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Muere Martin McGuinness, exjefe militar del IRA, a los 66 años

Figura clave en el proceso de pacificación, dejó en enero el cargo de vice ministro principal norirlandés

Martin McGuinness junto a Gerry Adams, en 2014.Foto: reuters_live | Vídeo: OLI SCARFF (GETTY) / REUTERS-QUALITY
Pablo Guimón
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Martin McGuinness, exjefe militar del IRA y figura clave en el proceso de pacificación de Irlanda del Norte después de 30 años de conflicto, ha muerto en la noche del lunes al martes a los 66 años. Fallece justo dos meses después de dimitir como viceministro principal norirlandés, cargo que ocupó durante casi 10 años, en protesta por la mala gestión de un escándalo en un programa de ayudas a las energías renovables por parte de sus socios de Gobierno y antiguos enemigos, los unionistas del DUP, y en particular de la ministra principal en funciones, Arlene Foster. Apenas una semana después de dimitir, McGuinness anunció que dejaba la primera línea política, debido a la rara enfermedad genética –amiloidosis- que padecía y que ha acabado con su intensa vida esta noche.

“Fue un republicano apasionado que trabajó incansablemente por la paz y la reconciliación y por la reunificación de su país”, ha dicho esta mañana Gerry Adams, su gran aliado hasta el final, presidente del Sinn Féin, con quien McGuinness recondujo al grupo terrorista más eficaz y sanguinario de Europa occidental hacia los cauces de la política democrática.

Ese extraordinario proceso marcaría la vida de ese niño de Derry, ciudad fronteriza de Irlanda del Norte, que trabajaba de aprendiz en una carnicería cuando los Troubles estallaron a finales de los años 60 del siglo pasado. McGuinness abrazó el activismo en 1968, tras ver las fotos del diputado católico Gerry Fitt, ensangrentado, tiroteado por la policía en una manifestación. De la violencia a la política. De alto mando del IRA a jefe negociador del Sinn Féin en el proceso de paz de Irlanda del Norte. Y de ahí, a viceministro principal del Gobierno de poder compartido. El mismo que, hoy, tras el auge histórico del Sinn Féin en las elecciones desencadenadas tras su dimisión, tratan de reeditar unionistas y republicanos.

James Martin Pacelli McGuinness –su tercer nombre es en honor al papa Pío XII- creció en el seno de una familia numerosa y humilde en Derry, donde la minoría protestante sometía políticamente a la mayoría católica. A finales de los sesenta las manifestaciones pro derechos civiles se convirtieron en violencia callejera y McGuinness pronto siguió a sus hermanos a las filas del Ejército Republicano Irlandés (IRA), cuyo escalafón ascendió con rapidez. En 1972, cuando soldados británicos del Primer Batallón de Paracaidistas abrieron fuego contra los manifestantes en Derry y mataron a 14 personas, en la jornada que pasaría a la historia como el Domingo Sangriento, McGuinness era el segundo mando del IRA en la ciudad. La investigación de los hechos concluyó que McGuinness probablemente iba armado con una ametralladora aquel día.

Eso mismo año, cuando McGuinness tenía 22, se embarcó con Gerry Adams en un vuelo a Londres para entablar conversaciones secretas con el Gobierno británico. Aquella iniciativa fracasó, y en 1973 McGuinness cumplió una condena de cárcel tras ser detenido en un coche cargado de explosivos y munición. McGuinness fue protagonista en la organización y rearme del IRA en los ochentano pero, como emergería después, no perdió el contacto secreto con Londres. Al llegar el delicado proceso de reconciliación en los noventa, sería una de las piezas clave en el Acuerdo de Viernes Santo que, el 10 de abril de 1998, puso fin a un conflicto que duró 30 años y dejó más de 3.500 muertos. El viejo mando del IRA tacharía de "traidores a la isla de Irlanda" a aquellos republicanos disidentes que trataron de hacer descarrilar el proceso de paz.

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McGuinness, frustrado en su niñez por haber fracasado en su intento de ingresar en una escuela por méritos, se convirtió en ministro de Educación en el primer Gobierno autónomo de Irlanda del Norte. Una de las primeras medidas que tomó como ministro fue abolir aquellos exámenes que había suspendido a los 11 años.

Se presentó, sin éxito, a presidente de la República de Irlanda en 2011 por el Sinn Féin. Entre 1997 y 2013 fue diputado electo en el Parlamento de Westminster pero, en línea con la maquiavélica política del Sinn Féinn, nunca ocupó su escaño. McGuinness en el norte y Gerry Adams en el sur, a ambos lados de la frontera el Sinn Féin ha estado dirigido por veteranos de la lucha armada. Fueron la esencia del partido pero también su techo: muchos irlandeses no pueden evitar ver la sangre en las manos de Adams y de McGuinness. La muerte del segundo abre la puerta al primer cambio de liderazgo en el partido desde el fin de la violencia.

La primera ministra, Theresa May, ha recordado esta mañana a McGuinness en un comunicado: "Así como no puedo aprobar el camino que tomó en la primera parte de su vida, Martin McGuinness finalmente desempeñó un papel decisivo en alejar al movimiento republicano de la violencia. Al hacerlo, tuvo una contribución esencial e histórica en el extraordinario viaje de Irlanda del Norte del conflicto a la paz. Pese a que nuestra visión no coincidía, ni siquiera en los últimos años, como vice ministro principal durante casi una década fue uno de los pioneros en implementar el poder compartido entre comunidades en Irlanda del Norte. Comprendió su fragilidad y su valioso significado. En el corazón de todo estaba su profundo optimismo por el futuro de Irlanda del Norte, y creo que todos debemos agarrarnos a ese optimismo hoy".

Su insólita amistad con el pastor presbiteriano e irreductible unionista Ian Paisley, con quien formó tándem de Gobierno, pasará a la historia como ejemplo de que cualquier reconciliación es posible. Igual que la imagen de su apretón de manos con la reina de Inglaterra en 2012, que se repetiría en más de una ocasión. La misma Isabel II a cuyo primo, lord Mountbatten, el IRA de McGuinness hizo volar por los aires mientras pescaba en 1979.

También McGuinness era aficionado a la pesca. Cuando David Trimble se disponía a sentarse por primera con McGuinness en verano de 1998, un viejo camarada de Derry advirtió al futuro premio Nobel de la Paz que, hiciera lo que hiciera, no le hablara de pesca. De hacerlo, McGuinness no hablaría de otra cosa y resultaría imposible avanzar. La paciencia y la cautela, propias de la pesca con mosca, fueron cualidades de las que el propio McGuinness hizo gala como jefe negociador del Sinn Féin durante el proceso de pacificación.

El exprimer ministro Tony Blair, que trabajó con McGuinness en aquel proceso, también ha tenido esta mañana palabras en su recuerdo: "Crecí viendo y oyendo sobre Martin McGuinness, que era un miembro del IRA metido en la lucha armada. Después conocí al Martin McGuinness que dejó a un lado esa lucha armada para construir la paz. Habrá algunos que no puedan olvidar el amargo legado de la guerra. Y en el caso de aquellos que perdieron a sus seres queridos en ella, es completamente comprensible. Pero aquellos de nosotros que fuimos capaces de traer finalmente el acuerdo de paz en Irlanda del Norte, sabemos que no podríamos haberlo hecho sin el liderazgo de Martin, su coraje y su silenciosa insistencia en que el pasado no debe definir el futuro".

Casado desde 1972 y padre de cuatro hijos, Martin McGuinness fue un comandante terrorista odiado y temido y, después, un admirado pacificador que utilizó su respeto entre el movimiento republicano para lograr su desarme. Reconoció su pertenencia al IRA en 2003, pero nunca entró en detalles sobre sus actividades en la lucha armada. Dedicó la segunda parte de su vida a construir la paz con sus enemigos, pero se lleva a la tumba la incógnita de si logró firmar la paz consigo mismo.

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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