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El ‘gentleman’ del cine británico

Jeremy Irons se convirtió en intérprete casi de casualidad, pero admite que la profesión le va como anillo al dedo

Entrevista con el actor birtánico Jeremy Irons.

“Leí muchas biografías de actores. El primer libro que me regaló mi padre fue la vida de Charles Chaplin y, poco a poco, sin darme cuenta, me fui enamorando de aquella forma de vida”. Así nació la vocación artística de Jeremy Irons, uno de los más grandes actores británicos del último medio siglo. Una vocación que, sin embargo, tardó en germinar. “Nunca pensé que me dedicaría a esto”, confiesa. “Nunca me enamoré del teatro, aunque pasé épocas muy felices. Recuerdo haber pensado que llegué a este negocio no muy en serio”, explica.

El sábado 21 de octubre los espectadores podrán conocer éstos y muchos más secretos de la vida y trayectoria profesional de Jeremy Irons gracias a una nueva entrega de Una vida en imágenes, el espacio de entrevistas producido por la Academia británica de cine y televisión (BAFTA), que en España emite en exclusiva TCM. Además, como complemento a esta charla, se emitirán dos títulos de la larga y fecunda carrera del actor: M. Butterfly, dirigida por David Cronenberg en 1993, y Jungla de cristal: la venganza, la tercera parte de la saga protagonizada por Bruce Willis y que John McTiernan dirigió en 1995.

A pesar de que, según sus palabras, se convirtió en intérprete casi de casualidad, Jeremy Irons admite que la profesión le va como anillo al dedo. “Yo quería tener la fama suficiente para que vinieran a verme al teatro, pero no pensé que sería actor de cine porque, en aquella época, los actores de cine famosos eran del Norte, como Albert Finney o Tom Courtenay, y yo, comparado con ellos, era un poco amanerado”, reconoce.

Jeremy Irons nació en Cowes, en la Isla de Wight, situada al sur de Inglaterra, el 19 de septiembre de 1948. Estudió actuación en el Bristol Old Vic Theatre School. Comenzó a aparecer en distintas series de televisión a comienzos de la década de los años 70, pero fue en los 80 cuando alcanzó la popularidad gracias a películas como La mujer del teniente francés, en la que compartía papel nada menos que con Meryl Streep y, sobre todo, por la serie de televisión Retorno a Brideshead, basada en la novela homónima de Evelyn Waugh.

A partir de entonces, el rostro de Jeremy Irons se hizo muy conocido en todo el mundo gracias a títulos como El amor de Swann, La misión, Inseparables o El misterio Von Bulow, por el que ganó el Oscar como mejor actor. “No me relajé, pero es una situación muy cómoda. Tienes una plaza en el sofá. Ya no te sientas en cuclillas en el borde”, dice sobre lo significó ese premio.

A lo largo de la conversación, el actor habla de su técnica y de cómo crea y prepara sus personajes. “No soy un actor que trabaje de afuera hacia adentro. Intento averiguar qué siente el personaje y, con suerte, hacer que el cuerpo y la cara muestren esos sentimientos. No miento muy bien. Mis sentimientos suelen dejarse ver y creo que eso es muy útil para un actor”.

Jeremy Irons llega a una tajante conclusión: “Trabajar con los mejores te hace mejor”. Y él sigue sentando cátedra lo mismo en pequeñas producciones británicas, como Su mejor historia, que en grandes éxitos de taquilla de Hollywood, mostrando siempre en pantalla un impecable físico que, con 69 años recién cumplidos, sigue siendo el de un perfecto gentleman.

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