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Didac Costa, una vuelta al mundo siempre al borde del naufragio

El patrón español logra terminar la Vendée Globe, en la que solo pudo tomar parte gracias a una campaña de 'crowdfunding' después de la caída de un rayo en el mástil antes de la salida

Didac Costa, a su llegada aLes Sables d'Olonne (Francia).Vídeo: OLIVER BLANCHET DPPI / VENDÉE GLOBE

No era un proyecto ganador, ni siquiera aspiraba a estar entre los diez primeros, pero el joven navegante español Didac Costa (Barcelona, 1980) logró su principal objetivo, terminar la Vendée Globe, la vuelta al mundo a vela en solitario, sin escalas y sin asistencia técnica. Bombero de profesión y regatista aficionado, el pasado jueves, después de 108 días de navegación a bordo del One Planet One Ocean, Costa cruzaba la línea de meta de Les Sables d'Olonne (Francia) en la 14ª posición y alcanzaba su sueño, completar la que sin duda es la competición más exigente de la vela transoceánica individual. La Vendée Globe es una regata en la que los competidores saben, antes de tomar la salida en cada edición —que se celebra cada cuatro años desde 1989—, que la mitad de ellos no podrán acabarla por su dureza.

Costa se inició en la vela a bordo del crucero familiar cuando en verano visitaba Baleares, Cerdeña o Grecia en el barco que su padre tenía para alquilar. Su primer contacto con la Vendée Globe fue siendo un niño, a través de las historias que le contaban sus padres, que seguían a José Luis de Ugarte, el navegante de Getxo (Vizcaya) —fallecido en 2008—, que fue el primer español que completó la regata hace casi un cuarto de siglo. “Yo era pequeño y leyendo el libro que él escribió (El último desafío), pensé que algún día también yo podría hacerlo”.

La Vendée Globe, todo un emblema de Francia, ha puesto a prueba la resistencia de 29 navegantes de 10 nacionalidades. Después de 112 días de competición, 16 patrones han llegado a la meta, 11 han abandonado y 2 siguen navegando. Costa ha sido el cuarto español en participar en la regata y el segundo en completar la prueba después de que De Ugarte lo hiciera en 1993, y Javier Sansó (2000 y 2012) y Unai Basurko (2008) lo intentaran sin éxito.

Historia de superación

La de Costa es una historia de superación desde el mismo momento en que decidió participar. El patrón catalán se enfrentaba a su mayor desafío sin un patrocinador principal que financiase el proyecto. Costa contaba con uno de los presupuestos más modestos —rondaba los 300.000 euros— recaudados mediante la solidaridad y las aportaciones de amigos, navegantes, clubes y pequeñas empresas del sector. Sin embargo, estaba decidido a hacer algo muy grande con muy poco. “Mucha gente nos ha ayudado y se ha implicado en el proyecto”, señala el joven patrón, que tuvo que invertir sus ahorros —incluso hipotecar su vivienda— para cumplir su sueño.

El One Plane One Ocean durante una navegación.
El One Plane One Ocean durante una navegación.JEAN-MARIE LIOT (DPPI)

A la dificultad que representaba no tener un respaldo económico suficiente, unas semanas antes de la salida se añadió otro problema que pudo acabar con meses de esfuerzo. La caída de un rayo en el mástil durante una tormenta eléctrica dañó la electrónica del barco; Costa tuvo que lanzar una campaña de crowfunding para obtener los recursos suficientes para poder estar en la línea de salida. Y, a pesar de que el reloj corría en su contra, el catalán mantuvo la confianza. Tengo la determinación de estar en la salida y no hay nada que cambie eso. Hemos resistido al incidente con el rayo, así que nada nos va a detener”, señalaba antes de dejar Barcelona para ir a Les Sables. Con las escasas posibilidades económicas y un equipo de cuatro personas —Jordi Griso, entrenador principal del equipo; Aleix Gelabert, director técnico; Aitor Ocerin, responsable del mástil, y Trabal Peña, mecánico—, Costa invirtió muchas horas en el barco para prepararlo a conciencia y ponerlo a punto para afrontar la regata.

La salida

El 6 de noviembre, el One Planet One Ocean cruzaba la línea de salida junto con otros 28 barcos; sin embargo, apenas una hora después de iniciarse oficialmente la regata tuvo que regresar a puerto. El catalán decidió dar media vuelta al detectar una vía de agua y problemas eléctricos a bordo de su IMOCA 60. Todos los equipos se volcaron con él ofreciéndole los materiales que fueran necesarios para volver cuanto antes a la regata. Costa no sabía si podría volver a tomar la salida, pero la solidaridad del cuerpo de bomberos de Les Sables le ayudó a reparar la avería y poner a salvo el barco. El espíritu de la Vendée Globe volvía a quedar patente y cuatro días más tarde pudo volver a retomar la salida.

Datos técnicos: One Planet One Ocean

Número de vela: ESP-33

Nombres anteriores: Kingfisher, Educación Sin Fronteras, Fòrum Marítim Català, One Planet One Ocean -Pharmaton

Diseñador: Owen-Clarke Design (2000)

Longitud: 18,28 m

Manga: 5,30 m

Calado: 4,50 m

Desplazamiento (peso): 8,9 T

Altura del mástil: 26 m

Área de la vela contra el viento: 240 m²

Área de la vela a favor del viento: 470 m²

El catalán competía con uno de los barcos más viejos de la flota —era su quinta vuelta al mundo—, el antiguo Kingfisher, botado en el año 2000, y con el que la navegante británica Ellen McArthur fue segunda en la Vendée Globe 2000-2001. Propiedad de la Fundació Navegació Oceànica Barcelona (FNOB), el diseño de Owen-Clarke/Humphreys había completado tres circunnavegaciones más de forma consecutiva en la Barcelona World Race. La última, en 2014-2015, en la que Costa completó su primera regata alrededor del mundo junto con Aleix Gelabert. Tras finalizar en cuarta posición, el navegante español anunció su intención de tomar parte en la Vendée Globe.

Mano a mano

Durante la primera parte de la regata, el patrón del One Planet One Ocean estuvo más preocupado por evitar cualquier rotura que de sus adversarios. Más tarde tuvo que saber gestionar las numerosas averías. “Es una regata muy larga y realmente se hace muy dura”, explicaba el catalán, quien comenzó a tener serios problemas con las velas cuando navegaba al sur de Australia (en solo tres días perdió tres velas). Fueron los momentos más difíciles, donde su moral alcanzó el punto más bajo. Pero, sin duda, una de los momentos más destacados de esta edición de la vuelta al mundo a vela ha sido el duelo entre el One Plane One Ocean y el Mary-Etamine du Lys, de Romain Attanasio. El patrón francés, un reconocido navegante solitario de la clase Figaro, navegaba a bordo de un barco de la misma edad —16 años— y con el mismo potencial de velocidad que el de Costa. “Romain ha sido un aliciente increíble para mí; poder navegar más de dos meses con un barco mano a mano es realmente algo que agradezco porque he aprendido mucho”, declaraba Costa a su llegada.

Vuelta a Les Sables

Superados todos los desafíos, el primer catalán en terminar la Vendée Globe vivía el pasado jueves un emotivo recibimiento. Los bomberos de Les Sables, que tanto le ayudaron en la salida, le esperaron en la bocana del puerto y le recibieron haciendo sonar sus sirenas. Muy emocionado, Costa mostró su más sincero agradecimiento.“Cuando tuve que volver a puerto tras la avería en la salida pensé que todo había acabado. En ese momento su ayuda fue vital, sin ellos probablemente no hubiéramos podido haber salido de nuevo. ¡Muchas gracias! Siempre les estaré agradecido”.

Bomberos de Les Sales reciben a Didac Costa a su llegada al puerto de la localidad francesa.
Bomberos de Les Sales reciben a Didac Costa a su llegada al puerto de la localidad francesa.OLIVER BLANCHET (DPPI)

El catalán se mostró eufórico a su llegada: “Me siento muy bien, muy contento de haber terminado después de lo que me ha costado, no sólo por la regata en sí que es muy dura sino por todo el proyecto. Tomar la salida ya fue muy complicado con los problemas que tuvimos. Estar aquí de nuevo viendo a toda la gente que ha participado y me ha ayudado es algo que me llena de alegría”, señalaba Costa. Tras su hazaña, ya piensa en el futuro, y por ello, nada más poner pie en tierra declaraba que si se presenta una nueva oportunidad, con cierta garantía, él repetiría. Reconoce que todo el esfuerzo hasta conseguir este éxito ha merecido la pena. A partir de ahora, su prioridad es poder seguir navegando de forma profesional. 

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