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Uno de los platillos más antiguos de México

La investigación para realizar el documental de 'El sendero del caldo de piedra' sugiere que la sopa oaxaqueña tiene más de 5.000 años de antigüedad

El caldo de piedra se prepara con rocas calientes, como la de la imagen.Vídeo: ABERRACIÓN ÓPTICA

El chinanteco tiene una fonética muy distinta a la del español o castellano, recuerda a ciertas lenguas o idiomas orientales. Por eso es que el tráiler del documental El sendero del caldo de piedra transporta a una zona desconocida con sus primeros diálogos en esta lengua indígena oaxaqueña. En esta escena un anciano lava una formación rocosa a las orillas del río Papaloapan para preparar el caldo de piedra.

“En la cultura chinanteca el ritual de preparar el caldo de piedra tiene un significado comunitario: cuando una familia designa una fecha para preparar el caldo, varios miembros de la comunidad hacen un ligero recorrido a las orillas del río”, dice Sarah Borealis, una historiadora estadounidense y una de las creadoras del documental.

Borealis en conjunto con el cineasta Arturo Juárez decidieron realizar el cortometraje que repasa los detalles históricos del milenario platillo oaxaqueño. “Consultamos a varios antropólogos de la Universidad de Tulane (Nueva Orleans) que nos sugirieron que el platillo del caldo de piedra pertenece al menos a la era pre-cerámica en América”, señala Borealis.

Juárez menciona que este ritual, que podría tener más de 5.000 años de antigüedad, se lleva a cabo generalmente en primavera para venerar a las mujeres de la comunidad. En el documental los realizadores entrevistan a la familia Guachupín Velasco, que es la que pidió permiso para preparar el platillo en su restaurante y así preservar la tradición en San Felipe Usila, Oaxaca.

“Es como probar el caldo de un alpinista: es un caldo de pescado pero tiene un sabor a naturaleza muy particular”, dice Juárez. Antiguamente el platillo se preparaba en formaciones rocosas cercanas al río, pero ahora existe una versión más que es en jícaras (recipientes) para degustarlo de forma individual.

“La primera vez que oí de una sopa de piedra fue en una fábula que escuché en el kínder en Dakota del Norte cuando tenía cinco años. Me encanta conocer nuevas formas de cómo el hombre preparaba sus comidas con piedras, una de mis metas es organizar un foro culinario donde todos puedan presentar su propia receta o forma de cocinar con piedras”, menciona Sarah.

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