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Las costas de Marte fueron arrasadas por tsunamis de 120 metros

La NASA halla rastros de dos enormes crecidas provocadas por el impacto de meteoritos

El estudio señala que es difícil encontrar desastres naturales en la Tierra equiparables a los sufridos por Marte. En la imagen, avance rápido de un glaciar en Saskatchewan (Canadá). UABFoto: reuters_live
Nuño Domínguez

Imágenes actuales tomadas en las planicies del norte de Marte acaban de desvelar uno de los capítulos más violentos y desconocidos de la historia de nuestro vecino en el Sistema Solar.

Desde hace décadas se piensa que el Planeta Rojo fue azul como la Tierra hace miles de millones de años. Muchos estudios han aportado pruebas de que el norte del planeta albergó un gran océano. El año pasado, un análisis de la composición química de la atmósfera realizado por la NASA aseguraba que había suficiente agua como para cubrir todo el planeta. El gran problema para aceptar esta hipótesis es que faltan pruebas concluyentes de que en esa zona haya líneas de costa, como sería de esperar.

Un nuevo estudio publicado hoy reafirma la existencia de ese antiguo océano y aporta una explicación sorprendente para la ausencia de rastros geológicos del mismo: dos enormes tsunamis destrozaron por completo las costas del planeta.

El trabajo, publicado en Scientific Reports, se remonta a hace unos 3.400 millones de años. Se basa en imágenes tomadas por tres generaciones de sondas de exploración marciana lanzadas por la NASA: Mars Global Surveyor, Mars Odyssey Mars Reconnaissance Orbiter. Tras analizar el material, científicos de seis países, incluida España, concluyen que hay rastros geológicos inconfundibles de dos mega tsunamis que fueron provocados por el impacto de asteroides que dejaron cráteres de unos 30 kilómetros de diámetro.

Algunas de las marcas geológicas dejadas por los dos tsunamis
Algunas de las marcas geológicas dejadas por los dos tsunamisUAB

“Las olas provocadas por los tsunamis podrían haber alcanzado los 120 metros de altura en la línea de costa, penetrando en el continente distancias de hasta 700 kilómetros”, según explican Mario Zarroca y Rogelio Linares, investigadores del departamento de Geología de la Universidad Autónoma de Barcelona, en una nota de prensa difundida por su institución.

Es difícil encontrar catástrofes de esta magnitud incluso en las etapas más violentas de la historia geológica de la Tierra. El primer tsunami arrastró bloques de roca de más de 10 metros de diámetro, dejando a su paso grandes depósitos de sedimento y rocas y canales excavados al retirarse la inundación que han podido identificarse gracias a las imágenes de alta resolución.

“La suave topografía de las tierras bajas del norte de Marte, así como las particulares condiciones de propagación de las olas bajo una gravedad muy inferior a la de la Tierra habrían propiciado que las distancias de inundación fueran enormes comparadas con las observadas en la Tierra”, resaltan los autores.

Los dos tsunamis ocurrieron en el lapso de unos pocos millones de años, un tiempo durante el cual el nivel del mar bajó el clima se hizo más frío. El segundo tsunami dejó a su paso grandes masas de hielo denominadas lóbulos. De cara a futuras misiones de exploración, estas lenguas glaciares son una auténtica máquina del tiempo para conocer el extinto océano marciano. “Estos materiales están relativamente cerca de sitio de aterrizaje de [la misión] Mars Pathfinder”, ha explicado Alexis Rodríguez, investigador del centro Ames de la NASA y primer autor del estudio. “El hecho de que muchos de los lóbulos tengan límites bien definidos y que aún conserven su morfología característica sugiere que probablemente aún contengan salmuera congelada del antiguo océano y que podrían haber preservado su composición primaria”, ha resaltado.

Aunque el estudio tiene datos espectaculares, también es totalmente plausible en términos geológicos. “En la Tierra existen numerosos registros de existencia de tsunamis y no es extraño, si los modelos son correctos, que existieran en Marte cuando el planeta compartía ambientes similares al nuestro”, explica Jesús Martínez-Frías, investigador del Instituto de Geociencias (CSIC-UCM) y miembro del equipo científico de la misión NASA-MSL (rover Curiosity). Además, resalta, “los impactos de meteoritos son, junto al volcanismo, los procesos geológicos más frecuentes en el Sistema Solar”. En opinión de este experto en geología y habitabilidad marciana, aunque algún estudio previo ya había barajado la hipótesis de los tsunamis, este es “el que ha aportado un mayor nivel de detalle hasta el momento”.

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Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.

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