas, entrando y saliendo de una habitación. La clínica no ha confirmado que ninguno de los dos famosos estén ingresados allí. De Weinstein solo se han visto unas fotos en un restaurante de Phoenix. Según el periódico de referencia del Estado, The Arizona Republic, también han buscado tratamiento de distintas adicciones en The Meadows famosos como Selena Gomez, Kate Moss, Donatella Versace, Rush Limbaugh y posiblemente Tiger Woods.

El espacio de The Gentle Path lo comparten entre 12 y 24 pacientes. Firman contratos de confidencialidad sobre sus compañeros de terapia. Según el periódico, están prohibidos los móviles, la televisión, ordenadores, reproductores de música, videojuegos e instrumentos musicales. Tampoco se pueden tener golosinas, armas o material para coser. El equipaje se revisa al entrar y se requisa todo aquello que no está permitido. Los pacientes pueden hacer una llamada al llegar, y deben esperar tres días antes de poder usar de nuevo un teléfono compartido para el que se establecen turnos.

“La adicción al sexo es como cargar con una gran piedra, que va contigo a todas partes”, dice Carnes en el vídeo promocional de la clínica. “Los secretos sexuales que albergas en tu conciencia pueden hacer tu vida ingobernable. Gentle Path es el lugar donde vas a soltar esa piedra, reivindicar sueños perdidos, y lograr un cambio profundo que dure a largo plazo”. El cambio a largo plazo que le interesa a Hollywood, sin embargo, es otro.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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