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Simagin brilló y el jurado enloqueció

Sacrificio a largo plazo de uno de los maestros más apreciados en la URSS

Blancas: Rc1, Td1, Th1, Ae2, Db3, Cc3, Ae3, Cf3; peones en a2, b2, f2, g3, h3, c4 y d5.

Negras: Ta8, Ac8, Dd8, Tf8, Rg8, Ag7, Cf6, Cb4; peones en a5, b7, c7, d6, e5, f5 y h7.

Quienes conocieron a Vladímir Simagin (1919-1968) coinciden en loarlo intensamente. Por ejemplo, el periodista Lev Járiton: “Modesto y humilde, nunca pidió nada para él durante toda su vida, pero apoyaba a quien fuera cuando la verdad estaba en juego. Ahora, el nombre de Simagin está casi olvidado, y eso me entristece mucho. Pero cuando veo sus partidas, disfruto del arte del ajedrez. Para mí, Simagin fue un verdadero artista del ajedrez, cuyo nombre estará siempre grabado en los anales”.

La Segunda Guerra Mundial, que suspendió los torneos de ajedrez en la Unión Soviética durante varios años, fue sin duda una de las razones por las que Simagin no alcanzó aún mayor gloria. Sus brillantes resultados hasta que murió jugando una partida dejan pocas dudas. Y la partida comentada en este vídeo demuestra que Járiton tenía razón.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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