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Las clavadas de Aliojin

El ruso pasó a la historia, entre otras cosas, por su capacidad de combinatoria

Leontxo García

Entre las muchas virtudes de Alexánder Aliojin, su capacidad combinatoria es la que le hizo inmortal. Hasta siete veces explota el tema de la clavada con virtuosismo en esta partida contra Eero Book del torneo de Margate (Inglaterra) en 1938. Las piezas del campeón del mundo ejecutan una danza mortal de gran precisión.

El personaje es novelesco, e incitará eternamente a especular si hubiera brillado aún más como ajedrecista de no haber tenido una vida tan complicada. La huída de la Unión Soviética, que le causó una enorme tristeza y ansiedad el resto de su vida, el alcoholismo, sus artículos antijudíos cuando vivía protegido por los nazis… culminaron con una muerte, en Estoril (Portugal) digna de una película de Oscar. Sus magníficas partidas siempre estarán ahí.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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