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Tentaciones
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MUNDO FRIKI

Cabronazi, el humor bestia que invade la red

Hablamos con los misteriosos creadores de la página de humor en español más exitosa del momento

Uno de los vídeos que se pueden ver en la página Cabronazi

Estoy en el centro comercial barcelonés de Glòries esperando a los creadores de Cabronazi. Yo no tengo sus teléfonos pero ellos sí el mío, que vibra al recibir una ubicación vía WhatsApp. Por si mi sentimiento de ser un invitado a la reunión de Perpignan no fuera lo suficientemente fuerte, cuando por fin dos de los cerebros detrás de la web de humor me reciben en una terraza y enciendo mi grabadora, ambos se miran en silencio y con sorpresa. Detienen la grabación. La segunda pregunta que tenía preparada, que ahora pasa a ser la primera, es ¿Por qué sois tan celosos con vuestra identidad? La respuesta a esto la acabo encontrando no sólo al principio de nuestra charla, sino que se va repitiendo de diferentes formas durante todo el tiempo que paso con ellos.

Aunque a la cita sólo acuden dos de sus artífices, Cabronazi está formado por tres chicos y dos chicas con una media de edad entre los 22 y los 35 años. El precedente a la página que todos conocemos era, me explican, la cuenta personal que uno de ellos tenía en Facebook: el número de guasas que publicaba por minuto era tan extenso que empezó a recibir solicitudes de amistad de gente a la que no conocía de nada. Decidieron crear una página donde compartir todo aquello que les hacía reír, una plataforma a la que poder invitar a amigos y gente cercana que estuviese en sintonía con su sentido del humor. A partir de ahí, el resto es historia: en febrero de este año, su primer mes de andadura, ya contaban con 1.000 seguidores; en marzo, un mes más tarde, 35.000. La cifra siguió creciendo de forma exponencial hasta los 1.750.000 suscriptores que, en el momento de escribir estas líneas, suman el total de fieles a la religión Cabronazi. Y con fieles queremos decir fieles: muchos usuarios cambian su apellido real en redes sociales por el de Cabronazi, ligan a través de los hilos de conversación de sus publicaciones, y se enzarzan en peleas por conseguir ser los primeros, segundos, o incluso terceros en comentarlas.

Si con ese -como a ellos les gusta definirlo- zapping de Internet donde aglutinan memes, chistes y vídeos curiosos han conseguido traspasar su círculo más íntimo hasta convertirse en la página de humor más masiva del estado, también han logrado que su comunidad no sepa de fronteras: medio millón de sus seguidores son latinoamericanos, alcanzando la friolera de 180.000 en México. Quizás esa fuera una de las razones por las que una discográfica les ofreció una importante suma a cambio de fijar en su página un vídeo de reguetón, oferta que rechazaron amablemente. ¿La razón? Se habían reído de ese estilo musical a mandíbula batiente en repetidas ocasiones, y hacer ese tipo de publicidad sería defraudar a sus seguidores a cambio de un puñado de dólares; defraudar a toda esa gente que les envía mensajes privados pidiéndoles propuestas de matrimonio sin saber que sólo uno de ellos está soltero. En este sentido, por el momento, únicamente han claudicado en casos muy concretos: “Hemos rechazado en muchas ocasiones poner publicidad en Facebook para no saturar a los usuarios. Evidentemente, cuando nos vimos obligados a contratar un servidor web profesional para evitar las caídas que la página sufría los primeros días, nos encontramos con unos gastos mensuales de gestión que subsanamos incluyendo publicidad, que sólo aparece al conectarse a la web desde dispositivos móviles”.

Pero, ¿por qué un grupo de gente con tanta deferencia por sus seguidores tiene ese recelo a la hora de revelar sus identidades? Cuando despegó el proyecto, su nombre (un cabronazo tuneado para que Facebook no les cerrase la página) y logotipo (otro cabronazo llamado Hitler luciendo cornamenta) les granjeó muchas amenazas que, aunque terminaron por disiparse al hacerse evidente que lo único que intentan es encontrar la risa cómplice, sí les obligaron a ser cautelosos. Por otro lado, el hecho de que tanto ellos cinco como sus seguidores, que también les envían material para que sea publicado, fueran parte del todo en el que se ha acabado convirtiendo el proyecto, les hizo tomar la democrática decisión de no achacar el éxito de su propuesta a una persona con nombre y apellidos; a ser el anonymous que toma Internet a fuerza de meme y concursos de chistes temáticos. Podéis poner a prueba esta camaradería enviándoles un mensaje privado, ya que contestan a todos los cabronazis que se ponen en contacto con ellos.

Aunque dicen huir del humor negro, Cabronazi también han generado polémica con según qué posts: en una ocasión, tuvieron que retirar una imagen donde aparecían personas con deformaciones físicas al darse cuenta de que éstas eran reales en lugar de, como ellos creían, algo generado por un programa de tratamiento de imagen; en otra, este chico al que hizo famoso su paso por El Diario de Patricia les escribió personalmente para que retirasen de su página el video de su aparición en el programa para no volver a estar, pasados los años, en boca de todos de nuevo. En otras ocasiones, si ha habido algún desencuentro, se muestran orgullosos de haberlo generado, como en el caso de sus publicaciones durante los días de los San Fermines: “Publicamos mucho material relacionado con esa fiesta. Nos cebamos con ella porque en Cabronazi todos somos antitaurinos, y muy especialmente uno de nuestros cinco miembros”, me dicen, ganándose que les saquen a hombros por la puerta grande.

Lejos de reducir su actividad únicamente a hacer chanzas sobre las cosas que no les gustan, también se sirven de su éxito para apoyar a gente que les escribe pidiendo ayuda: una vez por semana, y bajo el hashtag #CabronaziSolidario, hacen un llamamiento desde su plataforma para que sus seguidores se solidaricen con gente que lo necesita. Uno de estos #CabronaziSolidario estuvo dedicado a un niño que sufría una enfermedad rara llamada síndrome de duplicación mecp2 y al que ayudaron a conseguir donaciones vía PayPal, además de motivar esta carta de agradecimiento que la madre del pequeño colgó en su blog. Ni las lágrimas que tienen que secar después de leer algunos de los mensajes que les llegan son suficientes para detenerlos en su tarea de seguir creciendo: su próximo proyecto, después de cortar su relación con la página de contenido erótico Pornonazi, será Cabrogamer, un espacio dedicado a la extensa escena de los consumidores de videojuegos. Aunque a corto plazo, en lo que has tardado en leer esto más o menos, seguramente ya hayan posteado tres publicaciones nuevas y, si les ha dado tiempo, urdido un plan para -hail Cabronazi- invadir Polonia.

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