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Una madre y su hijo con parálisis cerebral, a un paso de salvarse del desahucio

La familia reside en un piso de Leganés, de donde iban a ser desalojados este jueves, pero han conseguido una vivienda del IVIMA 'in extremis'

Mónica Carrasco y su hijo, Ángel.Vídeo: JAIME CASAL

Este jueves era la fecha límite para que Mónica Carrasco y su hijo Ángel, de ocho años y con parálisis cerebral, abandonaran su casa de Leganés, en Madrid. Un desahucio contra el que esta madre de 31 años ha luchado intensamente durante los últimos meses, en los que ha conseguido más de 95.000 firmas de apoyo en una campaña de Change.org y ha llegado a acampar frente al Ayuntamiento del municipio para evitar un desalojo que hubiera dejado a esta familia sin un hogar adonde ir, con la dificultad añadida de los cuidados que requiere el pequeño. "No pido dinero. Simplemente un piso para dormir tranquilos", manifestó Carrasco a EL PAÍS con desesperación hace unas semanas. Sus esfuerzos han dado su fruto: el Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA) les ha ofrecido este lunes un piso que cumple con las condiciones que reclamaba. "Estoy muy contenta", ha manifestado esta mañana tras confirmar la noticia. 

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Ángel tiene parálisis cerebral, cifosis lumbar, diplejía espástica, un trastorno del espectro autista, hiperactividad, alergia a la leche de vaca y está en estudio de una paraparesia. El piso en el que vivían hasta el momento es un bajo, adaptado para las necesidades diarias del niño, cercano al colegio especial al que asiste y al Hospital Severo Ochoa de Leganés, donde acude a todas sus consultas médicas. Carrasco rechazó un piso que le ofrecieron en otro municipio de Madrid, porque aseguraba que sería inviable para su hijo: "Sería un paso atrás muy grande en su enfermedad, a causa del trastorno del espectro autista". Pero en esta ocasión las circunstancias son distintas. La vivienda que les ha propuesto el IVIMA está en el mismo municipio madrileño, próxima a los facultativos del mejor. "El cambio iba a ser muy brusco si nos íbamos de Leganés, pero no con esta nueva vivienda", ha asegurado.

La orden de desahucio les llegó después de que su situación económica fuera a peor hace unos meses, cuando Mónica terminó una relación sentimental. Su pareja dejó el hogar familiar y le fue imposible asumir el alquiler de 550 euros que debía pagar por el piso, más el resto de facturas. Además, Carrasco no encontró un trabajo que pudiera compatibilizar con las citas al médico de su hijo, por lo que solo recibe 442 euros de la Ley de Dependencia por cuidados en el entorno familiar. "Ángel es totalmente dependiente de mí. No puedo estar en un trabajo normal porque en ningún lugar me permiten faltar tanto". Había conseguido un empleo de dos horas semanales en el que le pagan 58 euros por limpiar una casa, pero debido a esta retribución perdió la ayuda para comprar las medicinas del niño. "Al tener ingresos, aunque sean muy reducidos, me han quitado las ayudas que me permitían adquirir los medicamentos con menos coste", señaló indignada hace unas semanas.

En 2016, se registraron 63.037 desahucios en España, según datos del informe Efectos de la crisis económica en los órganos judiciales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La mayor parte de los cuales, el 54,2%, se dieron en alquileres. "Hay 140 viviendas vacías en Leganés y esas viviendas no las hacen accesibles para personas con estos problemas", denunció Carrasco cuando se veía con un desalojo a la vuelta de la esquina. "Yo me puedo ir sola a la calle, pero con mi hijo, no", añadió.

En busca de un hogar

Mónica llevaba meses solicitando ayuda al Ayuntamiento de Leganés, pero su caso se hizo viral tras iniciar una petición en Change.org. Las más de 95.000 firmas fueron entregadas en el Consistorio con la esperanza de darle más visibilidad a su situación. "Nos ha venido muy bien porque todo mundo se está dando cuenta de lo que nos está pasando", dice. Al final, el alquiler social ha sido ofrecido por el IVIMA, dependiente de la Comunidad de Madrid. Servicios Sociales de Leganés sí les ofreció una ayuda de 400 euros, o pagar la fianza y los dos primeros meses de alquiler en una nueva vivienda, pero Mónica consideró que aquella no era la solución. "Después de eso me veré otra vez en la misma situación", afirmó entonces.

Tras pasar por un momento "caótico", en los que ha contado con el apoyo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), parece que Carrasco y Ángel podrán dormir tranquilos en su futura casa. La oferta del IVIMA se materializará a lo largo de este martes, cuando Carrasco firme el contrato de alquiler que aún no ha recogido. Su voz confirma por teléfono la ilusión y el desahogo que supone ese nuevo hogar, tras meses de ardua lucha por conseguir una vivienda apta para Ángel.

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