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Esta es la razón por la que los dedos se arrugan al ponerlos en remojo

Este vídeo le explica por qué es mejor darse un remojón antes de aparecer por el chiringuito

Un rato metidos dentro del agua y observamos cómo los dedos de las manos se nos quedan como pasas. La sensación es algo desagradable y, en tierra firme, la piel continúa estando muy sensible. Lo sorprendente es que el resto de nuestro cuerpo no sufre nada parecido: es algo exclusivo de las extremidades. “Cuando los humanos permanecemos en el agua, las falanges terminales de nuestras manos y de nuestros pies se arrugan. Se ha comprobado que ocurre en otros primates, que también responden así cuando pasan tiempo con las manos mojadas”, cuenta Consuelo Prado Martínez, profesora de Antropología en la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid.

Los dos estudios más recientes apuntan a un mismo motivo. Según Román Barabash Neila, dermatólogo del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla y miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología): “En 2011, el neurobiólogo estadounidense Mark Changizi comprobó que los dedos arrugados actúan como bandas de rodamiento canalizando el agua fuera de los dedos de manos y pies cuando se mojan, permitiendo así mantener la capacidad de agarre a distintas superficies". Teoría que corrobora un estudio de la Real Sociedad británica, publicado en su revista Biology Letters en 2013, que afirma que este fenómeno mejora la capacidad de sujeción de objetos mojados o que estén bajo el agua.

Este fenómeno mejora la capacidad de sujeción de objetos mojados o que estén bajo el agua

En la investigación inglesa, se pidió a 30 participantes que trasladaran canicas secas o húmedas con sus dedos en estado normal o arrugados, después de haberlos sumergido en agua durante 30 minutos. Los individuos fueron más rápidos al tomar los objetos húmedos con dedos arrugados que con dedos normales. Pero la ventaja de las arrugas no repercutió cuando había que sujetar objetos secos. "En estos trabajos se ha demostrado que realmente es una ventaja evolutiva, similar al sistema de drenado de las llantas de un auto y que les permiten estar en mejor contacto con el pavimento mojado. Nadie se arriesgaría a bajar un puerto lloviendo con llantas lisas”, explica Prado Martínez.

Se arruga más en la piscina que en la playa

En la capacidad de la piel para arrugarse en el agua también influyen factores individuales. Según Francisco Ortiz, se ha comprobado que si está lesionado el nervio mediano (que se encuentra en el antebrazo) este fenómeno no se produce. Y Barabash apunta a una investigación de la Universidad de Tel-Aviv, en la que se observó que en enfermos de Parkinson, los dedos de las manos se arrugaban mucho menos que en pacientes sanos.

En agua caliente, este fenómeno se da con más facilidad. Como se puede leer en la publicación Effects of Water Temperature on Skin Wrinkling (Efectos de la temperatura del agua en las arrugas de la piel), a 40º de temperatura, solo hacen falta 3,5 minutos para conseguir el efecto, mientras que en agua fría se tardan unos 5. Además, quizá se habrá dado cuenta de que en la playa los dedos no se le arrugan tanto como en la piscina. Una investigación realizada en el Hospital Wesmead de Sydney (Australia), encontró que el agua dulce favorece el efecto, aunque todavía se desconocen las causas. Así que si quiere tomarse una jarra de cerveza fresquita mientras disfruta de un día de playa o de piscina, sepa que el momento óptimo para que sus dedos la agarren, sin miedo a que resbale, es justo después del chapuzón.

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