_
_
_
_
_
¿POR QUÉ CREER EN LOS LIBROS?

“Emprender en la industria cultural tiene un punto suicida”

Dos libreros fundaron la editorial Mármara en 2015 con dos colecciones de narrativa y ahora acaban de lanzar una de ensayo

La editorial Mármara nació en 2015. Pero no cualquier día: “Nuestro primer libro se publica el 23 de abril”, comenta Elena Picó, coeditora junto a Luis de Dios. Tampoco fue cualquier libro el que publicaron por primera vez: se trataba de Doña Juana de Castilla, de Jakob Wassermann, una obra singular que se adentra en uno de los personajes más enigmáticos de nuestra historia. El nombre que da título a la editorial se refiere a un mar turco que se sitúa entre los estrechos de Bósforo y los Dardanelos: “La historia del nombre es curiosa porque nuestro proceso fue al revés de lo habitual. Normalmente tienes el nombre y luego viene lo demás; aquí teníamos el logo que es una 'm' en el alfabeto árabe y luego ya vino todo lo demás”.

Mármara comenzó con dos colecciones de narrativa: Balsa de Piedra (en la que rescatan clásicos que no se habían traducido o que, por diversos motivos, habían pasado desapercibidos en las librerías) e Itinerario para náufragos (con autores contemporáneos, recientes y actuales, extranjeros y nacionales) son las dos colecciones que inauguraron al comienzo. El pasado mes de abril iniciaron la colección Mármara Ensayo, debutando con un excepcional titulo, Escribir, tan solos, del argentino Carlos Skliar, un compendio de textos que explican las relaciones entre escritura y soledad. “La línea editorial es complicada de definir, tal y como sucede en editoriales pequeñitas como la nuestra porque tendemos a publicar más lo que nos puede interesar que seguir un camino marcado”, afirma Picó.

Una de las características de esta editorial es que sus fundadores son libreros en activo. De algún modo, están en los dos lados de una misma realidad: ¿ladrones y policías al mismo tiempo? “En nuestro trabajo se presentan un montón de posibilidades para publicar libros que no tenían hueco y merecían una oportunidad, así que nos tiramos a la piscina y cruzamos al otro lado”, comenta la editora. No me atrevo a preguntarle cuál de los dos lados es más arduo de ejecutar -editor o librero-, pero su respuesta me deja la cuestión bastante nítida: “Emprender cualquier tipo de proyecto tiene un punto de locura, emprender en la industria cultural tiene un punto suicida”. Y esta actitud arriesgada de jugar a dos bandas les ha proporcionado algunas de las mayores ventajas que poseen.

“El primer obstáculo que tenemos es, al mismo tiempo, la principal virtud. Somos libreros y seguimos trabajando. Cuando intentas compaginar ambos proyectos es muy complicado porque ser editor exige mucho tiempo, pero tener esta profesión nos ha permitido iniciar Mármara y que sea 100% independiente, es decir, permite que podamos tener vía libre para publicar lo que nos apetece”. En el mundo cultural, hay muchos más frentes de los que en un inicio es posible percibir. Por ello, el desembarco en este universo suele acarrear ciertas dificultades: “Lo mas difícil para un editor es decir 'no' y también es muy complicado lidiar con el 'no' que también nos dicen a menudo”, comenta Picó para concluir que sólo una organización muy cuadriculada y germana permite una buena salud editorial.

Me pregunto si habrán colocado alguna vez sus libros por delante de los demás pero constato una máxima rigurosidad en su trabajo. Uno que, por ejemplo, se vio reflejado en el arduo proceso de publicar A través de la noche, de Stig Saeterbakken (un libro que “todavía era un embrión en 2014 y que no se llega a publicar hasta enero de 2017”), pero también el que ha sido su mayor éxito hasta el momento, Solo, del dramaturgo August Strindberg, un clásico a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Picó nos recomienda todos los libros de la editorial Dioptrías, una “colección pequeña pero cuyos títulos son librazos con mayúsculas”.

Preguntarle a una editora y librera porque debemos creer en los libros es una cierta perogrullada, puesto que no hace otra cosa que tocarlos, leerlos y coleccionarlos: “Los libros tienen una particularidad que tienen muy pocas cosas en la vida: todas las personas, en mayor o menor medida nos relaciones con ellos. El libro no es sólo un conjunto de páginas grapadas y encoladas, son puertas hacia algo mucho mas grande, son pequeños hitos. Y en esta vida hay pocas cosas que puedan marcarnos tanto”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_