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Granada es tierra de Suárez

Ausente Messi, el delantero uruguayo protagoniza la victoria del Barcelona en un partido controlado por el equipo de Luis Enrique

Luis Suárez celebra el primer gol del Barcelona en Granada.Foto: atlas | Vídeo: PEPE MARIN REUTERS / ATLAS
Ramon Besa

Ni Messi ni Neymar. Los partidos más ásperos, aquellos en que las estrellas pasan de puntillas, son cosa de Luis Suárez. No hay un delantero más fiable que el charrúa, igual de protagonista en las jornadas solemnes que en las difíciles de jugar, como por ejemplo la del Nuevo Los Cármenes. Alrededor del uruguayo, el Barça construyó un triunfo tan indiscutible como costoso ante el Granada. Luis Suárez marcó un gol, le dio el segundo a Alcácer e intervino en el de Rakitic. No hubo jugada en la que no apareciera el 9 —30 goles, 22 en la Liga— excepto la última, que sirvió para que Neymar metiera por fin su gol 100. El Barça encontró siempre a Suárez, al final, al inicio y durante el encuentro, que no tuvo más equipo que el de Luis Enrique.

El Barça empezó el partido con un resbalón de Neymar y una montonera en el balcón del área de Ter Stegen. No era fácil descifrar el plan de Lucho: Rafinha se recogía por dentro mientras por el extremo derecho se abría André Gomes. El volante portugués siempre cabe en la alineación de Lucho. Iniesta, en cambio, acostumbra a jugar con España y a descansar con el Barça. Ausente por sanción Messi, también calentaba banquillo Umtiti. Muchas concesiones por parte azulgrana en una situación de máximo riesgo por el efecto del virus FIFA y las apreturas del calendario en un campo muy exigente ante un rival necesitado como el Granada.

El rompecabezas todavía se complicó más con la lesión de Rafinha y su sustitución por Alcácer. El cambio denunció la precariedad del plantel y la dificultad de atacar por los extremos con un 3-4-3 o, tanto da, con el ahora recuperado 4-3-3. Ya nadie reparó en el despliegue sino que el partido se convirtió en una cuestión de supervivencia para el Barça.

Los azulgrana, sin embargo, no se incomodaron sino que se desplegaron con entusiasmo a partir de las piernas de Neymar y los chuts de Luis Suárez. El uruguayo remató al larguero y obligó a tres intervenciones de mérito a Ochoa antes del 0-1. El encuentro se convirtió en un diálogo entre el meta y el 9 del Barça. No había noticias del Granada, armado con una línea de cinco defensas y un trivote africano, entregado al desborde de Pereira y a la puntería de Kravets. Alcaraz sabía que la suerte de su equipo pasaba por marcar antes que el Barcelona.

Los azulgrana no conseguían acabar las jugadas, desatinados en el tiro, sobre todo Mathieu, que tuvo el gol en dos de los cinco remates francos después de dos faltas laterales botadas por el Barça. El Granada defendía con la pierna fuerte ante la benevolencia de Jaime Latre. A campo abierto, en cambio, sus concesiones eran mayores, como se vio en el gol del charrúa, que no paró de batirse como un coloso ante Ochoa: Alba profundizó en largo y cruzado desde su campo una pelota robada por Mathieu y Luis Suárez la picó sobre la salida del meta del Granada.

A Alcaraz no le quedó más remedio que tomar riesgos con Boga, un jugador de ataque, por un volante defensivo como Angban. El cambio tuvo un efecto inmediato porque Boga empató después de un pase filtrado de Saunier. No acertó en la presión André Gomes y el central eliminó a cuatro rivales para habilitar al delantero, que cruzó ante Ter Stegen.

Alcácer celebra el segundo gol.
Alcácer celebra el segundo gol.JORGE GUERRERO (AFP)

El gol despertó la ambición del Granada, hasta entonces frágil e inédito ofensivamente, capaz de marcar en la primera ocasión que tuvo ante el error de la zaga del Barça. Apareció Adrián Ramos y el encuentro se abrió, envalentonado el Granada, muy punzante por el flanco de Jordi Alba, y más dubitativo el Barcelona. Al rescate azulgrana acudió de nuevo y de manera sorprendente Mathieu. Volvió a rechazar el francés, controló el balón Suárez y el ariete habilitó a Alcácer. A pesar de atacar desde una posición poco natural, la banda derecha, el ariete definió muy bien ante Ochoa.

El Granada se cegó y la expulsión de Uche facilitó la goleada del Barça. Rakitic coronó su gran actuación después de un toque de Suárez y Neymar cerró el partido con un gol servido por Alcácer. El valenciano y los meritorios respondieron a las necesidades del equipo y, desde posiciones a veces improvisadas por las circunstancias, aseguraron un triunfo vital para un Barça sobre el que había dudas en ausencia de Messi. Luis Suárez se bastó para coronar la faena colectiva, nada nuevo en un jugador siempre presente, en las jornadas complicadas y también en las más festivas, como la del año pasado en que cantó el alirón del Barça. Granada es tierra soñada por Luis Suárez.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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