_
_
_
_
_

El Sevilla apela a la épica y acaba con Las Palmas

Un gol de penalti dudoso en el 89 y otro de Carlos Fernández en el 94 destrozan al líder, que tuvo el triunfo en su mano

Foto: El joven Carlos Fernández celebra su gol del triunfo ante Las Palmas. / Vídeo: Declaraciones de Quique Setién.Foto: atlas | Vídeo: PACO PUENTES / EFE
Rafael Pineda

Un gol de Carlos Fernández en la última jugada del partido le dio el triunfo al Sevilla ante Las Palmas, que llegó a Nervión como líder y se marchó con la sensación de haber perdido, al menos, un punto en un duelo disputado bajo un sofocante calor. En realidad, el Sevilla le dio la vuelta al partido, que perdía 0-1, en cinco minutos. Primero, en el minuto 88, con una jugada donde Vitolo lo puso todo para que pareciera que Bigas se lo llevaba por delante. Acción muy complicada para el árbitro. Parece un claro penalti, pero no lo es. En directo, lo pareció, y evidente.

Marcó Sarabia después de que al Sevilla se le apareciera su salvador, pero el encuentro, con muchas fases para el análisis, tenía deparada otra sorpresa. Después de gastarse más de 60 millones de euros, al Sevilla de Sampaoli lo rescató un chaval del Sevilla Atlético, el filial, en la última jugada de partido y más allá del alargue de tres minutos ofrecido por Martínez Munuera. Conviene puntualizar que el saque de esquina tenía que lanzarse porque se produjo dentro de esos tres minutos de descuento. El meta Varas, espléndido toda la tarde, no salió a por el balón y ahí apareció un chaval de 20 años para darle tres puntos de oro al Sevilla. Esos cinco minutos de locura demostraron varias certezas. La primera, que Vitolo es un jugador extraordinario, capaz de fabricarse un penalti que levantó al Sevilla. La segunda, que este equipo, más allá de que lo entrene Sampaoli, no se rinde. Ha forjado un espíritu competitivo excelente, aliñado por su correspondiente dosis de suerte. El Sevilla hizo un magnífico segundo tiempo y mereció, como mínimo, el empate. La tercera reflexión se refiere a Las Palmas. Si bien tiene derecho a quejarse por la jugada del penalti a Vitolo, que supuso, además, la expulsión de Bigas, los de Setién no supieron jugar con entereza durante 90 minutos.

Después de un espléndido primer tiempo fueron un juguete en manos del Sevilla. El fútbol pudo ser algo cruel con el exlíder, pero este tipo de partidos le servirán para madurar. Es un equipo con un estilo definido y un futbolista, Roque Mesa, en un gran momento de forma. Los detalles influyen mucho en el fútbol y Bigas no debió caer en la trampa de Vitolo. Tampoco es de recibo permitir un remate en el área pequeña en la última jugada del partido.

Los tres puntos, en definitiva, valoran el espléndido segundo tiempo realizado por el Sevilla. Curiosamente, todo lo contrario a una penosa puesta en escena del conjunto andaluz. El primer tiempo fue una disertación de Las Palmas. Los jugadores canarios, comandados por un gran Roque Mesa, volaban ante un Sevilla cuyos jugadores siempre llegaban tarde a la acción. Hay varios motivos para ello. Por ejemplo, la entrada de una tacada de jugadores como Nasri, Ganso o Correa, que debutaban en la Liga y mostraron falta de físico y acoplamiento. Hubo también errores en la colocación de los peones, ya que Sampaoli dejó demasiado solo a Nzonzi, superado una y otra vez.

Dominio canario

Las Palmas comenzó el partido a un gran nivel. Tuvo dos ocasiones de gol antes de que Tana batiera a Rico en el minuto 16. El tanto reflejó el dominio del líder, que no pasó por apuros salvo en un gran pase de Ganso a Ben Yedder que salvó Javi Varas. Hubo pitos en Nervión, con la exigente afición del Sevilla lamentando la pérdida de balones y la descolocación de sus jugadores, superados por las veloces combinaciones de los rivales, con Roque Mesa en plan estrella. Sin embargo, Sampaoli reaccionó. Vitolo le cambió la cara a un equipo que juntó sus líneas y que tuvo el balón. Nasri y Vázquez se entonaron y los cambios del técnico argentino resultaron determinantes. Varas salvó ante Ben Yedder y Vázquez, mientras que Nzonzi lanzó fuera. Entonces llegó la locura. La pillería de Vitolo, el gol de penalti de Sarabia y el remate de Carlos Fernández sin saber muy bien con qué. Triunfo y siete puntos. El extraño Sevilla de Sampaoli.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_