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Tentaciones
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LO QUE HAY QUE VER

El protagonista de la nueva de Spider-Man: "Ser un héroe es tan simple como pensar en los demás"

Hablamos con el actor Tom Holland y con el director y productor de 'Spider-Man: Homecoming', que se estrena en cines la próxima semana.

Ver a Tom Holland vestido de Spider-Man impresiona tanto como ver a Tom Holland vestido de Spider-Man; eso es todo lo preciso que puedo ser. Lo que queda de mi mandíbula y yo estamos en el set de SpiderMan: Homecoming, durante el rodaje de una escena en la que el superhéroe irrumpe en una fiesta, lanza telarañas como si fueran serpentinas y baila con los allí presentes.

Como dirían Kokoshca, ¿por qué nos frena la lluvia? Hablemos de baile. "Empecé a bailar de pequeño, en casa, con canciones de Janet Jackson", recuerda Tom Holland. "Mi madre, entonces, me apuntó a clases de danza, y fue allí donde me enamoré definitivamente del baile. De hecho, fue mi profesor de danza el que me animó a hacer una audición para la adaptación teatral de Billy Elliot". Y la pasó: Tom estuvo ocho meses sobre el escenario bailando, sí, pero también entrenando a diez años vista. "No hay una sola secuencia de acción en Spider-Man: Homecoming donde no haya puesto en práctica todo lo que aprendí bailando en aquel musical".

"Rodando 'Lo imposible' me di cuenta de que quería ser actor durante el resto de mi vida"

Las tablas, al menos la de ese tipo, de poco sirven cuando hablamos de tragar y escupir agua salada: Lo imposible, disaster film patrio, fue la película con la que Holland se fogueó ante las cámaras. "Rodando Lo imposible me di cuenta de lo que quería hacer el resto de mi vida". Ser actor, claro. Y, pura humildad, dice estar todavía en ello. "He aprendido muchísimo durante este rodaje", reconoce. "Es una historia de aprendizaje para Peter Parker tanto como lo está siendo para mí como actor. Estar inmerso en una proyecto así de enorme es tan loco, para mí, como lo es para mi personaje interactuar con Iron Man o con el Capitán América". Ese sentimiento, asegura Tom, se ha trasladado al plot de la película. "En el cine de superhéroes siempre hay una escena en la que el personaje aprende a usar sus poderes durante diez minutos y, acto seguido, ya los controla a la perfección. En Spider-Man: Homecoming eso no ocurre: incluso cuando termina la película, Peter sigue sin ser un buen Spider-Man".

En ese sentido, el de superhero in progress, abunda también Eric Carroll, coproductor de la cinta: "Queríamos contar la historia de un Spider-Man al que todavía le quedasen unos años para balancearse sobre el Empire State Building". Del mismo modo, Jon Watts, director del filme, considera que la inexperiencia de Peter Parker es el mayor potencial de este reboot. "Creo que es muy interesante arrojar la visión de un niño a un universo cinematográfico que, como ocurrió en Los Vengadores, ha llegado a ser destrozado por alienígenas", apunta el cineasta.

Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad, y en ésta, implícitamente, va el mantener a salvo tu identidad secreta. O no. "Cuando estaba en el proceso de casting de Spider-Man: Homecoming, la productora me pidió que lo mantuviese en secreto", continúa Holland, "pero, obviamente, se lo conté a todo el mundo". No: la expresión 'contrato de confidencialidad' no existirá en la terminología millennial hasta que no haya una app con la que firmarlo. "Me enteré de que me habían cogido para el papel como se enteró todo el mundo: por Instagram. Recuerdo que estaba en la cama, con mi perro, haciendo scrolling en mi móvil, cuando me encontré una publicación del tipo entra-en-nuestra-web-para-descubrir-quién-será-el-próximo-spidey". Bío. Web. Boom. "Me puse a gritar de pura felicidad y mi perro acabó huyendo, despavorido. Al poco me llamaron de la productora para darme la noticia, y fue como: 'Oh, sí, lo vi hace un rato en Instagram'. Fue un día de locos".

"Me enteré de que me habían cogido para ser Spider-Man igual que todo el mundo: a través de Instagram"

Tom, de civil desde el inicio de esta entrevista, viste una camiseta con un burro disfrazado de Spider-Man —Spider-Donkey, reza la prenda—; una forma, quizás burlona, de revelarse como fan del personaje al que ahora da vida. "Es mi favorito: he visto todas las películas, leído todos los cómics y, antes de interpretarlo, me he disfrazado de Spidey en varias ocasiones; la última vez, hace un par de años, en una fancy dress party", confiesa Holland, que tenía solo seis años cuando el Spider-Man de Sam Raimi llegaba a cartelera. "Mis padres me llevaron al cine a verla; tengo un recuerdo muy vívido de ese día". Pese a la deuda emocional que Holland ha contraído con ésta y otras adaptaciones del personaje, asegura que Spider-Man: Homecoming significará el año 0 para el superhéroe arácnido. "Queríamos asegurarnos de llevar a la pantalla una versión nunca vista de Spider-Man. La pregunta siempre era la misma: ¿Se ha hecho antes? ¿Sí? Pues hagamos otra cosa. Revisemos hasta el último detalle de las películas anteriores; las poses, por ejemplo, y inventémonos otras completamente nuevas".

¿Y cuáles son los héroes de no-ficción de Tom Holland? "Michael Jackson", dice. "Muhammad Ali", añade justo después. "Lo que más admiro del boxeador no es lo que hacía sobre el ring, sino lo que hacía fuera de él". Quizás, con el tiempo, alguien diga lo mismo de Holland. "Me lo he pasado muy bien rodando Spider-Man: Homecoming, pero el momento que recuerdo con más cariño es cuando, enfundado en el traje, visité un hospital infantil. Pasar el día con esos críos fue la experiencia más espectacular de todas las que he vivido a bordo de este proyecto", dice emocionado. "No creo que luchar contra supervillanos sea lo único que haga falta para ser un héroe, y Peter Parker es el mejor ejemplo de ello, porque no piensa en el autobombo, sino en ayudar al prójimo", concluye Holland. "Para mí, ser un héroe es algo tan simple como eso: pensar en los demás".

Spider-Man: Homecoming se estrena en cines el 28 de julio.

REVITALIZANDO EL SENTIDO ARÁCNIDO

"Si te fijas en los primeros cómics de Spider-Man, los de los sesenta, las historias de aquella época tenían mucho de culebrón adolescente", dice el productor Eric Carroll del espíritu que han querido imprimir a Spider-Man: Homecoming. La elección de un jovencísimo Tom Holland (UK, 1996), desde luego, rema en esa misma dirección: los actores que dieron vida a Peter Parker antes que él, recordemos, rozaban la treintena. "Lo que hemos hecho es dar un paso atrás con respecto a las anteriores películas, repensar lo que la gente ama de este personaje y hacer que éste establezca relaciones más contemporáneas con su entorno".

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