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Trump miente al sugerir que los estadounidenses ya no viajan a París por miedo

En noviembre pasado, la cifra de turistas norteamericanos en la capital francesa fue la más alta en diez años

El presidente Hollande este sábado en un festival agrícola en París.Foto: atlas | Vídeo: CHRISTIAN HARTMANN (AFP)
Carlos Yárnoz

Ni un día sin provocar a alguien. Y a ser posible, un aliado. Es el sello del nuevo presidente de Estados Unidos y esta vez le ha tocado el turno a Francia. Donald Trump ha utilizado una fuente de información tan fiable como “un amigo” llamado Jim para sugerir que ya nadie viene París a raíz de los atentados yihadistas. Pues bien, la capital francesa no solo sigue siendo la ciudad más visitada del mundo con más de 45 millones de turistas, sino que la presencia de estadounidenses batió un récord en noviembre pasado.

“París ya no es París”, cuenta Trump que le dijo su amigo. Jim, si es que existe, ha preferido dejar de viajar a Francia como lo hacía cada año. Pero no será por motivos de seguridad, como afirma el mandatario, porque la tasa de criminalidad es muy inferior a la Estados Unidos: 1,1 y 4,2 homicidios por cada 100.000 habitantes, según datos de la ONU.

Es más, Jim es una excepción. Nunca habían venido tantos estadounidenses a París. Es cierto que las visitas bajaron tras los atentados de 2015. Concretamente un 1,8% en toda Francia y más del 10% en París (1,5 millones de turistas menos), según el Instituto Francés de Estadística y Estudios Económicos (INSEE), pero los datos indican que se está recuperando a toda prisa.

Lo dicen fuentes mucho más fiables que Jim, que dice “adorar la ciudad de la Luz” aunque ya prefiere no visitarla. El INSEE afirma que en el cuarto trimestre de 2016 ha subido un 3,9% el turismo en Francia con respecto al mismo trimestre del año anterior. En noviembre de 2016, llegaron a París un 12,3% más de viajeros que en el mismo mes del año anterior, según el Observatorio Económico de Turismo.

Ese observatorio aporta otro dato oficial que hunde la teoría de Trump. Ese noviembre llegaron a París un 15,6% más de turistas estadounidenses que el año anterior y un 12,5% más que en 2014. “Se trata del volumen más importante de llegadas registrado por esa clientela en el mes de noviembre en los últimos diez años”, añade el observatorio. No solo eso. Según la Oficina de Turismo y Congresos de París, los estadounidenses siguen encabezando la lista de llegadas hoteleras a la ciudad. Fueron 1,8 millones en 2015 -de un total de 15 millones- y la evolución hoy es al alza, dice la oficina.

La propia alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que maneja los últimos datos, ha afirmado ese sábado que “las reservas de turistas americanos en París son un 30% más altas que en 2016”. Hidalgo ha respondido con humor difundiendo un tuit en el que se le ve junto a la torre Eiffel acompañada de los muñecos Mickey y Minnie.

Pero por encima de los datos, la frivolidad con la que Trump suelta esos exabruptos provocan algo más que respuestas ingeniosas. Que el presidente más poderoso del mundo infunda miedo entre los turistas en la ciudad donde el 12,4% de sus empleados (medio millón en el sector) viven de las visitas es un gesto de una hostilidad manifiesta.

Los estadounidenses siguen encabezando la lista de llegadas hoteleras

Por eso, el propio presidente François Hollande ha salido también al paso y con menos humor que Hidalgo. “Nunca es bueno mostrar el más mínimo desprecio por un país amigo”, ha dicho el jefe del Estado francés. “No haré comparaciones”, ha añadido. “pero aquí no hay libre circulación de armas y no hay personas que disparan a la gente indiscriminadamente”.

De paso, Hollande ha recordado la frase que Trump le dijo cuando hablaron tras el triunfo electoral de este. “Me comentó que no había un país más hermoso que Francia”. Un país al que su amigo Jim ya no viaja y, por eso, Trump se ve obligado a alertar a sus conciudadanos. Hasta las hojas parroquiales son más rigurosas al difundir información.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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