“El futuro deportivo de Hortelano no peligra, en dos meses hará vida normal”
El jefe de Traumatología del Hospital La Luz (Madrid), Rafael Delgado, analiza las consecuencias del accidente del atleta olímpico
La prometedora carrera del atleta español Bruno Hortelano se tambaleó este lunes, después de sufrir un accidente de tráfico a la altura del kilómetro 27 de la A6, en Madrid. El primer parte médico del reciente campeón de Europa de 200 metros hablaba de mano "catastrófica", debido a las diversas contusiones que sufría en la extremidad, que llevaba fuera del vehículo en el momento del impacto. El semifinalista en los Juegos de Río fue intervenido en el madrileño Hospital 12 de Octubre, en una operación que fuentes del centro definieron como "larga y complicada" y en la que consiguieron reconstruir gran parte de la mano. Ante una intervención de estas características, el jefe de sección de Traumatología del Hospital La Luz - Quirónsalud, Rafael Delgado Velilla, aventura que el futuro deportivo de Hortelano no peligra: "El hecho del apoyo en la salida no tiene por qué influirle en su rendimiento". El especialista en cirugía de la mano añade que, si el proceso de recuperación transcurre sin complicaciones, "en un plazo de dos meses aproximadamente podría estar haciendo una vida prácticamente normal". El plusmarquista ya se encuentra estable y en planta, y evoluciona favorablemente de sus lesiones.
Bruno ha pasado buena noche, con "ánimos" y nota mucha mejoría día a día. Con ganas de seguir progresando en su recuperación #AnimoBruno
— Alberto Armas (@alberto_armas) September 7, 2016
El conductor del turismo en el que viajaba Hortelano está siendo investigando por presunto delito contra la seguridad del tráfico, después de que se comprobara que duplicaba la tasa de alcoholemia. El piloto, que además es primo del atleta, dio 0,53 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, cuando el límite máximo permitido es de 0,25, según informó la Guardia Civil. Hortelano no llevaba el cinturón en el momento del accidente, cuando el conductor perdió el control del turismo a 100 kilómetros por hora, después de quedarse dormido.