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Rocío Crusset: “Ser ‘hija de’ me ha dado una mayor cobertura, pero no es un beneficio”

La modelo se desvincula de la fama que precede a sus padres Carlos Herrera y Mariló Montero y deslumbra sobre la pasarela

Maite Morate

Si hubiera querido dedicarse al periodismo su puesto de trabajo estaría más que asegurado entre las ondas radiofónicas o delante de las cámaras de televisión, ya que sus padrinos hubieran sido sus propios padres, Carlos Herrera y Mariló Montero. Pero Rocío Crusset ha decidido apuntar hacia otra industria, la de la moda y, aunque siempre le ha perseguido la fama de sus progenitores, esta joven de 23 años ha sabido desvincularse de sus apellidos para deslumbrar sobre las pasarelas y convertirse en una de las modelos emergentes de la moda española.

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Precisamente por ello eligió el sobrenombre de su abuela paterna para darse a conocer ante el público. “Tomé esta decisión para llevar mi carrera por el lado profesional y separar de alguna manera el vínculo a mis padres. Además de que suena bonito”, asegura sonriente la modelo. Una sonrisa que no desaparece cuando reconoce, por enésima vez, que ser hija de le ha facilitado las cosas, pero su trabajo, insiste, es la base central. “He tenido una cobertura más amplia, no lo niego, pero no me he aprovechado de ello. De hecho, no creo que me beneficie para la imagen que quiero proyectar para mi carrera. Tampoco me ha perjudicado, pero no he sacado beneficios”, sentencia.

La agencia de modelos Uno Models fue quien apostó por ella hace dos años y en febrero de 2015 debutaba en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid de la mano de Ángel Schlesser. Desde entonces, ha desfilado en todas las pasarelas de renombre nacionales como la Swimwear Fashion Week Gran Canaria Moda Cálida, la 080 Barcelona Fashion y la Gaudí Novias. Además, ha protagonizado campañas publicitarias para diferentes marcas como Springfield y portadas en las revistas de moda más reputadas como Vogue, Elle o Glamour. Este jueves, Crusset desfila por segundo año consecutivo en la Women’secret Night y los nervios están más calmados que en sus inicios.

“Cuando era más pequeña no me imaginé lo que esto suponía. Cuando di el primer boom y se me empezó a conocer me asusté un poquito, pero al final aprendes a llevarlo”, explica en referencia a la popularidad que poco a poco ha ido alcanzado pero por la que no se siente “ni maltratada, ni atosigada, ni castigada”.

Inma Flores (EL PAÍS)

Una fama, en cambio, que en alguna ocasión sí que se ha visto truncada por las críticas en las redes sociales. Crusset es muy activa en Instagram, donde acumula más de 93.000 seguidores, y ha sido en esta plataforma donde más comentarios negativos ha recibido especialmente por su “extremada delgadez”, como han escrito muchos usuarios. “Las críticas no las llevo mal. Estamos expuestos a ello al subir constantemente fotos en las que cualquier persona puede opinar. Lo ideal sería que la gente expresase su opinión con corazón o al menos con educación, pero la verdad es que no me afecta”.

La templanza que desprende esta joven modelo al hablar de estos temas quizá la haya adquirido a raíz de sus años en los diferentes internados –Londres, Washington y Suiza– donde ha pasado parte de su adolescencia. “Me ha aportado sobre todo mucha madurez. Aprender a ser sociable y conocer muchas culturas. Es un gran aprendizaje que me ha venido muy bien a la hora de viajar ahora y desenvolverme mejor”.

Nacida en Sevilla y de cuyo acento andaluz es incapaz de desprenderse, la top ha vivido en Londres, Milán, Ciudad del Cabo y Los Ángeles, donde desarrolla su carrera como modelo y a la vez compagina sus estudios de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad San Pablo CEU de Madrid, donde está terminando el tercer curso.

Crusset tiene claro que su pasión actual es el trabajo -desde pequeña imitaba los pasos de la top brasileña Gisele Bündchen, su gran referente y a quien desea conocer-, sin embargo sabe que la familia es la piedra que cimienta su vida. Por ello siempre que puede aprovecha para pasar tiempo con sus padres, su hermano, sus amigos y su pareja, el también modelo Juan Betancourt, del que no se esconde y prueba de ello son las imágenes de amor que ambos publican en sus redes sociales. Además, asegura que no hay rivalidades entre ambos. "Intentamos separar el trabajo de la relación, aunque en las parejas siempre se habla de todo y si has tenido un mal día pues se habla y se comparte todo, pero no hay ninguna competencia entre nosotros".

Esta joven promesa de la moda española es positiva con los tiempos actuales y está muy agradecida por las oportunidades que le está brindando esta complicada industria. Aunque no sabe ni dónde ni cómo se verá dentro de diez años, Crusset asegura ser constante y muy trabajadora y aconseja a los que están empezando que no tiren la toalla. “Que la gente no se frustre por conseguir algo que a lo mejor no llega. Hay que ser feliz y no cambiar por nada ni por nadie”.

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Sobre la firma

Maite Morate
Es redactora en Última Hora y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario digital Redacción Médica y en la Cadena SER. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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