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El ‘hanami’ o la importancia de la floración de los cerezos para los japoneses

El fenómeno es tal que la agencia meteorológica pronostica, por cada zona del país, cuándo saldrán las flores y cuándo estarán en su mayor esplendor

Un hombre fotografía las flores de los cerezos en Tokio.Vídeo: Eugene Hoshiko / EPV

En Japón, la primavera no llega hasta que los cerezos florecen. Entonces miles de personas se juntan en parques, templos y plazas para contemplar la belleza de estos árboles, comer y beber bajo su sombra y hacer decenas de fotografías. Los icónicos sakura tiñen de rosa el archipiélago desde finales de marzo hasta principios de mayo —esto depende del clima de cada región—, un orgullo para los japoneses y un reclamo cada vez mayor para los turistas.

La costumbre del hanami, literalmente observación de las flores, habría comenzado en el periodo Nara, entre los años 710 y 794 d. C. El momento de florecimiento del cerezo coincide con el comienzo de la temporada de plantación del arroz, con lo que en el pasado se hacían ofrendas a las divinidades bajo estos árboles para pedir una cosecha abundante.

En Japón, la primavera significa la entrada a un nuevo año. Más allá de lo místico (el comienzo de una nueva vida en la naturaleza), a principios de abril comienza el curso escolar y universitario y también el año fiscal.

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Los japoneses se toman muy en serio la floración de los cerezos. Cada año, las primeras flores aparecen en el sur del país, en las islas de Okinawa, y avanzan progresivamente hasta la isla septentrional de Hokkaido. Las delicadas flores apenas duran un par de semanas en los árboles, y solamente durante algunos días los japoneses pueden contemplar su plena floración. Una vez en flor, una tormenta inesperada o un viento fuerte pueden terminar de un plumazo con la bella estampa.

Ante tal expectación, no es extraño que la Agencia Meteorológica japonesa publique pronósticos específicos sobre cuándo se espera la primera y la plena floración para cada una de las regiones. En Tokio, por ejemplo, empezaron a salir las flores el 21 de marzo y se podrá ver a estos árboles en su máximo esplendor el próximo uno de abril. En Osaka, en cambio, las previsiones indican que las flores empezarán a salir este viernes. Y es que no solamente es una cuestión de latitud, también influyen aspectos como las horas de luz, la temperatura o la humedad del suelo.

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Todos estos condicionantes se incluyen en aplicaciones móviles que informan al detalle del fenómeno. Uno de los momentos más esperados es, de hecho, cuando las flores caen. Vistas como un símbolo de prosperidad, muchos dicen que sus pétalos son presagio de buena suerte para el próximo año.

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