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El mago Bronstein al ataque

Uno de los ajedrecistas más geniales realiza un sacrificio que las máquinas tardan en comprender

Leontxo García

Posición inicial:

Blancas: Ta1, Ac1, Dd1, Tf1, Rg1, Ac2, Ce2, Cb5; peones en a2, b2, c4, d5, f2, g2 y h2.

Negras: Ta8, Dd8, Tf8, Rg8, Ab7, Ca6, Cf6, Ab4; peones en a7, b6, d7, e6, f7, g7 y h6.

La tercera aparición de David Bronstein (1924-2006) en El Rincón de los Inmortales es un sacrificio de pieza a largo plazo que demuestra la profunda comprensión estratégica y táctica de un genio. Y lo hace frente a otra gran estrella, Paul Keres, glosada aquí hace una semana, que además era su amigo. Todas las piezas de Bronstein en los dos flancos están dispuestas para atacar armónicamente, y él lo aprovecha con aparente sencillez, aunque se trata, en realidad, de una obra de arte.

Esta partida se jugó en el Interzonal (clasificatorio para el Campeonato del Mundo) de Gotemburgo (Suecia), de 1955, que Bronstein ganó invicto. Después se concentró en terminar su maravilloso libro sobre el Torneo de Candidatos de Zúrich 1953, considerado como uno de los mejores que se han escrito sobre ajedrez. Y luego siguió ganando torneos y deleitando a sus millones de admiradores.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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