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Mas presiona a ERC para reeditar la lista conjunta en marzo

Junts pel Sí y la CUP vuelven a fracasar en la búsqueda del acuerdo Mas pide sin éxito a Junqueras un gobierno conjunto hasta las elecciones

Anna Gabriel, en la segunda fila, primera ) a la derecha, junto a otros diputados de la CUP durante el pleno de ayer. / Albert Garcia (EL PAÍS

Sin apenas tiempo material para evitar unas nuevas elecciones en Cataluña, Artur Mas comenzó este jueves a presionar a Esquerra Republicana (ERC) para reeditar un acuerdo que les permita presentarse otra vez juntos a las urnas con la coalición Junts pel Sí. El presidente catalán en funciones y líder de Convergència ofreció a ERC un Gobierno conjunto hasta las elecciones de marzo, lo que sería un primer paso para, dentro de unas semanas, volver a presentarse con la lista conjunta. El líder de ERC, Oriol Junqueras, rechazó la oferta de entrar al Gobierno por considerarlo “un fraude democrático”.

Una negociación con persecuciones callejeras

La exigencia de

la CUP

de que su última reunión con Junts pel Sí se celebrara lejos de las cámaras ha desembocado este jueves en un espectáculo mediático sin precedentes. Los diferentes asistentes al encuentro han intentado dar esquinazo a los periodistas con todo tipo de estrategias para despistarlos, lo que ha generado escenas disparatadas en plena calle con persecuciones en coche incluidas.

Raül Romeva, cabeza de lista de Junts pel Sí, ha intentado despistar a la prensa en dos ocasiones. En la primera ha salido del Parlament en taxi y ha recorrido media Barcelona con las cámaras detrás y haciendo paradas de hasta diez minutos en diferentes puntos para intentar librarse de la prensa. Ha parado junto a la sede de las entidades independentistas que han convocado el encuentro pero no ha entrado en ninguna de ellas. Al final, al ver que cualquier gesto sería vigilado, ha optado por volver al Parlament, donde ha permanecido poco más de media hora. Después ha vuelto a salir, esta vez subido a un coche con chófer y ha parado en un parking subterráneo junto a la sede de Òmnium Cultural. Sin embargo, no ha entrado.

Otros dirigentes de Junts pel Sí también han intentado escapar de los periodistas en taxi, lo que ha desembocado en nuevas persecuciones por las calles de Barcelona.

La política catalana vivió ayer otra jornada de confusión y negociaciones furtivas en un intento desesperado por parte de Artur Mas y de las entidades civiles independentistas de no celebrar unas nuevas elecciones y preparar el escenario en caso de que los comicios resulten inevitables. La reunión que ayer por la tarde mantuvieron Junts pel Sí y la CUP acabó sin acuerdo pero ambos se emplazaron a seguir negociando. El plazo para investir a un presidente acaba este domingo.

El presidente catalán dijo tras el encuentro en una entrevista en TV3 que ve “muy difícil” que la situación se pueda “desbloquear”, pero reiteró que queda algo de tiempo. Dicho esto se centró en preparar el escenario para unas próximas elecciones. Y para ello presionó a ERC para repetir la coalición Junts pel Sí. “Lo mejor es que esta unidad intrínseca del soberanismo catalán no se agriete”, dijo. Además, insistió en que no piensa retirarse porque lo pida la CUP. “La independencia solo es posible sumando, sin vetos; si rompemos este principio el proceso [soberanista] no irá bien”, dijo.

Mas también afirmó que "lo más normal" es que sea candidato si hay comicios, pero no quiso darlo por hecho argumentando que, por ejemplo, si se reedita JxSí hay varios partidos que forman parte del proyecto y el proceso de selección del candidato es más complejo que si CDC va por su cuenta.

Gobierno conjunto

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Mas participó por la mañana en una reunión del grupo parlamentario Junts pel Sí, a la que también asistió el líder de ERC, Oriol Junqueras. Mas lanzó en este marco un ofrecimiento que sorprendió sobremanera a los republicanos: un Gobierno en funciones de concentración hasta las elecciones que podrían celebrarse el 6 de marzo. Junqueras, que anteriormente ya había rechazado un Ejecutivo de concentración con Convergència, volvió a negarse a esta operación y, según fuentes conocedoras de la reunión, la tildó de “fraude democrático”.

El líder republicano entiende que este Gobierno de coalición no tiene ningún sentido porque apenas podrá hacer acción política y porque difícilmente los ciudadanos entenderían ahora un cambio de consejeros a pocos meses de las elecciones. Para Convergència, sin embargo, la operación resultaría rentable porque le permitiría presionar con más garantías a ERC para repetir la coalición Junts pel Sí. Las encuestas vaticinan un fuerte varapalo a CDC si se presenta en solitario como ya le ocurrió en las elecciones del 20 de diciembre. Esquerra Republicana aspira a presentarse sola.

Al margen de este ofrecimiento, todo tipo de movimientos cuestionaron ayer el liderazgo de Artur Mas. Súmate, una de las entidades independentistas que han apoyado a Junts pel Sí, propuso formalmente a Artur Mas que se aparte para pasar a formar parte del próximo Gobierno como consejero jefe, pero no como presidente. Ello permitiría levantar el veto de la CUP. La propuesta la presentó esta entidad en una reunión que mantuvo con Junts pel Sí en el Parlament a primera hora de la tarde. De prosperar esta idea, la nueva presidenta de la Generalitat sería Neus Munté, actual vicepresidenta de la Generalitat y un valor ascendente dentro de CDC. Sin embargo, Munté se descartó para esta operación horas después. “No seré moneda de cambio para nadie”, avisó.

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