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El vídeo que deberían haber visto las madres que discriminaron al niño con Asperger

"¿Al colegio venimos a aprender, no?". Una lección para todos aquellos padres que se alegran por la exclusión de un niño con necesidades especiales

"¡Qué bueno para los chicos, que puedan trabajar y estar tranquilos!", celebraba una de las madres que, según hemos sabido hoy, venían presionando al colegio al que llevan a sus hijos para que cambiaran de clase a un compañero con síndrome de Asperger. Como recuerda la Asociación Asperger Madrid en su web, los niños con este síndrome son especialmente vulnerables al acoso escolar. Y no son los únicos: alumnos con otros síndromes no relacionados con el autismo, pero sí con los tics, como el síndrome de Tourette, también son víctimas fáciles del bulling, como dejó patente la película Front Of The Class, a la que pertenece el fragmento vídeo que encabeza este artículo.

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La noticia obliga a recordar que "el acceso a una educación ordinaria e inclusiva es un derecho fundamental de ese y todos los niños y niñas", como recalca Ruth Vidriales, psicóloga especialista en TEA (Trastornos de Espectro Autista), como el Asperger, y directora técnica de la Confederación de Autismo de España. "No es una cuestión de preferencias, de que los padres quieran o no quieran que un niño con necesidades especiales estén en la clase de sus hijos".

Pero no solo eso: "La educación no se limita a las asignaturas curriculares", apunta Vidriales. "La escuela es un reflejo del resto de la comunidad, en la que conviven realidades muy distintas; si los niños aprenden en un entorno de diversidad lo viven como algo natural". En una sociedad en la que se valoran las habilidades sociales como ingrediente del éxito, parece que conocer y normalizar estas diferencias es justamente una de las cualidades en las que un líder debe educarse. Cabe recordar que el síndrome de Asperger "afecta hoy a uno de cada 100 nacimientos", según los datos que aporta Vidriales: "Es decir, es mucho más común de lo que nos creemos".

Precisamente con el objetivo de concienciar y normalizar, Front Of the Class (Frente a la clase) —película basada en el libro Front Of The Class: How Tourette Syndrome Made Me the Teacher I Never Had (Frente a la clase: cómo el síndrome de Tourette me hizo ser el maestro que nunca tuve), de Brad Cohen— ofrece la lección que todos necesitamos. "¿A qué venimos al colegio?", pregunta el director del colegio al protagonista, diagnosticado de Tourette: "A aprender", dice él. Y esto es lo que no enseña: ese niño con un trastorno por tic necesita que se le trate igual que al resto en lugar de señalar sus diferencias. Antes que eso, necesita sobre todo —como los niños con otros síndromes como el Asperger o los TEA— que el resto de la clase comprenda en qué consiste su diagnóstico. Información.

"El sufrimiento que pasan los niños con Asperger —similar al del niño con Tourette del vídeo— podría evitarse con más atención por parte de los educadores y más información", explica Mariana Perretti, directora técnica de la Asociación Asperger Madrid, quien cuenta que en una ocasión un niño con síndrome de Asperger le preguntó después de conocer a otro con síndrome de Down: "Entonces, ¿yo tengo lo mismo que ese niño?". "Si no se les da información rellenan las lagunas con su imaginación", explica Perretti: "Este niño había asumido que por ser síndromes los dos eran lo mismo". Como él, sus compañeros de clase, dicen que "tiene una enfermedad en la cabeza, por ejemplo".

Perretti trabaja con aulas en las que hay alumnos diagnosticados. "Hacemos un juego que consiste en ponerse en fila india como imitando un tren. Entonces les pedimos que los que son madrugadores den un paso a la derecha y los dormilones, a la izquierda; los que prefieran la mayonesa o el kétchup... Las preguntas se pueden ir volviendo más abstractas con la edad: los tímidos frente a los extrovertidos, por ejemplo", cuenta. "De esto modo", explica, "nos reconocemos en nuestras diferencias y nos damos cuenta de que todos los somos de alguna manera".

Y, ¿en qué son diferentes los niños con asperger? "Depende de la persona", aclara Vidriales. "Lo único que tienen en común son los criterios de diagnóstico, esto es: tienen una alteración en las áreas principales del desarrollo en el cerebro, las del ámbito de la comunicación social y de accesibilidad del pensamiento. La primera afecta a las habilidades de interacción social: unos no desarrollan la comunicación verbal y la sustituyen por otros tipos de comunicación, otros son muy locuaces pero no dicen lo apropiado en función de los contextos". En ese sentido, según explica Perretti, "pueden convertirse l compañero de clase que interrumpe sin venir a cuento".

Con respecto a lo segundo: hay personas que "tienen intereses limitados, tienen un conocimiento muy profundo de un tema, que además puede no ser compartido socialmente o es poco común, lo que contribuye a su aislamiento", señala Vidriales. "Otra manifestación es que pueden ser muy literales. En un examen, ante la pregunta "¿Puedes hablar de los animales marinos?", un alumno con síndrome de Asperger respondió: "Pues sí". Hace falta concienciar a la comunidad educativa en que estos alumnos requieren preguntas mucho más específicas, no tan generales".

No solo los compañeros de clase y los padres deben avanzar hacia la diversidad. "El sistema educativo debería ser más flexible", demanda Ruth Vidriales. "Ahora hay una enseñanza y una evaluación que es igual para todos pero, aunque estos alumnos tienen las mismas capacidades de aprendizaje que el resto, no pueden someterse muchas veces a las mismas normas de evaluación". ¿Cómo debería ser? "Con sistemas que evidencien sus conocimientos pero que eliminen lo que les pueda interferir. Por ejemplo, la limitación de tiempo es un problema para estos niños a quienes la grafía es algo que les cuesta especialmente: escribir bien y rápido les requiere mucho más esfuerzo y tiempo que al resto".

"Hay ocasiones en que las diferencias, ya sean por síndrome de Asperger o Tourette o cualquier otra, generan discriminación positiva", explica Mariana Perretti. "Nadie puede salir al baño, excepto él o ella; todos deben hacer el examen, excepto él o ella... Esto, si no se acompaña de información, suscita quejas".

¿Ha podido ser el germen de lo ocurrido en ese colegio de Argentina? "No sabemos qué ha pasado para que esos padres lleguen a esa situación", concede Mariana Perretti, "lo que sí sabemos es que son adultos, celebran la exclusión, y ese es el mensaje que lanzan a sus hijos en casa. Trataría de ir al fondo de lo que ha pasado, dar un espacio a esas familias para que se expresen, y trabajar con ellas desde ahí".

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