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Obama busca una victoria en Mosul antes del cambio en la Casa Blanca

La ciudad simboliza los desafíos pasados y presentes de la estrategia de Estados Unidos en Irak

Obama, este lunes, en un acto educativo en Washington.Vídeo: AFP

A tres meses del fin de la presidencia de Barack Obama, Estados Unidos confía en que la ofensiva para recuperar la ciudad de Mosul suponga un golpe determinante contra el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Mosul simboliza los desafíos pasados y presentes de la estrategia militar estadounidense en Irak. El asalto llega a los dos años del inicio de la campaña aérea impulsada por Washington contra el grupo yihadista y a tres semanas de las elecciones presidenciales.

Estados Unidos coordina una coalición de 19 países que apoyan a las fuerzas de seguridad iraquíes en su campaña para expulsar al ISIS de Mosul, su mayor feudo en Irak. El Pentágono apoyará desde el aire a las tropas iraquíes y tribus suníes, pero se desconoce el alcance de su participación sobre el terreno. “Este es un momento decisivo en la campaña para asestar al ISIS una derrota duradera”, declaró el domingo el secretario de Defensa, Ash Carter, al iniciarse la ofensiva para arrebatar la ciudad a los extremistas.

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El Gobierno de Obama ha reforzado el despliegue militar en Irak en la antesala de la batalla por Mosul, ampliando a más de 5.000 militares su contingente en ese país.

El portavoz del Pentágono, Peter Cook, explicó este lunes que los uniformados, entre los que hay soldados de élite, tienen “una variedad de responsabilidades” dentro de su función de asesorar y ayudar a las tropas iraquíes con información logística y de inteligencia.

El portavoz insistió en que es una operación liderada por las autoridades de Bagdad, pero admitió que los soldados estadounidenses pueden verse envueltos en “situaciones de peligro” y evitó comentar si podrían llegar a entrar en la ciudad de Mosul.

Washington ha repetido como un mantra que sus militares no combatirán sobre el terreno. Esa es la línea roja marcada por el presidente Obama en la ofensiva contra el ISIS, iniciada en agosto de 2014. Es un contraste con el despliegue masivo de tropas en la invasión de Irak en 2003, que no logró estabilizar el país y en la que murieron más de 4.000 soldados norteamericanos.

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Mosul es un símbolo de los peligros de cualquier intento de la primera potencia mundial de estabilizar Irak. Fue la inesperada conquista de la ciudad por parte del Estado Islámico en junio de 2014 lo que llevó a Obama a volver a enviar tropas estadounidenses a ese país. El presidente demócrata había retirado en 2011 todos los soldados de Irak tras llegar a la Casa Blanca prometiendo acabar con las guerras de su predecesor, el republicano George W. Bush.

Una huida humillante

Los yihadistas se hicieron con Mosul después de que soldados iraquíes lanzaran al suelo sus armas, se despojaran de sus uniformes y huyeran. La escena causó humillación en Washington después de haber invertido en la última década decenas de miles de millones de dólares en entrenar y equipar al Ejército de Bagdad.

En la invasión de 2003, EE UU logró controlar Mosul con poca dificultad, pero al poco tiempo la ciudad se convirtió en una base de la insurgencia suní de Al Qaeda, de la que nacería el ISIS. El general David Petraeus, entonces máximo responsable militar estadounidense, la puso como un ejemplo del fracaso de apaciguar la tensión sectaria al no integrar en el nuevo Irak a suníes y seguidores del régimen de Sadam Husein.

Mosul, de mayoría suní, es ahora un termómetro para evitar fricciones sectarias. Y también es la mayor prueba para Washington sobre su capacidad de derrotar al grupo yihadista. En febrero de 2015, el Pentágono anunció que el asalto a la ciudad se iniciaría en mayo de ese año. El anuncio levantó ampollas y reveló una pugna sobre el tempo contra el ISIS. EE UU evita ahora cualquier atisbo de triunfalismo y se impone la cautela. Se limita a pronosticar que la ofensiva en Mosul será difícil y durará semanas.

5.000 soldados desplegados

  • Estados Unidos envió este mes a Irak a 615 nuevos soldados, lo que aumentó su contingente a más de 5.000. Su función es apoyar a las tropas iraquíes, no combatir. Algunos estarán desplegados sobre el terreno.
  • El Pentágono creó en julio un centro de operaciones a las afueras de Mosul, que ahora será clave para el asesoramiento y la logística.
  • Washington desplegó en junio de 2014 a sus primeros asesores militares a Irak en la lucha contra el Estado Islámico. El despliegue ha crecido de forma continua.
  • Desde agosto de 2014, EE UU ha realizado más de 10.000 ataques aéreos contra el ISIS en Siria e Irak.

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