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Escuela de ladrones

Los Mossos detienen a una docena de cacos a los que reclutaba y enseñaba el líder de una organización criminal

Alfonso L. Congostrina

Los Mossos d’Esquadra han detenido a una docena de personas acusadas de, al menos, 48 robos en domicilios de toda Cataluña. Se da la circunstancia que el líder de la banda criminal se había especializado en reclutar y formar a algunos jóvenes sin antecedentes para conseguir que su organización delincuencial asaltara el mayor número de propiedades.

Las detenciones tuvieron lugar el pasado 16 de marzo y fueron fruto de la confluencia de dos investigaciones paralelas de la policía autonómica. El líder de la trama es un hombre de 48 años de origen albanés al que los Mossos acusan de reclutar compatriotas de la región albanesa de Krujë. Cuando los jóvenes llegaban a Cataluña los dividía en grupos de cuatro personas, les alquilaba un piso en l’Hospitalet de Llobregat o Barcelona y les enseñaba que urbanizaciones podían asaltar y a que horas. Los alumnos tenían entre 20 o 30 años, no tenían ni experiencia en robos, ni antecedentes policiales. Según los Mossos, estos jóvenes venían a Cataluña a aprender las técnicas delincuenciales y posteriormente, tras hacer prácticas en urbanizaciones de toda Cataluña,  iban a robar a otras ciudades europeas.

En los robos se solía priorizar los chalés y las urbanizaciones. Buscaban dinero, joyas y relojes que posteriormente revendían a los responsables de dos locales de compra-venta del barrio barcelonés de Sants. El líder de la banda no participaba en los robos pero se quedaba una comisión de toda la mercancía robada.

Tras las detenciones, el juez instructor ordenó el ingreso en prisión para el maestro de los robos y para diez de sus alumnos. El único que quedó en libertad con cargos fue el propietario, de origen italiano, de las tiendas donde vendían la mercancía robada.

El líder de la organización fue detenido el pasado año acusado de diversos robos con fuerza. Sus alumnos llevan actuando en Cataluña desde otoño del 2015. Algunos de ellos han sido detenidos en París y ciudades griegas o alemanas.

Siempre cumplían las lecciones de su profesor: Nunca agredían a los propietarios de las viviendas y si entraban en una casa habitada solían huir de ella evitando el enfrentamiento físico. 

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