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Belleza científica de Botvínik

POSICIÓN INICIAL.-

Blancas: Ta1, Ac1, Dd1, Tf1, Rg1, Ad3, Cf3; peones en a2, b2, f2, g2 y h2.Negras: Ta8, Ac8, Re8, Th8, Cd7, Ag7, Db6; peones en b5, d4, e6, f7 y h7

Las partidas que ilustran el peligro de renunciar al enroque, dejando el rey en el centro, suelen ser desiguales: el castigador es claramente más fuerte que el castigado. Pero esta (Botvinik-Euwe) corresponde al Campeonato del Mundo de 1948, disputado por tres jugadores que en algún momento fueron campeones (Botvínik, Euwe y Smyslov) y dos que estuvieron muy cerca de serlo (Keres y Reshevsky). Euwe no captó el peligro en toda su dimensión, porque estaba realmente escondido, lo que aumenta el disfrute para el aficionado.

Botvínik triunfó con tres puntos de ventaja y se convirtió en el sexto campeón del mundo. Después se tomó unas vacaciones en Riga, donde un muchacho de once años, Mijaíl Tal, intentó visitarle, pero la esposa de Botvínik se negó en redondo, argumentando que el descanso del campeón debería ser absoluto. Unos años después, aquel adolescente destronaría al patriarca del ajedrez soviético.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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