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Manuel Huedo: “La tele es muy aburrida y para gente mayor”

El humorista y actor ibicenco ha saltado a la fama gracias a sus vídeos cortos de Internet

Manuel Viejo

Uno de los mejores vídeos que han llegado por WhatsApp estas navidades tiene como protagonista a Manuel Huedo, (Ibiza, 1994). Bajo el nombre de Operación Nochevieja, este corto de 120 segundos narra las aventuras de unos soldados para sobrevivir a la noche más alcohólica del año. El vídeo acumula más de dos millones de reproducciones en Facebook. Este joven actor y guionista de Radiotubers en Los 40 Principales reside desde hace tres años en Madrid y forma parte de una generación —Jorge Cremades, Darío Eme Hache, María Herrejón...— que, gracias a las redes sociales, se han hecho un hueco en la interpretación y en el mundo del humor entre los más jóvenes.

¿Cuántas veces miras el móvil al cabo del día? Como cualquier otro enfermo, pero sin retransmitirlo en las redes sociales. Tengo amigos que cuentan absolutamente todo con su móvil. Cómo cagan, cómo mean...

¿De dónde te viene esta vena artística? De mi familia desde luego que no. Mi padre regentó el primer videoclub que hubo en Ibiza. He mamado mucho cine desde pequeño. Quizá de ahí me venga este amor por el séptimo arte y el mundo audiovisual. Más tarde me apunté a un curso de monólogos y me di cuenta de que lo que realmente me gustaba era hacer reír. Y hace tres años decidí dar el salto a Madrid. Aquí estoy trabajando y estudiando interpretación en la escuela Work In Progress de Darío Facal. 

Tiene 150.000 seguidores en Facebook y sus vídeos de dos minutos acumulan millones de visitas 

En octubre del pasado año cerró Vine, una aplicación que permitía crear y publicar vídeos cortos con una duración máxima de seis segundos. Esto sirvió para que muchos de vosotros os dierais a conocer. ¿Cómo llegaste a ella? Me bajé la aplicación para ver vídeos de otra gente porque me lo recomendó mi hermana. Y me animé. "¿Por qué no?", me dije. 

Y así acumulaste hasta 60.000 seguidores.  Sí, Vine era una aplicación un poco cerrada. Ahí estábamos los que estábamos y entre todos compartíamos nuestros vídeos. De hecho, mi grupo de amigos en Madrid lo forman los de Vine. Quedábamos para salir entre nosotros porque todos somos de fuera de la capital. Algunos hasta viven juntos. Aquí estamos Dante Caro, Darío Eme Hache, Antón Lofer, Isaac F. Corrales…

Al contrario que tus amigos, el público al que te diriges llega hasta los 40 años. Sí, creo que las temáticas que hago son distintas. Apenas tengo seguidores en Instagram (69.800) precisamente por eso. Mi público es Facebook (150.000). Quizá esto esté relacionado también con YouTube, donde el humor que veo es muy blanco. Tampoco tengo Snapchat y no uso Instagram Histories, no me gusta contar mi vida personal. Hay algunos que su vida en sí es su contenido. Yo básicamente soy un niño que se pone disfraces y hace vídeos con diálogos de películas.

Por eso no tienes un canal de YouTube… Sí, lo descarto por ahora. Haría lo mismo que estoy haciendo y yo no soy carne de contar mi día a día. En caso de hacer algo en YouTube, haría sketches, pero no tengo medios ahora mismo para hacerlos.

Lo bueno de Internet es que no hay manipulación. En Internet no queremos gente seria

¿Cómo haces tus vídeos? Con mi móvil—Iphone 6— en modo selfie. No hay más, no hay ningún misterio. Y luego los edito, claro. Cuando llego a casa después de trabajar son las 12 de la noche y el día que grabo empleo entre seis y siete horas. Y siempre de noche. Lo primero que hago es pensar la forma y luego la temática. Por ejemplo, me gustaría interpretar a un soldado. Lo imagino y luego ya pienso qué historia contar. Hace poco subí un making of a Twitter porque le dije a mi hermana Lucía que me grabara para que la gente viera lo cutre que es

Lo cutre triunfa. Sí, la gente empatiza mucho. El hecho de hacer reír con pocas cosas funciona. Yo no tengo focos ni ningún material audiovisual. En cambio un móvil lo tiene todo el mundo y editar se puede hacer fácilmente.

¿Cuándo terminas de editarlo piensas la hora en que lo vas a subir a tu red social o lo subes directamente? En Internet existe una especie de primetime que, en mi caso, son las tres de la tarde. Es una hora en la que no te has dormido la siesta y no has terminado de comer. Un vacío legal español. Por eso cuando estás empezando tienes que ser avispado y subirlo a determinadas horas.

¿Se puede vivir de esto? Esto es como ser autónomo. Hay meses que a lo mejor te pueden caer tres campañas de publicidad y te da para vivir tres o cuatro.

Pero la única red social que paga por visualizaciones es YouTube. Y tú no tienes…  Exacto. Si vives de los vídeos cortos de Internet es porque la marca de publicidad te llama para publicitarse en tu cuenta de Instagram, en Twitter o en Facebook.

¿Hay un baremo de precios? No. Puedes hacerlo tú solo o a través de una agencia de representación como es mi caso. Yo estoy en la misma que Jorge Cremades y Antón Lofer… Son ellos los que se encargan de demostrarle al cliente la relevancia que tenemos con estos vídeos.

¿Y de qué precios estamos hablando? Depende de la marca y de lo que estén dispuestos a pagar.

¿2.000 euros es lo normal? Sí. O más. Pero es que estamos hablando de mucho alcance. Es publicidad. Hay que tener en cuenta que lo pueden ver millones de personas y eso, en el fondo, vale dinero. Mucha gente dice “este vídeo lo hace cualquiera”, pero es que lo que cuesta dinero no es hacer el vídeo, sino la gente a la que llegas a través de tu cuenta. Hace poco hice un anuncio para Nescafé en Twitter y otro para Mixta en Instagram.

¿Ellos te dicen qué es lo que tienes que hacer? No. En mi caso el anuncio fue idea mía. La marca comprende que los seguidores que tenemos nos lo hemos ganado nosotros solos. Si la marca mete mano en el vídeo el que sale perjudicado soy yo y mis seguidores.

Hacer reír con pocas cosas funciona. Yo no tengo focos ni ningún material audiovisual y un móvil lo tiene todo el mundo

¿Y cómo sabe la marca que ha funcionado si el anuncio lo subes a tu cuenta? Ellos después de unos meses nos piden un informe. Haya triunfado o no esto no influye en el precio y eso le sirve a la marca para saber si pueden volver a contar contigo.

El maravilloso mundo de Internet… Sí, al final es un altavoz más. Lo bueno de Internet es que no hay manipulación. En Internet no queremos gente seria, para eso está la tele, que es muy aburrida y es para gente mayor.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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