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ICON PARA RENAULT

Un perfecto chico Icon nos presenta el coche Icon

Tras alcanzar la fama televisiva con 'Velvet', Peter Vives planea su salto internacional. Le acompañamos en un día de trabajo en el que solo el RENAULT Talismán Berlina ICON es capaz de seguir su ritmo

Peter Vives tiene una energía contagiosa. El actor barcelonés se sabe en un buen momento, después de alcanzar la popularidad con El tiempo entre costuras y Velvet, y empieza el día con determinación. Cuesta seguirle el ritmo pero, por suerte, cuenta con un aliado como el RENAULT Talismán Berlina ICON. Porque, además de un actor al alza, Peter es un apasionado de los coches. “Me encantan”, asegura con un entusiasmo todavía juvenil (acaba de cumplir los 30). Se fija en los detalles, empezando por el exterior –“la vista es lo primero que te llega”– y continuando por el interior. “Soy muy friqui del sonido en el coche”, confiesa. “En función de la música que me pongo, conduzco de una forma u otra”. Hoy tiene una jornada ajetreada de ensayos, así que conecta su smartphone y sale dispuesto a comerse la mañana.

“La motivación es clave para todo en la vida: para un papel, para un trabajo… A mí me funciona muy bien ponerme retos”

Hace unos días, Vives se planteó un reto: correr 10 kilómetros en menos de 40 minutos. Se quedó a las puertas (“lo hice en 41”, dice riendo), pero no se conforma con esa marca. “La motivación es clave para todo en la vida: para un papel, para un trabajo…”, explica. Por eso siempre reserva un momento de la jornada para entrenar. “Un día hago pesas, otro yoga, crossfit, corro…”. Hoy toca justo eso último, y hace un alto para ponerse las zapatillas. “Puedo ser algo perezoso, por eso me funciona ponerme retos”.

“El diseño es lo primero que te llama”, cuenta Peter. “Me encanta su línea sofisticada gracias a sus llantas exclusivas y su firma luminosa de LED”.
“El diseño es lo primero que te llama”, cuenta Peter. “Me encanta su línea sofisticada gracias a sus llantas exclusivas y su firma luminosa de LED”.

Entre esas metas, ahora se encuentra su salto internacional. “Tengo una lengua materna, el inglés, que nunca he explotado”, cuenta recordando los orígenes neozelandeses de su madre. La última parada del día es un evento, que él asume como un elemento más de su trabajo. “Es una parte necesaria. Se trata de tocar todas las teclas y encontrar un equilibrio”. Antes de despedirse cuenta que pronto comenzará el rodaje en Italia de la versión televisiva de El nombre de la rosa, y que espera viajar a Los Ángeles el próximo año para continuar su aventura internacional. Pero sus prioridades están tan claras como sus metas: “Prefiero ser bien valorado en mi profesión que ser una estrella”.

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