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El Gobierno de Colombia y el ELN dan inicio formal a un proceso de paz lleno de dudas

La celeridad marcará las negociaciones con la segunda guerrilla del país

En primer plano, Fredy Moreno el último secuestrado por el ELN y liberado antes de que comenzaran las negociaciones.Foto: reuters_live | Vídeo: DANIEL MARTINEZ (AFP) / REUTERS-QUALITY
Ana Marcos

Tras meses de incertidumbre y una fecha de inicio fallida, el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla del país, han iniciado finalmente un nuevo proceso de paz en Ecuador, tras el acuerdo alcanzado el pasado agosto con las FARC. "Ejecutaremos los temas con la mayor celeridad y rigurosidad. Esto no debe confundirse con una paz exprés", ha anunciado Juan Camilo Restrepo, jefe de la delegación del Ejecutivo de Juan Manuel Santos. Colombia avanzará hacia lo que el presidente ha llamado “la paz completa”. “Los procesos son distintos, pero el fin del conflicto es solo uno”, ha repetido en varias ocasiones el mandatario.

La rapidez pretende marcar un proceso que comenzó hace más de tres años cuando ambas partes hicieron los primeros contactos, la fase secreta de la negociación. El pasado marzo, en Caracas, se produjo el primer augurio con la presentación de la agenda que el Gobierno y el ELN comenzarían a discutir. Se estableció también que Ecuador sería la sede fija donde se desarrollarán las conversaciones, y Venezuela, Chile, Brasil y Cuba se convertirán en ubicaciones itinerantes.

A partir de ese momento, empezó una etapa de dudas. Se anunció la primera fecha para dar inicio a la fase pública: el 27 de octubre. Y ese mismo día, el presidente Santos pospuso el comienzo. La guerrilla debía liberar a los secuestrados que aun tenía en su poder. Entre ellos el excongresista Odín Sánchez, que había bloqueado las conversaciones hasta el pasado 2 de febrero cuando fue liberado. A cambio se indultó y sacó de la cárcel a dos miembros de la guerrilla para que participarán en el proceso.

Los diálogos que ahora comienzan comprenden una agenda y una serie de requisitos que, aunque les confieren cualidades propias, en esencia son muy similares a los que se negociaron en Cuba con las FARC. "No vamos a acordar una nueva Comisión de la Verdad, ni un nuevo Tribunal para la Paz, ni nuevos procedimientos para el cese al fuego y de hostilidades definitivo, ni una nueva Misión Internacional de Verificación", dijo el pasado marzo Santos tal y como ha recordado Restrepo. “Se establecerán mecanismos con la mesa de La Habana para identificar temas en que se requiera coordinación y sincronía.”

Pablo Beltrán, máximo dirigente del ELN y jefe de la delegación insurgente, ha reclamado un rápido cese bilateral del fuego, consciente de que en el proceso de negociación con las FARC este acuerdo no se alcanzó hasta el final y durante aquellas negociaciones se produjeron enfrentamientos bélicos entre ambas partes. "Es mejor echar lengua que echar bala, como decía el ilustre Darío Echandía", ha dicho el guerrillero.

En el ánimo de la segunda insurgencia de Colombia, con una nómina de aproximadamente 2.000 guerrilleros, también está la participación de la sociedad civil durante toda la negociación. Tres de los puntos de la agenda así lo contemplan. "Se requieren garantías para que la gente participe y no sea revictimizada por ello", ha reclamado Beltrán mientras llamaba a la movilización popular y a la participación de los partidos opositores. "Hemos aprendido la trascendencia del papel de la ciudadanía al acompañar estos procesos, y cómo su interés, su conocimiento, y sabiduría pueden facilitarnos la tarea de llegar a acuerdos", ha acompañado el representante del Gobierno.

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El ELN, que nació en 1964, casi a par de las FARC, con una ideología que mezcla cristianismo y marxismo, había intentado sin éxito acercarse a la paz a través del diálogo con algunos gobiernos. La guerrilla mantuvo conversaciones con el presidente César Gaviria en los años 90 y más adelante con el dos veces mandatario Álvaro Uribe. Ahora, con un horizonte marcado por las incertidumbre de los preparativos, ambas partes se preparan para un proceso que, en palabras de Juan Fernando Cristo, ministro de Interior, cuyo padre fue asesinado por el ELN en 1998 (y presente en la ceremonia) podría llegar a un acuerdo a finales de este año.

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura, encargada de los temas de Arte. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Fue parte del equipo que fundó Verne. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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