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El PKK mata a 11 agentes turcos en un atentado contra una sede de seguridad

La milicia kurda asume la autoría del coche bomba que ha estallado en Cizre, ciudad fronteriza con Siria

Foto: reuters_live | Vídeo: QUALITY
Andrés Mourenza

Un atentado con coche bomba contra la sede de la Dirección Provincial de Seguridad de la localidad de Cizre (en el sudeste de Turquía) ha provocado al menos 11 muertos y más de 70 heridos. Las autoridades turcas atribuyeron desde un primer momento el ataque al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que reconoció su autoría horas después. El conflicto entre las fuerzas de seguridad turcas y los insurgentes kurdos ha resurgido con especial virulencia desde la ruptura del proceso de paz el pasado año, y unas 2.000 personas han fallecido en los combates y atentados de los últimos trece meses.

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El ataque se produjo hacia las 7.00 de la mañana, hora local, cuando un grupo de presuntos militantes del PKK abrieron fuego contra un punto de control policial cercano a la Dirección Provincial de Seguridad y al cuartel de las Fuerzas de Intervención de la policía. El combate que se entabló impidió avanzar a los atacantes y al vehículo cargado de explosivos que portaban, lo que no fue óbice para que al detonar el coche-bomba, este provocase grandes destrozos pese a que se encontraba a 50 metros de los edificios. Las televisiones turcas mostraron imágenes de una inmensa humareda y polvareda levantándose por encima de la localidad de Cizre. La agencia turca DHA asegura que la explosión “fue ensordecedora y tuvo la potencia de un terremoto”. De hecho, provocó la completa destrucción de la fachada del cuartel policial, el derrumbe de parte de la zona lateral, donde residen los agentes y que un depósito se incendiase.

Varios coches de bomberos acudieron a apagar las llamas, para lo que fueron asistidos por cañones de agua a presión de vehículos policiales, habitualmente utilizados para reprimir manifestaciones. Dos helicópteros y 12 ambulancias fueron despachados a Cizre para evacuar a los heridos. Según el Ministerio de Sanidad turco, de los 70 heridos en el atentado, 4 se hallan en estado crítico. La policía, que habitualmente custodia las entradas y salidas de esta localidad kurda cercana a las fronteras de Siria e Irak, cerró a cal y canto la ciudad para impedir movimientos.

Cizre ha sido uno de los lugares más afectados por la violencia del conflicto kurdo durante el último año. A finales de 2015, simpatizantes del PKK se hicieron fuertes en varios barrios, donde cavaron trincheras y levantaron barricadas para impedir el paso a las fuerzas de seguridad. Durante cuatro meses, el Gobierno impuso el toque de queda y el Ejército cercó la ciudad, llegando a bombardearla con tanques desde las colinas que la rodean. La mayoría de sus habitantes escaparon de la ciudad, pero otras decenas quedaron atrapados y fueron masacrados por el fuego de artillería. En los últimos meses, la localidad había ido recobrando poco a poco la calma y muchos de los edificios arrasados por los combates estaban siendo reconstruidos. El Ejército se había retirado de la ciudad pero, cuando este periodista la visitó el mes pasado, continuaba habiendo una fuerte presencia policial y de la Gendarmería, que constantemente patrullaban las calles en vehículos blindados.

Este ataque ocurre un día después de que la comitiva del jefe de la oposición fuese atacada en la norteña provincia de Artvin. El líder del partido socialdemócrata CHP, Kemal Kiliçdaroglu, salió ileso pero un militar murió y otros dos resultaron heridos en este ataque. El PKK asumió, este viernes, la autoría de este ataque aunque aseguró que su objetivo no era Kiliçdaroglu sino el convoy militar que le protegía.

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ATAQUE TURCO A LAS MILICIAS KURDAS EN SIRIA

También el jueves, las Fuerzas Armadas turcas atacaron con fuego de artillería a unidades de las milicias kurdosirias YPG, tras un tiroteo entre éstas y combatientes del Ejército Libre Sirio (ELS), apoyado por Ankara. El incidente se produjo, según la agencia kurda ANHA, a medio camino entre las localidades de Yarablus y Manbij. Manbij fue liberado del Estado Islámico (ISIS) a mediados de agosto por fuerzas kurdo-árabes lideradas por las YPG, mientras que esta semana tanques turcos y milicianos del ELS arrebataron Yarablus al grupo yihadista. Una vez culminada la operación en Manbij, Estados Unidos –principal valedor de las milicias kurdosirias- y Turquía, exigieron a las YPG que retrasasen sus posiciones a la orilla oriental del Éufrates. Sin embargo, de acuerdo con la agencia oficial turca AA, algunas unidades se negaron a retirarse y de ahí los disparos de artillería del Ejército turco durante la pasada noche. Ankara teme la formación de un “cinturón kurdo” a lo largo de la frontera turco-siria, más cuando las YPG son una organización hermana del PKK, grupo considerado terrorista por Turquía, la UE y EEUU.

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