_
_
_
_
_

El chamán de los vinos

Jean-Claude Berrouet, enólogo de los 'Petrus', asesora por primera vez una bodega en España

El enólogo francés Jean-Claude Berrouet en la bodega del Grupo Yllera en Curiel del Duero (Valladalid).Vídeo: LUIS MANUEL RIVAS

Jean-Claude Berrouet, (Burdeos, 1942) levanta lentamente una copa de vino, la agita, olfatea el líquido y lo prueba. Asiente con la cabeza y frunce el ceño. Berrouet tiene el aspecto de un abuelo encantador; con camisa, gafas y el jersey atado al cuello. Junto a él esperan una docena de botellas que esperan ser catadas. El ritual se repite varias veces. En los vinos se reflejan los rayos de sol que se cuelan a través de una enorme galería. Tras el cristal, 25 hectáreas imponentes de tempranillo y cabernet sauvignon en los que su nariz y su paladar trabajan para elaborar su primer vino en España. “Voy a poder mejorar mi español”, bromea el enólogo. El Grupo Yllera ha sido la bodega afortunada: “Buscamos elaborar vinos más elegantes y complejos; abrir puertas al mercado exterior”, explica Marcos Yllera, uno de los dueños de la bodega.

Más información
El irreverente negocio del vino azul
Cata a ciegas en la Ribera del Duero

Berrouet está en Entrecastillos, la nueva bodega del grupo -fundado en 1970- ubicada en Curiel del Duero (Valladolid). Un innovador centro enológico de 5.000 metros cuadrados en dos alturas que cuenta con las últimas tecnologías y que está flanqueado por los castillos de Curiel y Peñafiel. En la mesa donde cata, le acompañan su hijo Jean-François y Montxo Martínez, enólogo de la bodega. Los dos esperan pacientes el veredicto de este chamán de los vinos. Los tres charlan después de cada sorbo. Casi susurran, como si estuvieran en una cantina a luz de las velas, confabulando para hacer vinos mágicos. Este mes han hecho las primeras catas de los vinos de 2017. Notamos que hemos hecho algo diferente”, explica Roberto García, director comercial de la bodega.

Berrouet es uno de los enólogos más afamados del mundo por asesorar a los vinos Petrus entre 1964 y 2009. Un vino tinto de la región vitícola de Pomerol (Burdeos, Francia) que puede alcanzar los 9.000 euros por una botella. La fama de estas bebidas le ha llevado a asesorar bodegas de Francia, Argentina, Estados Unidos o China. Marcos Yllera, 46 años y uno de los dueños de la marca, pasea por la bodega con brillo en los ojos, nervioso, con si fuera el día de Navidad y Papa Noel estuviera paseando por las instalaciones. “Berrouet le da más protagonismo al terroir [conjunto de factores que describen la región geográfica donde está el viñedo] que a la madera”, explica. “Y es muy humilde; no deja de preguntar y tomar nota de todo. Viene a Curiel del Duero a aportar un punto de vista y una filosofía diferente”. La bodega ya está barajando nombres, diseños y métodos de distribución. “No somos partidarios de una subida exagerada. Habrá una gama de vinos asequible, y otra un poco más cara”, explican.

Da igual si todos los presentes charlan en castellano. Incluso si hablan sobre dónde le van a llevar o dónde tiene que colocarse para posar para una foto. Berrouet no pierde la sonrisa en ningún momento. Su hijo François, como una sombra, ejerce de traductor y aprendiz aventajado. ¿Y cuál es el caché de un enólogo de prestigio mundial? “Su sueldo es como el de un técnico bueno en España”, explica Yllera. El grupo invirtió 9 millones de euros en la nueva bodega que cuenta con depósitos con capacidad para 350.000 kilos de uva. Berrouet viajará tres o cuatro veces al año a Curiel del Duero, en los en los momentos más importantes de la elaboración del vino, como la vendimia o el ensamblaje de los viñedos. “Su implicación es total y exclusiva y el canal de comunicación estará totalmente abierto”, añade Yllera. “Le llamamos por probar... Quizás antes nadie se había atrevido en España”, concluye orgulloso.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_