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“Tiraban a los niños por la ventana”

Una testigo relata a EL PAÍS las escenas de terror vividas durante el incendio de una torre de viviendas en Londres

El edificio de Londres que ha ardido durante la madrugada.Vídeo: ADRIAN DENNIS / PABLO GUIMÓN

Amina Sharia, una vecina de la torre Grenfell de Londres, que ha ardido esta noche, ha relatado a EL PAÍS las escenas de terror vividas durante el incendio que ha arrasado el edificio. La mujer ha visto cómo las llamas lo devoraban mientras decenas de personas permanecían atrapadas en su interior.

“He visto a muchos niños en las ventanas, con las manos apoyadas en las ventanas, gritando, chillando, pidiendo ayuda. ‘¡Ayuda, ayuda, sacadme de aquí!’, Nadie podía hacer nada, nadie podía ayudarles”, explica Sharia.

La mujer también ha visto cómo algunas personas lanzaban a sus hijos en un intento desesperado de salvarles la vida: “Todos los niños y sus madres estaban en las ventanas gritando, y algunas madres estaban tirando a los niños. Y otra mujer estaba intentando tender una cuerda para bajar, pero estaba realmente alto para poder bajar, le dijimos que no lo hiciera”.

“30 años de nuestra vida se han quedado allí”

Dos familias gallegas salvaron su vida tras ser alertados por un vecino portugués. Tras 28 años de emigrante en Londres, la gallega Dorinda Suárez lo ha perdido todo en el incendio de la Torre Grenfell menos la vida. “Sé que he vuelto a nacer, pero es muy duro. Treinta años de nuestra vida se han quedado en ese edificio”, señala esta mujer, trabajadora de la limpieza, desde el piso de unos amigos, también gallegos, donde se ha realojado tras la tragedia junto a su marido José, empleado de una constructora inglesa, y su hijo Iván, estudiante. Fue un vecino portugués que regresaba del aeropuerto el que los despertó aporreándoles la puerta de su casa en la planta 13 para alertarles de que las llamas estaban devorando el inmueble. “Si no fuera por él, estaríamos muertos”.

En apenas unos minutos que apenas recuerda, abandonaron la vivienda de alquiler social que les concedió el Ayuntamiento londinense hace 22 años, y tras avisar por teléfono a otra familia gallega que residía en el piso séptimo, Dorinda corrió escaleras abajo con su marido y su hijo. “Dejamos allí tantos recuerdos, fotografías… Lo que más me duele es haber perdido objetos que eran de mis padres, que ya fallecieron. Pero al menos nosotros estamos aquí”, relata por teléfono, emocionada y abrumada por el aluvión de mensajes y llamadas de conocidos ofreciéndoles apoyo para superar una catástrofe que todavía “están asimilando”.

Tras lograr salir del edificio en llamas, Dorinda y su familia se quedaron en la calle presenciando entre lágrimas el horror de la Torre Grenfell. A las tres de la madrugada se refugiaron en la casa de sus amigos, ubicada justo enfrente del edificio incendiado y desde cuyas ventanas esta gallega de Malpica (A Coruña) observa con dolor el esqueleto del que fue su hogar. Allí han pasado el día después con el otro matrimonio gallego que ha sobrevivido junto a su hija, el de la planta séptima.

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