_
_
_
_
_

El celestial Federer niega a Nadal en Shanghái

El suizo (6-4 y 6-3, en 1h 12m) logra su sexto título del año al firmar su quinto triunfo seguido ante el español, que jugó con una rodilla vendada. Basilea, París-Bercy y Londres decidirán el número uno

FOTO: Federer besa el trofeo de campeón, este domingo en Shanghái. / VÍDEO: Fragmento del partido.Vídeo: Yifan Ding (getty) / reuters
Alejandro Ciriza

De dominado a dominador, Roger Federer ha transformado definitivamente la tendencia. El suizo, de 36 años, venció a Rafael Nadal (31) en la final del Masters de Shanghái (6-4 y 6-3, en 1h 12m) para obtener su quinto triunfo consecutivo contra el español, el cuarto esta temporada. El de Basilea, superior este año en Melbourne, Indian Wells, Miami y ahora también en China, ha dado con la fórmula que se le negaba históricamente y ahora es él el que controla el presente; eso sí, jugando todas estas veces en terreno propicio, sobre superficie dura. En este 2017 de renacimientos, la impotencia se ha trasladado al otro lado de la red, donde pardójicamente Nadal tal vez cierre el ejercicio sin haber sido capaz de batir a Federer.

Más información
Nadal y Federer iluminan Shanghái
Nadal reprime a Cilic y alcanza la final

La tormenta arreció desde la primera pelota en juego. Desde el inicio, Federer desatado, oprimiendo al resto, devolviendo larguísimo para hacerse con el mando y llevar la iniciativa. Comió pista desde el principio el suizo, maestro del bote pronto, poniéndolas en las líneas y planteando un ritmo vertiginoso. Una tortura, desasosiego constante para Nadal, prácticamente impoluto durante toda la semana, esta vez cometiendo bastantes más errores no forzados de lo habitual (18) porque los tiros de Federer portaban veneno todo el rato, sin excepción, y obligaba a devolver siempre desde posiciones forzadas.

Este curso, la dinámica emocional de los pulsos entre ambos se ha invertido por completo. El mallorquín manda en el historial (23-15), pero si antes era el suizo el que tenía pesadillas al mirar al otro lado de la red, hoy día es él el que sufre cuando ve la que se le avecina. Antes, era Nadal el que disfrutaba en los clásicos y ahora es Federer el que se frota las manos y domina. Portentoso lo de este último, con el mando teledirigido en la mano, ensanchando la pista hasta hacerla inabarcable, break arriba nada más abrir boca y después una demostración tras otra, pincelada aquí y allá, derechas y reveses con música celestial de fondo.

GRÁFICO: Todas las cifras de los enfrentamientos entre Nadal y Federer.
GRÁFICO: Todas las cifras de los enfrentamientos entre Nadal y Federer.

¡Pim! ¡Pam! ¡Pum! Tres aces consecutivos y un juego cerrado en 50 segundos. El Federer salvaje. Perfecto al saque y Nadal pasando las de Caín, con muy pocas posibilidades de respuesta. Al número uno (la renta ahora es de 1.960 puntos, por lo que habrá batalla hasta final de año) le faltó chispa a la hora del resto y si se sostuvo fue en buena medida gracias al saque. Esa era una de las pautas marcadas en la hoja estratégica por él y su equipo, en busca de variables para tratar de compensar el desequilibrio de los últimos choques, en Melbourne, Indian Wells y Miami, donde Federer demostró que ya no flaquea con el revés y que ha roto todo corsé psicológico.

El tendón rotuliano del número uno

Federer y Nadal, durante la entrega de premios en Shanghái.
Federer y Nadal, durante la entrega de premios en Shanghái.ALY SONG (REUTERS)

El número dos condujo el partido exactamente hasta donde él quería, a ese modo de piloto automático: puntos muy cortos, a menos de cinco golpes; todo muy rápido, velocidad, vértigo y nada de pausas, haciendo extremadamente fácil todo aquello que para el resto es extraordinario. A todo gas el de Basilea, un relámpago que cerró la manga inicial con 16 golpes ganadores y un 83% de eficacia tanto con primeros como con segundos servicios. Fuegos artificiales con el sello de RF en la pista de Qi Zhong, techada en esta ocasión debido a la lluvia, escenario que premia más que ninguno la celeridad y que, por lo tanto, se adapta como un guante a su juego.

Antes, era Nadal el que disfrutaba en los clásicos y ahora es Federer el que se frota las manos

En este sentido, lo que a uno le dio alas al otro le pasó factura. Nadal, lento y plomizo, jugó con el tendón rotuliano derecho protegido por una venda compresiva, lo que indica que a estas alturas de la temporada su rodilla derecha está sufriendo. El español ha disputado 10 partidos en 13 días y acusó el desgaste, sobre todo el de los pulsos contra Grigor Dimitrov y Marin Cilic, así que ofreció una resistencia menor de la prevista. Federer cerró la secuencia victoriosa que había firmado desde Nueva York, con 16 triunfos sucesivos. La temporada va asomándose al final y el índice de fuerza ya pica haca abajo. Mientras que Nadal lo ha jugado casi todo (75 partidos, 15 torneos), el genio a la carta se ha dosificado de tal forma (48/9) que encara la última recta más fresco.

Decidió el segundo parcial con la rotura del quinto juego y aterrizó felizmente en su segundo título en Shanghái, el 27º de un Masters 1000 (a tres de Nadal y Novak Djokovic) y el 94º de su carrera profesional, por lo que iguala a Ivan Lendl y limó la diferencia con el recordman Jimmy Connors (109). Y ahora, por delante, el regreso a Europa: una cita en su guarida, Basilea, y otro 1000 en París-Bercy antes del broche de oro, la Copa de Maestros (del 12 al 19 de noviembre). Federer, jugada maestra la suya este año, volando alto y Nadal, ojo con esa rodilla, intentando descifrar el enigma que supone en estos nuevos tiempos el suizo, el único bastión que se le resiste.

Todo ha cambiado: hoy, la quimera es Federer. La impotencia está al otro lado.

NADAL: “¿LA RODILLA? NO ES MOMENTO PARA HABLAR DE ESO, SE PUEDEN MALINTERPRETAR LAS COSAS”

En la sala de conferencias, Nadal no quiso profundizar en su contratiempo en la rodilla ("después de una final no es el momento para hablar de eso, se pueden malinterpretar las cosas") y enfatizó la excelente actuación de Federer en la final, a la vez que valoró su rendimiento durante la gira asiática. Además, dejó en el aire su participación en la próxima cita, Basilea.

"Roger ha jugado muy bien, muy rápido en todo momento. Está claro que habría podido hacer ciertas cosas mejor, no ha sido mi mejor partido, pero es que él ha jugado realmente bien", indicó; "ha sacado de forma increíble y también ha restado de manera fabulosa. Cuando el rival juega mejor que tú en tantos aspectos del juego se hace muy difícil hacerle frente y pasan estas cosas",

Y continuó: "Estoy muy contento por cómo me ha ido en Asia. Es una parte de la temporada que siempre me ha costado mucho. Es verdad que hoy no he podido jugar al nivel que me hubiera gustado, al nivel que requería una final como esta, pero en parte también lo ha provocado el gran nivel de mi rival".

Mientras, Federer reconoció haberse sentido especialmente cómodo en Shanghái, donde aterrizó una semana antes del inicio del torneo. "Me he encontrado muy bien estos días y también en la final. Creo que he restado muy bien; lo único que he hecho mejor que el resto ha sido el saque. La clave ha podido estar en llegar antes de tiempo a evento para preparar el torneo".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_