_
_
_
_
_

La revolución de Maura

La cuarta temporada de ‘Transparent’ ahonda en las relaciones entre sus principales personajes

Jeffrey Tambor en el sexto capítulo de la cuarta temporada de 'Transparent', en el que la familia visita Israel. En vídeo, tráiler de la cuarta temporada de 'Transparent'.

Cuantas más personas se suman a la vida de los Pfefferman en Transparent, más se centra la serie en la familia protagonista. Así lo desea Jill Soloway, creadora de esta ficción y de todo el universo que la rodea y que ha revolucionado en el último lustro lo que se consideraba comedia familiar en la televisión estadounidense. “Lo viví también en A dos metros bajo tierra. Que con cada episodio llegan nuevos amores, amigos, conflictos y la historia se va ramificando. Por eso mi intención en esta cuarta temporada [recién estrenada en Movistar Series] es reagrupar a la familia, que vuelva a mirar hacia adentro”, señala a EL PAÍS la productora y escritora.

Ella puso la semilla de la revolución sexual y social que ha supuesto Transparent los últimos cuatro años. A su entender, la televisión es mucho más que televisión hoy en día, al menos la que sale de su cabeza: “No tienes más que ver a Jeffrey Tambor [el protagonista, quien interpreta a un hombre, Mort, que se convierte en mujer, Maura] hablando como un portavoz de los derechos humanos. Que [Barack] Obama fuera el primer presidente estadounidense que haya dicho la palabra transexual ha generado debate. Los últimos cuatro años han sido una revolución, y comenzó cuando los transexuales fuimos invitados a la mesa de los guais al recibir ese primer premio que fue el Globo de Oro”.

Es una revolución que sigue avanzando. Transparent presenta esta temporada el primer desnudo frontal de un transexual en televisión. También potencia un nuevo lenguaje donde el género no es binario. Y una revolución que Soloway está dispuesta a llevar a otras áreas. Por ejemplo, a Israel y los territorios ocupados. “Sé que es un riesgo”, se encoge de hombros como quien está acostumbrada a lanzarse al vacío. “Ir a Israel, estar en los territorios ocupados, conocer su lucha en defensa de los derechos humanos, estar dispuesta como judía a llevar su historia a mi comunidad”, enumera, identificándose con una experiencia que luego también ha escrito para la serie.

Tambor se ha apuntado a esta misma lucha y piensa seguir a Soloway donde haga falta. “Maura cambió mi vida”, no se cansa de repetir el actor, que gracias a este personaje lleva ya ganados dos premios Emmy y un Globo de Oro. “Se ha convertido en mi mejor amiga. Estaré con ella otros 20 años y luego diré adiós a la televisión. Será mi último trabajo”, bromea el intérprete, de 73 años. “Soy de la generación de Maura”, abunda.

“La cuarta temporada habla de buscar cuál es tu hogar, tu origen. Y ahí es donde estamos, poniéndolo todo sobre la mesa”, prosigue el actor. Esa que como intérprete alimenta siempre sus inseguridades. “Solo antes y después de que digan acción y corten. Entre esas dos palabras soy Maura”.

Tambor recalca que a esa búsqueda de identidad se han sumado este año un 10% más de espectadores que las temporadas anteriores. Soloway recuerda que en la actualidad Transparent, una serie que nació de la evolución sexual que vivió su padre, se emite en 230 países. Pero, como señala, lo imprescindible de este éxito pasa por volver a los orígenes. Y nunca perder el humor.

“Jeffrey necesita trabajar con Amy [Landecker] con Judith [Light], con Gaby [Hoffmann], Jay [Duplas], para mantener su química y su humor”, dice la autora sobre sus intenciones para esta temporada en alusión a los intérpretes que encarnan al resto de la familia. “Los Pfefferman son una familia divertida. El humor siempre brilla en todo lo que hacen”, concluye Tambor.

La campana del silencio

En medio de los ruidosos Pfefferman, la creadora de Transparent necesita una campana del silencio para escuchar sus voces. "No hablo solo del Integratron que tanto me gusta", dice del edificio construido en medio del desierto de Joshua Tree (EEUU) por el ufólogo George Van Tassel para contactar con la vida extraterrestre y ahora utilizado para "baños sónicos" por su acústica perfecta. Soloway habla de su método de trabajo. Antes de Transparent era una workalcóholica. Ahora no escribe más de cuatro horas diarias que empiezan después de las 10 de la mañana. Eso sí, sin internet. "Es todo lo que necesitas. El resto, hay que disfrutar de la vida", dice estricta dividiendo su tiempo como escritora en bloques de 50 minutos con los que consigue un día perfecto en equilibrio entre la vida y el trabajo. "Porque para mi, los Pfefferman existen, son reales. Almas que están cerca y solo tengo que apuntar lo que me dictan", confiesa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_