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Emiratos obsesionados con las alturas

Tras la fiebre de los rascacielos, Dubái y Ras al Jaima anuncian atracciones de vértigo que atraigan más turistas

La tirolina que se levantará en el monte más alto de los Emiratos aspira a ser la más larga del mundo.Vídeo: EFE/ REUTERS
Ángeles Espinosa

Más alto, más rápido, más emocionante. Al día siguiente de que el emirato de Ras al Jaima anunciara la próxima inauguración de la tirolina “más larga del mundo”, una empresa de Dubái ofrecía un paseo por el exterior de uno de sus rascacielos a la altura del piso 53. La fiebre por los récords que inauguró Dubái cuando levantó el Burj Khalifa, “el edificio más alto del mundo”, se ha extendido al resto los miembros de la federación de Emiratos Árabes Unidos (EAU), e incluso a los países vecinos. El objetivo: Atraer visitantes y compensar con el turismo la caída de los ingresos del petróleo.

“Será una experiencia sin parangón”, aseguraba en la presentación de la tirolina Haitham Mattar, el responsable del departamento de Turismo de Ras al Jaima, citado por la prensa local. “Una vez asegurados al arnés en posición horizontal de superhéroe, los usuarios surcarán el cielo como un pájaro durante unos dos minutos y medio. Es lo más cercano a la sensación de volar que puede lograrse”, añadía.

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La tirolina se está construyendo en el monte Yais, el más alto de EAU. Todavía no se ha revelado su longitud final, pero si se ha filtrado que va a superar a El Monstruo de Puerto Rico, actual récord Guinness con 2,2 kilómetros de largo. De hecho, el proyecto, parte de los planes para convertir Ras al Jaima en un destino de turismo de aventura y ecológico, se ha encomendado a la misma empresa, la costarricense Toro Verde. A 500 metros de altura, las vistas están aseguradas, aunque la velocidad de hasta 120 kilómetros por hora que puede alcanzarse en el trayecto tal vez no sea para todos los gustos.

Claro que para estar a la altura de las circunstancias, la atracción también va a disponer de un servicio VIP (siglas en inglés de “persona muy importante”), que ofrece trasladar en helicóptero hasta sus instalaciones a quienes, importantes o no, tengan una abultada cartera. Una vez allí dispondrán de una sala separada en la que esperar, lejos del bullicio de la plebe y disfrutando de unos refrigerios, su experiencia voladora.

Si Ras al Jaima ofrece naturaleza y poder sentirse como Superman, la empresa Emaar, una de las mayores promotoras inmobiliarias de EAU y propietaria entre otros del Burj Khalifa, promete las mejores vistas de Dubái nada menos desde que una “pasarela en el cielo”. Su Sky Walk reta a los más osados a pasear a 200 metros de altura sobre una estructura oval suspendida del piso 53 de una de las torres Address Sky View. El voladizo, de 30 metros de largo y 350 toneladas de peso, va a permitir caminar por fuera del edificio con la tranquilidad de estar sujeto a un arnés. ¿Hay quién dé más?

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Pues de momento, no. Al menos hasta que no esté terminada Ain Dubai, “la noria más grande del mundo”, que se está levantando en el barrio de Dubai Marina, y que tendrá 210 metros de diámetro, muy por encima de los 135 metros de la London Eye de Londres. Eso supone colocar sus góndolas a entre 230 y 260 metros del suelo. El objetivo es eclipsar a la High Roller de La Vegas (167 metros de diámetro), e incluso a la planeada de Nueva York (190 metros).

El gusto, o la obsesión, de los emiratíes por las alturas se refleja también en sus edificios. El Burj Khalifa aspiraba a llegar al kilómetro de altura e iba a llamarse Burj Dubai si no hubiera sido por la recesión de 2008 que lo dejó en 828 metros y motivó que cambiara su nombre para honrar al emir del vecino Abu Dhabi por su ayuda financiera al endeudado Dubái. Poco después, Arabia Saudí entraba en la carrera con la construcción de una torre de mil metros que espera inaugurar en 2020. Pero los emiratíes no están dispuestos a que nadie les quite el trono de las alturas y ya han anunciado otra más elevada, con la firma del arquitecto español Santiago Calatrava, para antes de esa fecha.

El deseo de hacerse con un titular o de entrar en el Guinness obliga a ser imaginativos, pero algunas ambiciones anteriores han chocado con la realidad de lo posible. The World, una urbanización compuesta de islas que formaban un mapamundi, también chocó con la crisis económica y no termina de emerger. El distrito cultural de Abu Dhabi, un conjunto de museos encargados a grandes arquitectos internacionales, lleva años de retraso. Un anunciado hotel submarino sigue sin salir a flote (aunque hay un hotel que ofrece suites bajo el agua).

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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