_
_
_
_
_

El ingeniero español que diseñó la señal que hará funcionar al GPS europeo

José Ángel Ávila y su equipo son candidatos al premio Inventor Europeo del año por desarrollar la tecnología que permite la precisión y la interoperabilidad del sistema de navegación por satélite Galileo

El ingeniero español de la ESA José Ángel Ávila.Vídeo: Jennifer Harding OEP / EPV

El ingeniero español José Ángel Ávila (Madrid, 1979) sueña desde pequeño con satélites. Este miércoles, después de casi dos décadas de investigación, ha sido el trabajo sobre ellos el que le ha valido su candidatura al premio Inventor Europeo 2017, otorgado por la Oficina Europea de Patentes. En concreto, Ávila está centrado en una sola constelación de satélites: la del sistema de navegación Galileo, el GPS europeo. Él y su equipo han sido nominados a este galardón por desarrollar las señales AltBOC y CBOC que permitirán a Galileo lograr una precisión "incluso mayor que la del GPS" y que le garantizan la interoperabilidad con el resto de satélites. La noticia ha sido "un reconocimiento a muchos años de trabajo y esfuerzo en equipo", según este ingeniero, que trabaja actualmente en la Agencia Espacial Europea. "Es una muestra de lo que podemos conseguir cuando trabajamos juntos en Europa".

Galileo es una de las grandes apuestas de la Unión Europea, uno de sus "buques insignia". "De la misma forma que Europa ha luchado por conseguir una independencia energética, sin estar a merced de terceros países, Europa tiene que conseguir una independencia en el sistema de navegación y posicionamiento. Ese es el papel de Galileo", ha explicado Ávila, por conversación telefónica a EL PAÍS. Lograrlo era uno de los objetivos prioritarios del proyecto.

No somos conscientes de que nuestros sistemas de transporte, energía, comunicaciones y bancarios dependen de la navegación por GPS, que es de EE UU

"Igual no somos conscientes, pero nuestras redes bancarias y financieras, nuestras infraestructuras estratégicas de transporte, energía y comunicaciones dependen en un alto grado de la navegación por satélite del sistema de GPS estadounidense. Si el sistema cae o por razones estratégicas Estados Unidos lo desactiva o empeora la calidad, las consecuencias serían catastróficas", describe el candidato. "Cada vez tenemos que depender menos y lo estamos consiguiendo".

De momento, Galileo tiene 18 de sus 30 satélites en órbita y está prestando sus primeros servicios iniciales desde diciembre de 2016. No será hasta 2020 cuando esté completamente operativo. En ese momento, tendrá una precisión y una fiabilidad superior a la del GPS actual. "Esa ha sido nuestra idea desde el principio, no solo igualar al GPS, sino ser todavía mejores". Ávila comenzó a vincularse con el proyecto Galileo desde la elaboración de su tesis en 2002 —que orientó al problema de la compatibilidad e interoperabilidad con GPS—, y lleva siete años trabajando en la Agencia Espacial Europea en Noordwijk (Países Bajos). En esta última mudanza tuvo que aprender neerlandés, un idioma que suma a los otros cinco que ya sabe: inglés, alemán, francés, ruso y, claro, español.

Las señales desarrolladas por Ávila calcularán las rutas más rápido y la posición de manera más fiable

En las 11 ediciones del premio —que cuenta con cinco categorías, cada una con tres finalistas— solo tres investigadores españoles, además de Ávila, han sido candidatos a optar a un galardón. De ellos, solo José Luis López, ingeniero de la empresa Talgo, en 2013 ganó una de los premios. Los vencedores de este año se conocerán en una ceremonia en Venecia el 15 de junio.

Una precisión de centímetros

Las dos señales desarrolladas por el equipo de Ávila están diseñadas para poder determinar la posición con una precisión de solo unos pocos centímetros, "incluso de milímetros si se dispone de más tiempo y las técnicas apropiadas". La actual que permite el GPS es de unos pocos metros actualmente. AltBOC está orientada hacia campos profesionales: "La geodesia sería un buen ejemplo. A nivel científico se puede utilizar ya para estudiar la capa terrestre y para el seguimiento de terremotos. La altimetría es otra aplicación clara de la nueva señal, lo cual nos permitirá la observación de los océanos y comprender mejor el impacto del hombre en el cambio climático".

Mientras, CBOC está centrada en el mercado de masas: teléfonos móviles, dispositivos como TomTom y otros receptores para coches. "Se va a poder utilizar una señal ultra precisa, que es muy fácil de implementar y se puede utilizar en chips que cuestan a día de hoy poco más de de un dólar, y que apenas consumen recursos de hardware", detalla Ávila. Esta señal es la que más va a influir en los usuarios porque les va a permitir tener una mejor cobertura tanto en ciudades como en lugares donde antes no llegaba la navegación. Los teléfonos móviles que utilicen CBOC, en vez de GPS, —ya hay algunos saliendo al mercado— calcularan las rutas de una forma más rápida y las posiciones serán más exactas. La bolita azul del Google Maps se moverá a tu paso y estará exactamente donde tú estás, no a una distancia aproximada. 

Quizás dentro de unos años se conozca al GPS como el Galileo americano

Pero además de esas consecuencias a corto plazo, los ingenieros de Galileo ya están pensando más allá: "Las necesidades que tenemos ahora no serán las que tengamos dentro de 10 años. Tenemos que estar preparados para dar soporte también a las del futuro". Con la llegada del Internet de las Cosas (prevista para 2020) se espera que millones y millones de objetos se conecten a la red. Muchos de ellos necesitarán utilizar la navegación por satélite para saber localizaciones y posiciones. Y ahí estará Galileo. Pero es solo un ejemplo. "La red ya no será solo 5G, sino 6G o 7G. Y no podemos ni imaginar cómo serán las ciberamenazas. El escenario no será el mismo en 2030. Hay que tener una visión a largo plazo".

Para conseguirlo ya están trabajando en una segunda generación de satélites, que deberán ser más flexibles. Esta necesidad es uno de sus mayores desafíos, pero también su as en la manga. "La mayoría de los satélites con los que opera GPS fueron lanzados en los 60 y los 70. Nosotros ya hemos superado eso". Ávila lo reconoce: GPS es ya como una marca comercial, un modelo de éxito. "Pero nosotros también podemos brillar con luz propia. Quién sabe, quizás dentro de unos años se conozca al GPS como el Galileo americano".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Beatriz Guillén
Redactora de EL PAÍS en México. Trabaja en la mesa digital y suele cubrir temas sociales. Antes estaba en la sección de Materia, especializada en temas de Tecnología. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo en EL PAÍS. Vive en Ciudad de México.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_