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La corrección política llega al Carnaval de Río

Algunos grupos suprimen canciones tradicionales por considerar racista y homófobo su contenido

Participantes en el Carnaval de Río de Janeiro, en la madrugada de este martes.Foto: atlas
María Martín

La irreverencia del Carnaval de Río de Janeiro, la mayor fiesta del año, tiene los días contados. Y la falta de reglas también. Hace 40 carnavales nadie veía problema en usar la palabra "mulata" o burlarse de los gais en las canciones que agitan los cortejos callejeros, pero la inercia se acabó. Algunas letras abren heridas y ahora el debate está en la calle: ¿es compatible el carnaval con lo políticamente correcto?

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El asunto palpita desde hace un par de ediciones, pero ha ascendido a polémica después de que algunos grupos carnavalescos de calle, los llamados blocos de rua, decidieran dejar de tocar músicas incómodas y agresivas contra negros, mujeres u homosexuales. Entre esas canciones hay clásicos del carnaval carioca, que tocan incansablemente año tras año, y cuyas letras todos saben de memoria. El carnaval más conocido de Brasil, que lleva más de cinco millones de personas a sus calles del viernes al miércoles de ceniza, ha conseguido que el debate no se conforme con las redes sociales y llegue a desfiles, orquestas y periódicos.

Cabeleira do Zezé, de João Roberto Kelly, que lleva una vida inventando estribillos carnavalescos, es un ejemplo de la polémica. La canción contiene estas estrofas: "Olha a cabeleira do Zezé / Será que ele é bossa nova / Será que ele é Maomé / Parece que é transviado / Mas isso eu não sei se ele é! / Corta o cabelo dele! " ("Mira la melena de Zezé / ¿Será que él es? / ¿Será que es bossa nova? / ¿Será que él es Mahoma? / Parece ser maricón / ¡Pero no sé si es! / ¡córtale el pelo!"). La canción incomoda, sobre todo, por su último verso que invita a cortar la cabellera de Zezé y sus críticos interpretan como una incitación a la violencia contra gais y travestís. Kelly, con un repertorio de cerca de 100 canciones de carnaval, tiene varias envueltas en la polémica, se queja. "Nunca vi una vigilancia tan grande, ni en los tiempos de la dictadura. El carnaval es una broma. Nos reímos del calvo, del barrigudo, no podemos tomarnos las cosas al pie de la letra", dijo en una entrevista al diario O Estado de S. Paulo.

"¿Será que él es Mahoma? / Parece ser maricón / ¡Pero no sé si es! / ¡córtale el pelo!", dice una canción

O Teu Cabelo Não Nega, una de las creaciones más famosas de Lamartine Babo, también ha salido del repertorio carnavalesco de algunos blocos. La canción dice "Porque és mulata na cor / Como a cor não pega, mulata / Mulata, eu quero o teu amor " ("Porque eres mulata de color / pero como el color no contagia, mulata / mulata, quiero tu amor"), y despierta doble rechazo. Primero por asociar el color de la piel a algo contagioso y, después, por usar la palabra "mulata", que etimológicamente proviene de mula y que el movimiento negro de Brasil rechaza hace años.

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El veto también casi alcanza a una canción histórica de uno de los más reconocidos músicos brasileños, Caetano Veloso, Tropicália, que versa sobre los ojos verdes de una mulata. Finalmente, varios grupos decidieron mantenerla. El artista también habló sobre la polémica: "Soy mulato y adoro la palabra mulato: es como se llama al país en Aquarela do Brasil, que es nuestro himno no oficial. Siempre detesté A Cabeleira do Zezé por el estribillo 'córtale el pelo', que se repite como incitación a un casi linchamiento. Pero no quiero prohibir nada".

Los grupos carnavalescos tampoco quieren entrar en el campo de las prohibiciones. "La prensa ha hablado mucho de veto, pero nosotros no queremos prohibir nada, solo que la gente entienda lo problemático que resulta repetir esas canciones", explica Ju Storino, percusionista en varios cortejos no oficiales que eliminaron las canciones potencialmente ofensivas de sus repertorios. "Hay 15.000 músicas de carnaval, ¿de verdad necesitamos continuar tocando algo que ofende a gente? Amo a Caetano, le respeto muchísimo, pero él no sabe qué significa ser mulata, una mujer hipersexualizada, de la que lo único que se espera es que baile samba para todo el mundo. Caetano puede amar la palabra, pero nunca estuvo en la piel de una mulata. Estamos haciendo nuestro papel, hacer pensar".

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Sobre la firma

María Martín
Periodista especializada en la cobertura del fenómeno migratorio en España. Empezó su carrera en EL PAÍS como reportera de información local, pasó por El Mundo y se marchó a Brasil. Allí trabajó en la Folha de S. Paulo, fue parte del equipo fundador de la edición en portugués de EL PAÍS y fue corresponsal desde Río de Janeiro.

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