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“Ha sido un golpe muy duro. El pueblo está destrozado”

Joaquín, el pequeño de la familia que sobrevivió en el accidente junto al monitor, ha sido dado de alta esta mañana en el Hospital de Don Benito

Bomberos, guardias civiles y policías junto al centro médico de Jerte. Eduardo Palomo EFEFoto: atlas | Vídeo: Andrea Comas / EFE
Manuel Viejo

Las calles empedradas del municipio cacereño de Jerte ya están secas. Luce el sol, pocas nubes. Calor, unos 30 grados. Ni rastro de la gran tromba de agua que este jueves acabó con la vida de una familia -padre, madre y dos hijas-, de Don Benito (Badajoz), mientras practicaban barranquismo. Aun así, la previsión sigue siendo de alerta amarilla, la misma que este jueves. Joaquín, el hijo pequeño de la familia de seis años que logró sobrevivir junto al monitor en la tragedia ha sido dado de alta esta mañana en el Hospital de Don Benito. El funeral de sus padres, de 43 años, y hermanas, de 11 y 9, será a las 18.30 de esta tarde, también en Don Benito, donde vivían.

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“Ha sido una tragedia. Un golpe muy duro”, dice el alcalde de Jerte con el rostro cansado en su austero despacho con vistas al balcón del que cuelgan tres banderas: la española, la extremeña y la local. Todas, a media asta y con un crespón negro en forma de lazo. “Cuando me enteré estaba reunido en Cabezuela del Valle y vi que tenía muchas llamadas del 112. Bajé rápidamente con el coche hacia el pueblo. Llovía como nunca, los parabrisas no daban abasto. Fue una locura”.

Iglesias ha tomado esta mañana la decisión de cortar el agua a los más de 1.300 vecinos de este pequeño municipio, ubicado a 200 km de Madrid en un idílico paraje de montaña, rodeado de miles de cerezos. “La garganta arrastraba muchos desechos y ramas de un incendio que hubo en la zona en Semana Santa y el agua está muy sucia y no quería que afectara a los dos depósitos que tenemos”. La piscina natural que rodea a la Hospedería del municipio y al consultorio médico es famosa por su agua cristalina. Hoy, solo arrastra lodazal y maleza: palos enormes, algunos de ellos deshilachados, jaras, hojas de castaños y hasta una espuma blanquecina que se forma sobre los bordes de las rocas. “Es por el incendio”, según varios vecinos que se acercan a la zona.

La tesis principal del siniestro apunta al desprendimiento abrupto de una gran acumulación de agua, según fuentes de la Guardia Civil. Como consecuencia del fuego del pasado abril en lo alto de esta garganta, los palos de madera, desechos, barro, piedras y malezas formaron un muro de contención de manera natural. Así, se habría formado un gran tapón, una especie de pared natural que no lograría aguantar la presión del caudal que se estaba originando por las lluvias. Y se habría desprendido, fuertemente, arrasando todo a su paso río abajo y llevándose de golpe la vida de cuatro de los cinco miembros de la familia pacense mientras practicaban barranquismo. De confirmarse finalmente esta hipótesis, se descartaría por completo que las muertes fuesen ocasionadas por la crecida del río. Si hubiese sido así, el aumento del agua del riachuelo hubiera aumentado de manera paulatina, poco a poco.

“Una pena, no hablamos de otra cosa”, cuenta el vecino José María Rodríguez, de 69 años. “Yo tengo una finca por allí arriba. Sé que hay un salto de agua, que hay trozos malos y buenos, pero es que… Se ha llevado una familia entera, menos un niño que se ha salvado. Dios mío”, dice bajo la sombra de un cerezo otra vecina. Del supermercado del pueblo sale Francisco, enojado, por el corte de agua: “Tanta agua ayer y hoy no tenemos ni pa' lavarnos”. Lo mismo se comenta en el bar California, donde trabaja la camarera Milagros Arias, de 20 años. “Me he dado cuenta esta mañana cuando nos hemos levantado. Tengo toda la vajilla ahí sin fregar. Confío en que lo arreglen pronto”. “A mí la tragedia me pilló trabajando y vino mucha gente a preguntarme. Veíamos coches de la Guardia Civil, bomberos y ambulancias por la ventana. Nunca había visto nada igual”.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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