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Mayordomo por 99 euros al mes

Un madrileño crea Ambrosio, una aplicación para acercar el lujo del servicio del hogar a tarifas más competitivas

Un asistente personal de la empresa Ambrosio lleva un traje del tinte a la casa del cliente.Vídeo: Samuel Sanchez EL PAÍS

“Jefa, ¿me puedes llevar los trajes al tinte? Yo no salgo en horario comercial”. Álvaro Ybáñez, de 33 años, leyó hace un año este mensaje en el grupo familiar de WhatsApp. Era de su hermano Bosco, a quien le era imposible llegar a tiempo a la tintorería porque debía permanecer en la oficina. A Ybáñez, que en ese momento cumplía casi una década en el mundo del marketing, la mente le hizo clic, explica haciendo un gesto con los dedos. Lo dejó todo y montó Ambrosio, una aplicación de servicio del hogar personalizado para hacer los recados rutinarios de la gente que, debido al horario laboral, no puede. O le da pereza. O tendría que invertir el sábado para gestionarlos. En definitiva, comprar tiempo libre por menos de 100 euros al mes.

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Compra, arreglos, tintorería, farmacia, limpieza —tiene suplemento de 11 euros la hora—, zapatería y cualquier ocurrencia. “Una vez tuve que ir a convalidar un certificado de patrón de barco”, recuerda uno de estos mayordomos uniformado con pantalones beis y camisa blanca mientras comprueba que la limpieza de una de las casas se ha hecho al dedillo. Son las 12:30 de la mañana de un jueves laborable y este Ambrosio acaba de observar una pequeña mancha de vino en una de las ventanas Velux de la casa de uno de sus clientes más exclusivos, que en este momento no se encuentra allí. “Inmediatamente llamamos a la empresa para ver cómo se puede quitar. Al cliente hay que ofrecerle siempre soluciones a los imprevistos”, cuenta.

He tenido la suerte de conocer un servicio que el 90% de la gente no conoce, mis estándares de calidad son buenos. Álvaro Ybáñez, fundador de Ambrosio

Ybáñez, que vio que en el mensaje de su hermano había una oportunidad de negocio, consiguió una inversión inicial de 150.000 euros para lanzar el proyecto, que se encuentra en plena expansión: dentro de poco, los clientes podrán pedir a su Ambrosio que saque al perro y que lleve el coche a la ITV, al taller o al lavadero. “Me ha facilitado mucho la vida, en estos tiempos que corren es muy difícil tener tiempo para todo", sostiene Mercedes, una de las clientas.

Ybáñez admite que las comodidades que ha visto en su casa desde pequeño son muy especiales: “He tenido la suerte de vivir un servicio que el 90% de la gente no conoce, mis estándares de calidad son buenos. Por eso lo que quiero para mí, es lo que quiero para mis clientes”, suscribe. De hecho, varios de sus usuarios —tiene alrededor de 120 perfiles registrados en poco más de seis meses— se distribuyen en zonas exclusivas de la capital: Centro, Justicia, Chueca y Jerónimos. Están por toda la ciudad excepto en Legazpi y en el barrio del Pilar. Aunque el creador insiste en que “no hay vetos” para Ambrosio.

¿Servicio bajo demanda?

La aplicación cuenta también con otra tarifa más económica, aunque limitada; 54 euros al mes que permite al cliente hacer dos encargos semanales. Además, Ybáñez y sus tres socios (sus dos hermanos menores y un amigo) se están planteando ampliar las posibilidades de Ambrosio para poder solicitar un mayordomo on demand. Es decir, pagar por cada recado que se hace.

Ese sería un modelo más parecido al de Glovo, omnipresente en las calles madrileñas. Sin embargo, Ambrosio tiene algo especial que le diferencia de cualquier tipo de empresa del sector: el mayordomo que te asigna la aplicación es siempre el mismo “para que se genere una relación de confianza” con el cliente. De hecho, en algunas ocasiones son los propios asistentes los que tienen las llaves de la casa para la que normalmente trabajan. “Si cada día fuese una persona distinta la que hiciese tus recados ya no sería un servicio personalizado”, defiende el creador que quiere añadir que sus empleados, siempre españoles, están en plantilla. 

Alvaro Ybánez, fundador de la empresa de asistentes personales Ambrosio.
Alvaro Ybánez, fundador de la empresa de asistentes personales Ambrosio.Samuel Sanchez (EL PAÍS)

Los Ambrosios se vuelcan en el trabajo diario. Suben una foto de cada pedido, de cada recibo y alertan en su aplicación de cada movimiento; "Estoy de camino"; "No había tomates pera y he comprado de ensalada"; "He dejado el lavaplatos puesto porque el ciclo era largo...". “Es como tener a tu madre todo el tiempo", recuerda uno de los asistentes personales mientras le deja una nota en la mesa de la cocina a un cliente: “Hemos detectado hormigas en la caja del jamón. Quizás esté dañado. ¡Que tengas buena tarde!”.

Ambrosio trabaja sólo en la ciudad de Madrid y en horario comercial (10.00 de la mañana a 14.00 y de 16.00 a 20.00 de lunes a viernes).

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