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Betis y Celta juegan sin defensas

Empate a tres en un duelo de alternativas, mucha lluvia y protagonismo para Aspas, Dani Ceballos y Rubén Castro

Sanabria se va de Rubén antes de hacer su gol | Vídeo: Rueda de prensa de Berizzo y Sánchez del Amo.Foto: atlas | Vídeo: J. M. Vidal (EFE) | ATLAS
Rafael Pineda

Cayó la mundial sobre el Benito Villamarín. Como también diluvió sobre las defensas de Betis y Celta, inoperantes ante jugadores de la talla de Aspas, Dani Ceballos o Rubén Castro, protagonistas de la lluviosa matinal sevillana. Pudo ganar el Betis, que supo remontar después de un primer tiempo penoso, donde estuvo a merced del rival. La tuvieron Ceballos y Rubén para hacer el 4-2, que no llegó. Sí lo hizo el 3-3 en un gran remate de Roncaglia, que puso el empate definitivo en el marcador, quizás el resultado más justo. Curiosamente, el Betis intentó jugar muy arropado atrás y fue mejor cuando adelantó las líneas de presión y optó por atacar, guiado por un gran Ceballos.

El Celta tiene buena pinta, pero le falta maldad para ser grande. También contundencia en defensa. En general, los dos sistemas defensivos estuvieron de pena, concediendo goles a balón parado, cometiendo penaltis absurdos y fallando despejes claros. Ninguno de los dos equipos supo cerrar el encuentro cuando éste se le puso de cara, lo que habla a las claras de la falta de talento táctico de alguno de los jugadores que participaron en el partido, caso de Petros o Fontàs.

Poco a poco se va conociendo a Víctor en Sevilla. No es un técnico que se tape, ni mucho menos. Por eso hay que tener mucha personalidad para jugar en el Benito Villamarín con cinco defensas y una actitud cercana al servilismo futbolístico.

Como si se tratara de un espectador privilegiado, el Betis alimentó el buen juego del Celta. Berizzo acumuló hombres en el centro del campo y aquello se pareció a un paseo triunfal del Celta en la pradera bética. Marcó Aspas ante la inoperancia de una defensa andaluza organizada en torno a la acumulación de jugadores, pero con una desesperante falta de tensión. El Betis fue un manojo de nervios en un primer tiempo lamentable, donde el Celta manejó a su antojo el partido. Le faltó al cuadro gallego un punto de maldad. Tocó bien, con una superioridad tremenda, pero no machacó a un Betis encogido. A Víctor, que además dejó en el banquillo a Joaquín, lo salvó la vergüenza futbolística de Dani Ceballos, un joven talento que vuelve a brillar. El fútbol tiene a veces esas cosas. Fontàs se desconectó y realizó un penalti estúpido a Petros. Marcó el de siempre, Rubén Castro, y el partido comenzaba de nuevo a pesar de la manifiesta superioridad gallega.

Todo cambió en el inicio de la segunda parte. Víctor rectificó y el conjunto verdiblanco dio un paso adelante. Esa ambición se tradujo en los mejores minutos del Betis de la temporada. Ceballos brilló con sus pases y Rubén Castro hasta se permitió el lujo de servir pases de gol. Con el Celta desaparecido, el Betis se permitió el lujo de volver a marcar después del empate a dos de Aspas. Un golazo de Pezzella gracias al buen trabajo de estrategia de Víctor.El Betis tuvo la opción de hacer el cuarto en unos minutos de buen juego. Durmisi, un puñal, le dio el tanto a Rubén, que no supo acertar, como tampoco Dani Ceballos.

Perdida la opción del triunfo andaluz, le tocó el turno al Celta. Pezzella erró ahora en la igualada del Celta, obra de Roncaglia. Todo vino por una innecesaria falta cometida por Petros. Sin inteligencia táctica y groseros errores en defensa, el Betis no podrá crecer. Al Celta, más bonito que bueno, lo sostiene un jugador enorme, Aspas. El punto, aceptable para ambos, también les dejó un regusto amargo a los dos.

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