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El cohete Falcon9 explota al aterrizar en una plataforma flotante en el mar

El fallo se produjo tras la rotura de una de las patas de sustentación del lanzador

Un nuevo intento de aterrizaje controlado de un cohete Falcon9, de la empresa estadounidense SpaceX, en una plataforma flotante estacionada en el océano ha fracasado. El pasado 17 de enero, el lanzador, tras despegar de la base de Vandenberg , en California, colocó en órbita el satélite Jason-3 de observación oceanográfica (una colaboración de de EE UU e instituciones europeas). Una vez concluida su fase de ascenso en la operación, la primera etapa del Falcon9 emprendió el regreso a la superficie terrestre para hacer un descenso controlado en una plataforma robótica situada en el Pacífico, a unos 350 kilómetros al oeste de San Diego. Atinó perfectamente en su objetivo, pero, nada más posarse en la barcaza acondicionada, se inclinó (al romperse una de sus patas desplegadas), cayó a la superficie y explotó.

Ha sido el tercer intento de descenso controlado de un cohete en una plataforma marina que realiza SpaceX. Los dos anteriores, realizados el año pasado en el Atlántico, también acabaron con la destrucción del lanzador. Sin embargo, el pasado diciembre, la empresa de Elon Musk logró un éxito histórico con el aterrizaje impecable de la primera etapa de un Falcon9 en la base de cabo Cañaveral (Florida), tras poner en óribita un satélite de comunicaciones.

El objetivo de estas operaciones es desarrolar cohetes plenamente reutilizables, lo que permitiría abaratar considerablemente el acceso al espacio. En esta nueva carrera espacial, SpaceX compite de momento con Blue Origin, que ya ha lobrado un aterrizaje en tierra (en Texas) de su cohete  New Shepard, aunque este sistema es por ahora suborbital.

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