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‘American Crime’, la herida abierta de Estados Unidos

Felicity Huffman protagoniza la serie que ahonda en lacras sociales como el racismo o la explotación

Natalia Marcos

American Crime es una serie que duele. Sus historias remueven conciencias. La primera temporada de esta ficción creada por John Ridley (ganador de un Oscar por el guion de 12 años de esclavitud) ahondaba en el racismo y en las miserias de varias familias de diferente origen social y cultural. La angustiosa segunda entrega se adentraba en el sistema educativo, la homofobia o la posesión de armas en una historia centrada en un instituto. La tercera, ahora en Movistar Series (ya disponible al completo en vídeo bajo demanda en versión subtitulada; la versión dual se emite los miércoles a las 15.45), sigue metiendo el dedo en la llaga con temas como la inmigración ilegal, la prostitución infantil o la esclavitud moderna.

"American Crime es importante porque John Ridley quiere contar historias escuchando voces y profundizando en temas que normalmente son olvidados", dice Felicity Huffman (Bedford, Nueva York, 1962), una de las actrices que ha participado en las tres entregas, como también han hecho Timothy Hutton, Regina King o Lili Taylor. "Por supuesto que sabía de la existencia de la inmigración ilegal o la esclavitud moderna, pero no lo conocía por dentro. American Crime es entretenimiento y arte a partes iguales", añade en conversación telefónica con EL PAÍS.

La actriz de Mujeres desesperadas ha interpretado en cada temporada personajes muy diferentes entre sí, desde la madre rota de dolor por la muerte de su hijo de la primera entrega hasta la directora de instituto de la segunda o la mujer que se da de bruces con la realidad de la tercera. "Posiblemente la más complicada de interpretar ha sido Jeanette, la tercera, aunque Barb [su personaje del primer año] fue el personaje más arriesgado", reflexiona la actriz. "Jeanette ha sido como desaparecer en un tipo de persona que no conozco para nada, era la más extraña para mí. Es del sur, no tiene estudios, no tiene nada a lo que agarrarse en el mundo... Ser tan inofensiva es algo que no es familiar para mí, era una extraña en un territorio extraño".

El que la cadena estadounidense ABC haya mantenido American Crime durante tres temporadas es casi un milagro. Este año ha sido la serie menos vista de los cuatro grandes canales en abierto en Estados Unidos. El prestigio en forma de nominaciones y galardones y de reconocimiento por parte de la crítica ha hecho que llegara hasta la tercera entrega, aunque no ha sido suficiente para que el canal apostara por ella otro año más y no tendrá cuarta temporada. "Son temas complicados de tratar en las cadenas en abierto porque están centradas en el entretenimiento", dice Felicity Huffman. "Pero creo que también deben mirar por el bien común, y American Crime es una serie hecha para el bien común. La audiencia está hambrienta de este tipo de discursos que profundizan en los temas de nuestro alrededor", defiende la actriz.

Por su participación en esta serie ya ha logrado dos nominaciones a los Emmy en una categoría, la de mejor actriz en miniserie o película para televisión, en la que este año se podría encontrar con otros grandes nombres como los de Nicole Kidman, Susan Sarandon, Jessica Lange o Reese Witherspoon. "Las categorías de miniserie son de las más duras, y creo que refleja lo que está ocurriendo en el mundo del entretenimiento. Es increíblemente complicado hacer cine independiente. Los creadores, artistas y actores se están yendo a la televisión, donde hay mucho más espacio para dar cabida a diferentes voces. Y como se van los creadores y directores, van los actores".

Huffman lleva a sus espaldas una larga carrera en teatro, cine y televisión, y ha vivido desde dentro los cambios que ha experimentado la pequeña pantalla en estos últimos años. "La televisión ha cambiado para mejor. Creo que Mujeres desesperadas ayudó a cambiar las cosas, por ejemplo. Ver una serie sobre mujeres de más de 40 años, mujeres que también pueden ser divertidas y sexis, cambió la televisión en abierto", dice la actriz. "Ahora tienes una audiencia más pequeña. Con Mujeres desesperadas podíamos tener 15 millones de espectadores. Ahora las cifras son mucho más bajas porque el pastel se divide en porciones más pequeñas. Pero eso ha dado lugar a un contenido más variado. Cuando hacía Sports Night [la primera serie creada por Aaron Sorkin], era una gran serie, pero creo que la televisión en abierto no estaba preparada para ella. Ahora creo que sí lo estaría", sentencia.

La conversación política en televisión

¿Qué le gustaría hacer ahora a Felicity Huffman? "Es una gran pregunta, de hecho el otro día me lo preguntaba John Ridley, qué vas a hacer ahora, y era como ¡oh Dios mío, no tengo ni idea!", ríe al otro lado del teléfono. En el momento en que se hizo esta entrevista, Huffman estaba a la espera de conocer el destino de Libby and Malcolm, un capítulo piloto de comedia que ha grabado para la cadena ABC, pero que finalmente no ha contado con luz verde por parte del canal. Detrás está el creador de Black-ish y en ella la actriz y Courtney B. Vance interpretan a una pareja de ideas políticas opuestas que se enamora perdidamente. ¿Un tema complicado tal y como están ahora las cosas en la política estadounidense? "No creo que sea complicado hablar de política en televisión, lo difícil es que se muestren los dos lados de la conversación política. Nadie se está escuchando entre sí", dice la actriz.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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