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Un fallo con los sobres de voto obliga a posponer las presidenciales en Austria

La derecha, que impugnó los comicios, parte con ventaja para la cita prevista ahora el 4 de diciembre

Wolfgang Sobotka, anuncia el aplazamiento de la repetición de las elecciones presidenciales.Foto: atlas | Vídeo: CHRISTIAN BRUNA (EFE) | ATLAS
Luis Doncel

Nuevo golpe a la imagen internacional de Austria. Las elecciones presidenciales del pasado mayo fueron anuladas dos meses después por irregularidades en el recuento de votos. Ahora, un fallo técnico obliga al Gobierno a posponer al 4 de diciembre la repetición de unos comicios que acapararon una atención inusitada fuera del país. En primer lugar, por el ajustadísimo resultado. Pero sobre todo por la posibilidad de que un ultraderechista llegue a la cúpula del Estado por primera vez en la historia moderna de Austria.

“El objetivo es celebrar las elecciones en 2016”, dijo el lunes en Viena el ministro del Interior, Wolfgang Sobotka, que se disculpó ante los ciudadanos por la nueva chapuza. Poco después de su comparecencia, los portavoces de los principales partidos anunciaron que la fecha elegida era el 4 de diciembre, aunque nadie pueda garantizar que para entonces esté solucionado el problema con el pegamento de los sobres para el voto por correo, que no cierran correctamente.

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El ministro pasó por el mal trago de explicar los motivos por los que Austria, el país con el cuarto mayor PIB per cápita de la UE que lleva dos meses sin presidente, se ve obligado a repetir las elecciones por un motivo aparentemente irrelevante. “Los sobres de los votos tienen pegamento en la parte de arriba y a un lado. El pegamento no fija bien y pasados 20 o 25 minutos se pueden abrir fácilmente”, aseguró Sobotka.

Ligera ventaja

Dos meses sin presidente

  • 24 de abril. Norbert Hofer, el candidato del ultraderechista FPÖ, da la sorpresa al ganar la primera vuelta de las elecciones presidenciales austriacas con un 35% de los votos. Le sigue el antiguo líder de Los Verdes, Alexander Van der Bellen, con un 21%. Por primera vez quedan fuera los candidatos de los dos grandes partidos.
  • 9 de mayo. El socialdemócrata Werner Faymann dimite como canciller federal, cargo que ocupaba desde 2008.
  • 22 de mayo. La segunda vuelta de las presidenciales dibuja un país dividido en dos. Gana Van der Bellen, pero solo por 30.863 votos. Un 50,3% de los votantes le apoyaron, frente al 49,7% de Hofer.
  • 2 de julio. El Tribunal Constitucional anula las elecciones y ordena repetirlas por irregularidades en el recuento de votos después de que el FPÖ hubiera recurrido el resultado.
  • 12 de septiembre. El Gobierno anuncia que las elecciones no se podrán celebrar, como estaba previsto, el 2 de octubre por un error de fabricación en los sobres del voto por correo.

La kafkiana situación que vive Austria ha servido para que Norbert Hofer, candidato a presidente del partido derechista antinmigración FPÖ, sugiera que tras el retraso se esconden motivos políticos, y no técnicos. “¿Por qué hay interés en que se celebren más tarde las elecciones?”, clamó ante sus seguidores este fin de semana, cuando ya parecía claro que no se iba a cumplir el calendario previsto. “Pero si alguien se cree que me va a faltar el aire por un retraso de un par de semanas, está tremendamente equivocado”, añadió.

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Las encuestas otorgan a Hofer una ligera ventaja frente al otro candidato, el verde Alexander Van der Bellen, que en las elecciones canceladas ganó por solo 30.863 votos. El cargo de presidente federal que ambos disputan tiene más poder simbólico que efectivo, pero el nombramiento de un jefe de Estado del FPÖ supondría un indudable mensaje político para el actual Gobierno de gran coalición. Presionado por las críticas internas y el desastroso resultado en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en las que ningún candidato de los dos grandes partidos pasó a la siguiente ronda, el entonces canciller, el socialdemócrata Werner Fayman, dimitió en mayo.

Las consecuencias del enésimo tropezón de un proceso electoral envenenado son impredecibles, pero desde luego no suponen una buena noticia para Van der Bellen, que ha cancelado la intervención con la que este fin de semana tenía previsto comenzar su campaña. Porque pese a no pertenecer a ninguno de los dos partidos que han dominado Austria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el antiguo líder verde es visto como el candidato apoyado por un establishment que ahora parece incapaz siquiera de encargar a una imprenta unas papeletas en condiciones.

La presión es enorme para llevar a cabo los cambios legales necesarios para un aplazamiento de las elecciones que la ley no contempla, ya que hasta ahora solo se lo planteaba en caso de fallecimiento de uno de los candidatos. Van der Bellen se esforzó por buscarle el lado positivo a todo este asunto. “El fallo con el pegamento de los sobres puede verse como un símbolo de lo que Austria necesita ahora: unidad de los ciudadanos”, aseguró.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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